Que la situación se desbordara y saliera a la luz no lo hacía menos difícil, al contrario, me sentía muy avergonzada y con mucha presión para mejorar y estar bien para que Andrés no se decepcionara de mí.
Luego de hablarlo mucho y poner un poco las cosas en orden y encontrar el foco de mis ansiedades, comenzamos a trabajar juntos en ello, claro está, me hizo prometer que iría al psicólogo, algo que yo no quería afrontar, porque sentía que la cosa no era tan grave, pero fue algo que no estuvo siquiera a discusión, atino a buscar uno que nos recomendaron en la facultad, manteniendo siempre el anonimato y me agendo una cita.
El problema no era ir específicamente, el problema era la confrontación que el psicólogo me iba a hacer tener, no sabía si estaba lista para ello, aun así, puse mucho de mi parte y fui a la primera cita, estuvo bien, en la primera sesión no ocurre nada extraordinario, es solo conocer al paciente y descubrir un poco su historial, juro que puse de mi parte, aun así, cuando salí del consultorio vomité, Andrés me esperaba afuera y me acarició la espalda mientras sostenía mi cabello.
No quise hablar de ello y él lo respeto, me llevó a comer un helado y luego me dejó en el trabajo asegurando que se iba a hacer cargo de Winnie, no necesite más en ese momento.
Algo que si acordamos y no deje que me discutiera fue mantener todo el proceso en secreto, nadie se enteraría que estaba yendo al psicólogo y mucho menos que estaba pasando por una depresión, de por sí ya era complicado el tema con mi familia, agregarle algo más a la lista no estaba en mis planes, así que así fue, ambos nos metimos en una guerra sin siquiera tener armadura.
La única ventaja de todo ello era que Andrés ya había estado yendo a terapia por muchos meses y podía manejar mejor la situación por los dos, en su estabilidad mental y emocional, estaba mucho más avanzado que yo, por lo que me hizo más corto el camino.
Sin embargo, nadie nos dio un manual de cómo ser una pareja saludable en medio de una depresión luego de ser una relación tóxica, no había tal manual, nos tocó seguir aprendiendo solos. Nadie te dice lo complicado que es ser pareja cuando estás pasando por una depresión, hay mucho de por medio y ni siquiera sabes que es correcto.
Lo aprendimos a la mala.
Al ser el único que sabía de mis crisis ya no sentía la necesidad de esconderlas, pero eso también supuso un problema para él, muchas veces no sabía cómo afrontarlas y yo me sentía muy culpable por generar pequeñas peleas entre nosotros. A su vez él seguía teniendo una vida aparte de la relación y muchas de sus acciones sin saberlo me desestabilizaba porque activaban esa inseguridad que persistía en mí, repito, no fue fácil.
Hubo algo de Nora escribiéndole, yo estando explosiva, insegura y depresiva que creó un gran estrago en mí, durante una larga semana para ambos yo no lo soporte, con todas sus letras.
Lo evitaba en la facultad, ponía excusas para no verlo, le respondía tarde los mensajes y cuando respondía era muy grosera con él. ¿Cómo aguantó? Ni yo misma lo entiendo.
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Destinados ✔
RomanceEl problema de estar enamorados, en el momento equivocado, es que lleva a hacerse mucho daño a ambas partes, cuando quieres darte cuenta has estirado tanto la situación que ya no hay marcha atrás. ¿Cómo recomponer las piezas de tu corazón? A veces...