Colegio Hogwarts de magia y hechicería
Enero 12, 1977
Cuando eres niño no puedes creer que tu padre no te quiera pero conforme vas creciendo y recuerdas tu infancia te das cuenta de que siempre estuvo ahí, que siempre hubo desprecio y asco. Para Severus había quedado claro el día que había recibido su carta de Hogwarts, su padre odiaba la magia, odiaba todo lo que estaba relacionado con ella y eso los incluía a su madre y él.
Tobias podía pasar horas insultando a su esposa e hijo, recordándoles que no eran "normales" y que no merecían siquiera estar cerca de él. También se reía mucho del apellido de soltera de Eileen, se burlaba de que su apellido fuera Prince y que vivieran en una zona tan alejada de los lujos de un príncipe o una princesa; sabía que lastimaba a Eileen y lo disfrutaba.
El día de su cumpleaños Severus había recibido un nombre mejor, había recuperado ese cariño a su lado materno cuando Lucius lo había llamado Príncipe oscuro y se había sentido feliz de escuchar ese apodo.
Su mirada se dirigió a Zanahorias que se movía por su cama buscando algún lugar calido, no pudo contener la sonrisa al ver a su mascota. Nunca había considerado tener alguna mascota antes, no tenía dinero y a veces podía ser bastante antipatico, no quería ser cruel con algún animal pero tener ahí a Zanahorias era algo reconfortante.
—Pobre de ti, aquí hace demasiado frío —dijo acercándose y le hizo un pequeño nido con su sueter.
Zanahorias salto varias veces para llegar al nido y se acurruco mirando a Severus con sus orejitas alzadas. Él acarició su cabecita despacio para no hacerle daño, estaba completamente embobado por su pequeño compañero y, aunque a clases no podía llevarlo, trataba de tenerlo cerca cuando no tenía clases.
—Espero no te haga daño estar aquí, no quiero que te pase nada —dijo mirándolo con cariño—. Al menos hoy estarás un buen rato conmigo y con Lily.
Había quedado de ver a Lily para charlar un rato y también poder intercambiar algunas conclusiones sobre pociones. Ya tenía su libro y un cuaderno con anotaciones extra, tomó con cuidado a Zanahorias aún envuelto en su pequeño nido además de una pequeña pelota que tenía como juguete.
Estaba considerando buscar algo para poder llevar a Zanahorias de un lado a otro y que no fuera su jaula, era un buen lugar para que durmiera y demás pero sentía que podía estresar un poco a su animalito. Necesitaba algo suave y cómodo que no molestará pero que pudiera servir para que también jugara, tendría que buscar algo cuando volviera a casa.
Con cuidado de no hacerle daño salió de su cuarto directo a la sala común de Gryffindor. En otro tiempo habría pedido verla en otro lado pero ya después de haber pasado ratos ahí con los demás no se sentía tan intimidado por la idea.
El trayecto no fue demasiado largo, lo empezaba a hacer de forma automatica lo que le causaba curiosidad pero suponía que era por eso de pasar tiempo con los demás de Gryffindor. Mientras iba caminando notó a la mayoría de la gente bastante alegre, no sabía que pasaba que todo el mundo estaba así incluso él se sentía más feliz que de costumbre.
Cuando llegó a la entrada de la torre se encontró con Lily esperándolo, llevaba un poco una malteada de fresa en las manos. Al verlo le dedicó una sonrisa antes de ver lo que traía en brazos, se acercó a él con curiosidad, ella sabía que le habían dado un conejito pero aún no lo conocía.
—Hola Sev —saludó sonriendo alegre.
—Holi, ¿Cómo estás?
—Bien, vamos que tengo varios libros que quiero mostrarte.
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Amor en el mapa #1
Hayran Kurgu"La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación. " Lope de Vega Ocho chicos, cuatro de Gryffindor y cuatro de Slytherin están a punto de descubrir que el amor puede cambiar destinos. Sus dest...