Lo único malo de no avanzar con la misma constancia que lo hacía el tiempo, era que los meses seguían pasando, la navidad llegó y yo no me había siquiera percatado de ello hasta que mi mamá me preguntó si iba a pasar navidad con ella.
No, no quería pasar navidad con ella, ni con nadie porque no me sentía con ánimos para celebrar nada, había sido el peor año de mi vida y no quería hacer como si estuviera agradecida, al contrario, necesitaba que todo acabara de una vez para hacer como que ese año nunca existió.
Pero no, las cosas nunca resultan así de fáciles.
Mami se puso muy intensa al punto de desatar un insomnio insoportable, tuve ataques de pánico -de nuevo- muy seguidos, luego de un mes más o menos estable, los reproches de mi madre eran constantes, lo peor era que no sabía cómo iba a hacer con el trabajo, porque debía acordar quién se quedaría con la señora Cande, por supuesto que nadie se había ofrecido a quedarse con ella en la noche.
Andrés estaba entusiasmado por pasar navidad juntos como pareja porque era su época favorita del año, pero yo no tenía muchos ánimos ni de estar acompañada.
Mi vida se volvió un caos constante.
Realmente puedo relatar cada pelea, discusión y reproche que llovió sobre mí, pero sinceramente no me apetece volver a esa etapa de mi vida, pasó de nuevo lo mismo, Mara diciendo que yo había hecho lo mismo el año anterior, que no había querido ir a pasar las fiestas en familia y por primera vez en meses, mande todo al carajo.
A mi mamá, a mis tías, incluso a Andrés, no quería nada de nadie y me centré en mí nada más.
Mi solución fue recluirme en mi departamento de la manera más madura posible, sin responder el teléfono y solo salía para ir a trabajar, no quería seguir conectada con el mundo. Analice mucho mis pasos siguientes, no quería hacer nada por compromiso, mi mente y estabilidad emocional pendía de un fino hilo, una pisada en falso y me haría caer en una deriva de la cual no iba a poder salir.
Luego de al menos una semana en estado inactivo, decidí que al menos rescataría la única parte que me gustaba de esa época: regalos. Me paseé por todo el centro de arriba a abajo buscando regalos para todos, bueno, tampoco para exagerar, solo a mi cuñada, Andrés, mi mamá, mi vecina y mi abuela, me pareció justo y me distraía.
Andrés estaba inquieto, él parecía todo el tiempo querer saber qué quería hacer yo, pero esquive cada pregunta comprometedora, sin embargo, sabía que pasar las fiestas sola no era una opción, sobre todo porque cierto dominicano de cabello abundante me sacaría a rastras de mi casa.
Así que tomando la decisión más sabia -sarcasmo- les mentí a todos.
Traté de organizar lo mejor que pude mis coartadas y a cada uno les fui diciendo por su parte mis planes.
Mi jefa me iba a dar libre esas noches de fiesta, puesto que pagarme triple no era una opción para ella, arregló para que sus sobrinos la cuidaran, así que yo, con la mejor sonrisa hipócrita que pude conseguir, le dije a Andrés que viajaría a pasar navidades con mi mamá, a su vez, le dije a mi mamá que estaría trabajando hasta tarde y no conseguiría carro para irme de noche, y pues, a mi vecina le dije que pasaría las fiestas con Andrés y su familia.
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Destinados ✔
RomanceEl problema de estar enamorados, en el momento equivocado, es que lleva a hacerse mucho daño a ambas partes, cuando quieres darte cuenta has estirado tanto la situación que ya no hay marcha atrás. ¿Cómo recomponer las piezas de tu corazón? A veces...