5. Escobas y serpientes

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Septiembre 5, 1976

Colegio Hogwarts de magia y hechicería

El cuadro de la señora gorda, que era la entrada a la torre de Gryffindor, se abrió dejando ver a Remus que traía un libro en las manos que había ido a sacar de la biblioteca. James alzó la mirada y miró a su amigo con una sonrisa alegre deteniendo su trabajo, estaba terminando la redacción de encantamientos que era para la clase siguiente; acomodó sus gafas con un movimiento simple.

—¿Encontraste el libro? —le preguntó dejando la pluma en el tintero.

Remus asintió sentándose frente a James.

—Si lo necesitas aquí puedes tomarlo —dijo Remus abriendo el libro en un capítulo sobre eucalipto.

—Gracias pero aún no haré la redacción de pociones, tengo que preparar todo para las pruebas de quidditch.

—¿Lo harás aquí?

James negó tomando de nuevo la pluma.

—Prefiero ir al campo o al jardín, es más tranquilo y podré pensar mejor.

—Esta bien entonces si Sirius o Peter te buscan les diré que estás ahí.

—Moony ¿olvidas que tenemos el mapa?

—Es cierto —Remus río un poco apenado—. A veces olvido que tenemos el mapa.

—No eres el único, la verdad.

Se quedaron callados cuando un grupo de niñas entró a la sala común caminando directo hacía las escaleras de las chicas. Ambos trabajaban tranquilos esperando a que sus risas y voces se alejaran para poder seguir hablando.

—Irónico que olvidemos que tenemos un mapa mágico que nos dice donde está todo el mundo —dijo Remus y río un poco.

—La vida es irónica.

James siguió su redacción con una sonrisa alegre intercambiando algunas palabras con Remus de vez en cuando. Un rato después terminó su redacción y comenzó a guardar sus cosas tranquilamente, cuando tuvo sus materiales guardados subió hacía su dormitorio rápido.

Abrió la puerta entrando al dormitorio que compartía con sus amigos, era un lugar circular con 4 camas con dosel con un espacio cada una para que los dueños pudieran expresar su forma de ser en su espacio. Cada cama contaba con dos mesitas de noche y algunos detalles más, al frente de cada cama estaba el baúl de cada propietario.

James se acercó a su parte para guardar sus cosas y luego sacar algunos pergaminos además de su escoba; no iba a entrenar como tal pero podía dar una vuelta por el campo de quidditch cuando se distrajera.

Estaba bajando las escaleras cuando se encontró con Peter que subía con una sonrisa tranquila, su mano iba mucho mejor después de dos días del pequeño accidente que había tenido en las cocinas. Había sido raro verlo llegar con los ojos rojos y la mano vendada pero luego de escuchar su historia entendieron así que entre los tres ayudaron a que Peter se sintiera mejor.

—¡Prongs! —Peter lo miró sonriendo.

—Hola Pet, ¿vas a hacer la tarea de encantamientos?

Peter asintió alegre.

—Remus se ofreció a ayudarme un poco así que eso haremos.

—Excelente, si tienes problemas puedes tomar la mía, está sobre mi cama.

—Gracias James.

James vio como Peter subió con una mirada alegre antes de entrar al lugar del que había salido unos momentos antes.

Amor en el mapa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora