32. Caída Libre

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Noviembre 14, 1976

El espejo de la habitación mostraba los caracteristicos ojos negros de Severus, ese día llevaba un sueter verde para mostrar apoyo a sus amigos. Los tres jugarían un partido de quidditch contra Hufflepuff así que, como siempre, él los apoyaría.

En algún punto Lucius le había dicho que si deseaba entrar a jugar con ellos y por un momento lo considero pero entonces había recordado la tortura que habían sido sus clases de vuelo en primer año. En esas clases había descubierto uno de sus grandes miedos, le tenía mucho miedo a las alturas así que volar no era una opción para él.

—¿Todo bien Sevy? —preguntó Lucius desde atrás.

Llevaba su cabello atado en un moño despeinado pero que dejaba libre el rostro, ya traía algunas protecciones y su ropa deportiva, esa ropa que le marcaba más los músculos que tenía, cosa que Severus notó de inmediato.

—Si, todo bien ya sabes solo intentando que mi cabello no me estorbe.

—Déjame, creo que tengo una liga para cabello por aquí —Severus lo miró inclinarse sobre su baúl.

Su compañero removió sus cosas varias veces antes de levantarse con algo en la mano y una sonrisa triunfante.

—¡Aquí está!

Lucius se acercó a él y en unos minutos ya había sujetado el cabello de Severus en una coleta alta. Sonrió orgulloso mirando su creación antes de dejar un beso en la mejilla del contrario.

—Listo ahora si ya no tendrás problemas y ya te he dicho que tienes que atarlo para que no te estorbe a la vista, el otro día casi te caes por no ver.

—Eso no fue tan así —dijo Sev frunciendo el ceño.

—Claro que sí, te salvo Barty.

Sev le sacó la lengua en un acto infantil y solo hizo que Lucius riera un poco, el gesto había sido adorable así que no podía no reírse de eso.

—Bobo.

—Tu amas a este rubio bobo.

—Tienes mucha seguridad sobre cuanto te quiero Lu.

—Claro, ¿cómo no amarme?

El pelinegro negó riendo y abrazó a Lucius con una sonrisa leve.

—Si que te amo pero que no se te suba a la cabeza.

—¿Cómo esperas eso? El chico más lindo e inteligente de todo el mundo mágico me ha dicho que me ama.

—No soy el chico más lindo ni el más inteligente —murmuró Sev mirándolo.

—¡Por supuesto que lo eres! Y no acepto un no por respuesta.

Sev sonrió como idiota al oírlo decir eso y asintió despacio, se sentía tan bonito cada que Lucius decía todas esas palabras porque siempre creyó que nadie le diría algo parecido o que nadie sería capaz de sentir todo eso, a veces dudaba de si era verdad pero cada que veía los ojos de su amigo entendía que nada de lo que decía era mentira.

Con dos pasos terminó más cerca de él, lo rodeó con sus brazos en un cálido y tierno abrazó disfrutando de sentir su calor. El contrario lo abrazó con una sonrisa alegre, acariciando la espalda de forma cariñosa.

Sev alzó un poco la mirada primero a los ojos de su amigo y luego a sus labios, anhelaba sentir de nuevo los labios del rubio contra los suyos, sentir esa corriente eléctrica que lo atravesaba cada que se besaban y parecía que Lucius también lo deseaba porque no tardó en besar sus labios.

Amor en el mapa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora