Amor en el mapa #1

14. Cuidar

Septiembre 15, 1976

Colegio hogwarts de magia y hechicería

El sol brillaba en lo alto del cielo sin una sola nube en el horizonte, un clima ideal para distintas actividades. Una de esas era observar el entrenamiento de James y Marlene para las pruebas, en realidad se sabía que Marlene sería la que tendría más seguro su puesto pero aún así le gustaba entrenar lo suficiente; desde las gradas Remus observando con regularidad para mantenerse ocupado además para poder ser mejor comentarista.

Le habían ofrecido una vez ser comentarista y aunque no estaba seguro del todo decidió hacerlo, al terminar ese partido le ofrecieron ser el comentarista oficial pero él quería poder apoyar a sus amigos cuando jugaban así que había pedido solo ser comentarista en algunos partidos, la profesora McGonagall y la profesora Hooch habían decidido que podía funcionar así que había quedado como comentarista exceptuando cuando jugaba Gryffindor o el otro comentarista no pudiera.

Remus veía a sus compañeros de casa volar por el campo, alguna vez él mismo intentó volar pensando que podría jugar, no le había molestado volar pero realmente creía que el juego no era lo que él quería, el quidditch no le disgustaba pero no se sentía muy bien jugando. Anotaba algunas cosas en un cuaderno escuchando las indicaciones que James daba al equipo.

Empezaba a notar las consecuencias de la futura luna llena, aún faltaba semana y media para que se completara el ciclo lunar pero desde antes se sentía.

Lo primero que pasaba era que se ponía más gruñón que de costumbre, se irritaba por casi cualquier cosa así que evitaba estar en lugares llenos de gente y si alguien tenía la mala suerte de hacer alguna cosa que le molestará le contestaba mal o con bastante sarcasmo. También en ocasiones se sentía muy cansado y había otras veces donde se ponía demasiado protector con sus amigos, sobre todo con Sirius.

Eso último había sucedido en segundo poco después de que sus amigos se enteraran de que era un hombre lobo; recordaba como un chico de cuarto año se había acercado a simplemente hablar con Sirius y casi de inmediato estaba ahí con su amigo mirando mal al mayor hasta que se fue. Pensaba que Sirius se enojaría pero en cambio dijo que eso había sido adorable.

Otra cosa que le pasaba es que se volvia más rudo cuando se trataba de sexo aunque no comprendía porque pero así pasaba, eso también había sacado rumores sobre él por la escuela a pesar de solo haberlo hecho con dos chicos del colegio.

Los gritos de Marlene lo distrajeron de sus pensamientos, su mirada se dirigió hacía ambos notando como James intentaba explicarle algo. Era un buen líder, la gente lo escuchaba porque era lindo y tenía voz pero a veces la forma en que su mente funcionaba le causaba problemas, como cuando olvidaba algo muy importante.

Después de las indicaciones que James repitió bastantes veces los dos volvieron a sus escobas para seguir con los ejercicios juntos.

Unos 15 minutos después llegó a las gradas Dorcas que traía un libro de adivinación en las manos, parecía estar bastante alegre pero Remus sabía que en cuanto James se acercará se pondría de malas, siempre pasaba.

—Hola Remus —saludó la chica sentándose cerca de él.

—Hola Dorcas, creo que ya casi acaban.

—Que bueno, quiero irme a descansar.

—¿Día pesado?

Ella asintió tranquilamente.

—Bastante cansado, creo que moriré con tantos deberes.

—Te entiendo —Remus asintió despacio—. Espero que logres acabar lo que te haga falta.

—Gracias Remus.