Extra 2. Hogar

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Casa del lago, familia Potter

Junio 30, 1977

La casa olía a galletas recién horneadas, Barty sabía que era su novio el que había hecho galletas. Le gustaba saber que podría tener galletas y postres siempre en casa.

Al notar hacia dónde iban sus pensamientos se detuvo, jamás había pensado en un futuro con alguien y mucho menos pensar en que esa pareja se convirtiera en su familia. Siempre creyó que estaría solo, tal vez casado a fuerza con alguna chica, pero solo a fin de cuentas.

Pensar en Peter en su vida ya siendo adulto lo emocionaba, pensar en verlo cada día despertar y dormir a su lado lo mantenían feliz pero también estaba asustado. Jamás creyó que tendría que enfrentarse a su padre por algo así.

Trato de ignorar el miedo y concentrarse en lo bueno. Su novio ya estaba decorando las galletas cuando entró a la cocina.

Peter estaba inclinado sobre la isla de la cocina, su mirada estaba fija en lo que hacía y su rostro, generalmente amable, estaba serio. Se veía muy guapo así o eso pensaba Barty pero él tenía la razón después de todo.

—¿Cómo vas?

—Ya casi acabo, solo que me equivoqué en esta y tuve que hacerla de nuevo.

—¿Ya me dejarás ver cómo es el diseño?

Peter movió la cabeza.

—Es una sorpresa.

—Bueno, una sorpresa, ¿hay algo especial y yo no lo recuerdo? —preguntó preocupado por haber olvidado su fecha especial o su cumpleaños.

—No hay nada especial, solo es un regalo que quise hacer así que no te estreses.

El Slytherin asintió despacio y se apoyó en el marco de la puerta mirando a su novio.

—Deja de verme así.

—¿Así como?

—Como si estuviera desnudo.

—¡Yo no te veo así!

—Claro que sí, esa mirada está seguido en ti —dijo Peter alzando su mirada y viendo a Barty.

No podía negar que estaba demasiado atraído físicamente por Peter pero es que solo verlo causaba muchas cosas en él, como justo en ese momento donde pensó en todas las cosas que podrían hacer mientras Peter estaba así.

—¿Ves? Ahí está otra vez —se quejó Peter volviendo a lo suyo.

—No digas eso muy alto, les darás la razón a Severus y Lucius.

Peter río un poco y dejó a un lado sus cosas para ver a Barty.

—Es verdad que a veces solo piensas en sexo.

—Un poco —admitió Barty mirando a su novio—. Es que eres demasiado sexy, no puedo dejar de quererte cerquita de mí.

—Tu eres muy sexy pero no ando pensando siempre en acostarme contigo.

Barty hizo un puchero y se acercó a él para abrazarlo por la espalda.

—Bobo, yo sé que sí.

—Vamos, deja que termine ¿sí? No quiero arruinar nada.

—De acuerdo —aceptó Barty derrotado y alejándose de Peter.

Salió de la cocina y fue a buscar a quien molestar mientras esperaba a Peter. Se encontró a James jugando con su varita, parecía pensativo como si hubiera algo que lo preocupara.

Amor en el mapa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora