Terminé de revisar mi examen y lo entregué al profesor antes de salir del aula, Bauti me esperaba afuera cuando salí.
—¿Cómo te fue? —Camino a un lado de mí mientras salíamos de la facultad.
—No quiero ser arrogante, pero siento que me fue muy bien.
Me empujó con su hombro y aplaudió alegre.
—No esperaba menos de mi venezolana.
Reí y rodé los ojos mientras íbamos hasta la cafetería, no había desayunado nada por los nervios y ya que había pasado la hora, moría de hambre.
Me pedí un café y unas medialunas para desayunar mientras Bauti cebaba su mate.
—No puedo creer que no desayunes nada, esas hierbas no te pueden llenar.
Me saco la lengua divertido y siguió tomando su mate, ninguno de los dos sacó sus apuntes, habíamos aprendido a no torturarnos luego de una prueba.
Hablamos trivialidades hasta que el resto de nuestros compañeros terminaron sus exámenes y se unieron a nuestra mesa. El grupo se volvió escandaloso de un momento a otro y a pesar de que las multitudes me seguían poniendo nerviosa traté de quedarme junto a Bauti y participar en la conversación, no era tan difícil, pero me faltaba costumbre.
—Creí que no hablabas —comentó un chico sentado a mi lado.
—Solo soy de pocas palabras —respondí amable.
Se acercó más a mí y a pesar de mí incomodidad no me moví, ignoré su cercanía y me centré en Bauti que hablaba en ese momento sobre algo que le había pasado.
—Me llamo Benja —extendió su mano hasta mí y la tomé por educación.
—Carol.
Bauti notó mi cara y sin disimulo se acercó hasta mí y se sentó en medio, me miró con una ceja alzada y siguió hablando con el grupo, me reí internamente por su reacción.
Cuando la hora se pasó y todos debíamos ir a alguna clase, Benja se ofreció a acompañarme hasta mi aula, a lo que Bauti se adelantó y enganchó su brazo con el mío asegurando que él podía llevarme, a pesar de que me causo gracia todo el movimiento no pude evitar decir algo al respecto.
—Gracias por tomarte el trabajo de cuidarme tan en serio, pero puedo cuidarme sola, de verdad.
Bauti se detuvo frente a mi aula y me miró preocupado.
—Benja no tiene buena reputación en el campus, ni siquiera en la facultad, en todas las facultades, no quiero que esté cerca de ti, le prometí a Andrés que te iba a cuidar.
Sonreí ante su cara de preocupación, era la primera persona que se preocupaba por mí sin tener un interés de por medio.
—Gracias, quizá esto no sea alentador de escuchar, pero ya he pasado por mucho y sé que no volveré a pasar por lo mismo, ahora sé defenderme. Estaré bien.
ESTÁS LEYENDO
Destinados ✔
RomanceEl problema de estar enamorados, en el momento equivocado, es que lleva a hacerse mucho daño a ambas partes, cuando quieres darte cuenta has estirado tanto la situación que ya no hay marcha atrás. ¿Cómo recomponer las piezas de tu corazón? A veces...