Amor en el mapa #1

8. Ropa vieja

Septiembre 10, 1976

Colegio Hogwarts de magia y hechicería

Severus Snape estaba acomodando los libros de su dormitorio por tercera vez en el día, siempre seguía el mismo procedimiento. Quitaba todos los libros, limpiaba cada espacio y cada libro, los ponía como estaban y luego por si acaso limpiaba una vez más. Odiaba la suciedad y el polvo en sus cosas, sus amigos lo sabían aunque no sabían las razones de eso.

Les había querido decir acerca de eso pero cada vez que estaba por hacerlo en su mente aparecía la imagen de su padre, Tobias Snape y la imagen de su sala de estar repleta de botellas vacías, basura, polvo y en ocasiones vómito, a eso le seguía la imagen de su madre, Eileen Prince intentando limpiar el desastre pero sin conseguirlo del todo.

Eso le impedía decirles sus razones para ser tan cuidadoso con todo a la hora de la limpieza y siempre agradeció mucho que nunca lo presionaban para saber más.

—Solo uno más —murmuró para sí mismo tomando otro libro.

Siempre que estaba en su dormitorio solo llevaba una camiseta blanca bastante vieja y era una de las pocas prendas de color que tenía, casi todo era negro o verde, solo la usaba ahí porque no quería que la gente viera su cuerpo. Tenía algunas cicatrices donde su padre lo había lastimado años atrás además de que estaba flaco y pálido lo que era poco atractivo según él.

—¿Es raro que no tengas frío? —preguntó Lucius entrando a su dormitorio, los dos compartían dormitorio con Evan Rosier, Mathew Avery  y Alexander Mulciber pero ellos casi nunca estaban en el dormitorio.

—Después del segundo año te acostumbras —respondió soltando una risita.

—Si, tienes razón. Se quita con el tiempo.

Severus asintió acomodando el último libro para mirarlo.

—Deberías sacar esa camiseta, está muy delgada —dijo Lucius sentándose en su cama.

—Pero es mi favorita y me siento cómoda con ella.

—Tal vez pero podría hacerte daño, no quiero que te enfermes.

—Eres demasiado protector Lu.

—Solo cuido a quien quiero.

—Lo sé. —Le sonrió un poco—. Pero todo está bien ¿si?

Lucius asintió mirándolo acercarse a él, se sentó con calma a su lado con una leve sonrisa.

—¿Me dejarás darte un lindo regalo de Navidad y cumpleaños?

—Sabes que no me gusta festejar mi cumpleaños, de Navidad me lo darás de todas formas.

—¡Es que mereces muchos regalos! —Lucius se lanzó a abrazarlo con cariño.

Mantuvieron el abrazo felices, Sev observó los rasgos de Lucius y pensó en que quería dibujar, trazar su rostro en una hoja sólo para plasmar lo interesante de su cara.

Ambos notaron como sus cuerpos se tocaban en ciertos puntos, las manos de los dos apoyadas en la espalda del contrario, sus piernas rozándose y sus rostros tan cercanos que podían sentir la respiración del otro. Lucius miro los ojos negros de Severus, miro como tenía un brillo especial pero no sabía que significaba, luego sus ojos bajaron a sus labios recordando cada noche que había deseado besarlo.

Severus también miro los labios de Lucius, solo faltaba que alguno diera el paso y cerrará la distancia entre sí. Fueron solo unos minutos así pero parecieron horas para Severus estaba por besarlo cuando un golpe en la puerta los hizo separarse de golpe.