19. Risas

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Septiembre 20, 1976

Colegio hogwarts de magia y hechicería

El olor a pintura era bastante intenso en el salón donde estaba Barty, él estaba acostumbrado a ese olor porque llevaba años pintando. A diferencia de sus amigos, Regulus y Lucius, él no sabía tocar un instrumento pero en cambio sabía pintar en óleo por su madre y tía que le habían enseñado desde muy pequeño, al principio su padre le había prohibido hacerlo aunque después su madre lo había convencido.

Barty observó lo que había hecho en la última hora y sonrió orgulloso; estaba intentando hacer un retrato de su madre como futuro regalo para ella en su cumpleaños. Había pedido permiso a Slughorn para poder usar un salón vacío no queriendo molestar a sus compañeros de cuarto con todo el desastre que se hacía cuando pintaba.

Estaba concentrado mirando su paleta pensando en que color seguiría e intentando recordar cada detalle de su mamá, en realidad no tenía que hacer memoria porque tenía fotos de ella en su cuarto pero sí que quería recordar el momento que estaba intentando retratar.

Suspiro un poco antes de mirar a su alrededor para dejar la paleta de pintura y acercarse por su vaso de agua; la luz del sol, que entraba por los ventanales, iluminaba por completo el salón ayudándolo con su actividad. Recorrió el suelo con la mirada en busca de otro pincel aunque más delgado que el que estaba usando para poder hacer algunos trazos de forma más suave y fina.

Pintar lo relajaba y lo hacía no pensar en nada, podía pasarse horas frente a un lienzo también en ocasiones frente a una pared pintando cualquier cosa con las manos. Esa última actividad solo la hacía cuando sabía que su padre no estaba cerca porque se enojaba de que su hijo se pudiera ensuciar con pintura.

Comenzó a buscar un tubo de pintura entre sus cosas pero al no encontrarlo suspiro, tendría que ir a buscar ese color a su dormitorio y aprovechar para tomar algunas cosas más. Tomó su varita de una mesa y salió del salón rápido para no perder demasiado tiempo.

Estaba inmerso en sus pensamientos caminando hacia las escaleras, midiendo cuánto tiempo podía faltar para terminar el cuadro. Era rápido y si seguía todo el día podía lograr avanzar bastante, el cumpleaños de su madre era el 29 de septiembre por lo que quería tener el cuadro listo para antes de esa fecha.

Llegó al frente de la entrada de su sala común, dijo la contraseña y luego entró ignorando el bullicio de sus compañeros de casa. Prácticamente corrió de regreso cuando tenía las cosas que había ido a buscar, estaba por salir cuando dos sujetos se pusieron frente a él, eran Mulciber y Avery, dos de los compañeros de cuarto de Lucius y Severus.

—Hey Crouch —lo saludo Avery con su usual arrogancia.

—Hola Av, ¿que hay Mulciber?

—Todo bien pero queríamos hablar contigo —dijo este mirándolo serio.

—¿Tiene que ser ahora? Estaba con algo de prisa.

Los dos se miraron un par de segundos y luego volvieron a mirarlo.

—¿Vas con... ESE chico? —preguntó Mulciber alzando una ceja—. Suponíamos que tu y tus amigos eran así de raros pero no que caerías por la escoria.

Barty frunció el ceño ahora molesto.

—Somos "raros" como dices y nos importa una mierda pero a Peter no vuelvas a decirle escoria —gruñó enojado.

—Tranquilo, Mulciber no quería ofender a tu amigo —intervino Avery para abrazar a Barty por los hombros—. Solo nos preocupamos por ti, a fin de cuentas ese chico sigue siendo amigo de quienes han jodido nuestra casa y a Snape.

Amor en el mapa #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora