Capítulo 15.

2.9K 375 458
                                    



Believer - Imagine Dragons

Al siguiente día, Goliat se sorprendió de vernos desamarrados.

—¿Qué pasó? —Preguntó con curiosidad.

—Salomé no nos ató —respondí.

—Wow... ¿Y eso? —Buscó una explicación.

—Lo que pasa es que Isaac le cae demasiado bien —exageré la frase. Mi amigo me fulminó con la mirada.

—¡Oh! —Exclamó. Pude notar en él un gesto preocupado. Intuí que, a pesar de que le agradábamos, en especial Isaac, no quería que ella se expusiera por nosotros, sin embargo no volvió a mencionar el tema.

Cuando fue el turno de entrar de Salomé, lo primero que hizo fue preguntarnos qué tal habíamos pasado la noche.

—¡Muy bien! —Expresé.

Salomé me ignoró y se acercó a Isaac, que veía los instrumentos de tortura con atención. Me senté en el sillón para observarlos mejor.

—¿Qué haces? —Le preguntó con voz suave.

—Nada. —La miró de regreso—. Solo veía todas estas cosas y me preguntaba para qué servían.

—¿Quieres que te enseñe? —Preguntó burlona.

—¡No! —Exclamó, dándose la media vuelta y alejándose de ella. Se sentó en el suelo, recargando su espalda en la pared que quedaba a mi derecha.

Salomé se sentó junto a él y recargó su cabeza en su hombro. Isaac no hizo el intento de alejarla. Era curioso cómo negaba mi idea pero la llevaba a cabo sin darse cuenta, de manera inconsciente.

—¿Quieres saber algo de mí? —Preguntó Salomé cerrando los ojos. Ya sabíamos muchas cosas de ella pero no tenía por qué enterarse.

—Si no estuvieras aquí, ¿qué te habría gustado hacer?

Salomé abrió los ojos y se quedó pensativa.

—Es una pregunta interesante —comentó—. La verdad nunca lo había pensado. ¿De qué me ves cara? ¿Qué crees que habría sido?

—Monja —respondió, haciendo que ella soltara una carcajada—. ¿De qué te ríes? —Se hizo el ofendido pero sabíamos que en el fondo estaba tan divertido como ella. Incluso yo reprimí una risa.

—No creo que hubiera sido una buena monja —siguió riendo, volviendo a recargarse en su hombro.

—Bueno, tal vez... ¿modelo?

—¿Tú crees?

—Sí, eres muy bonita.

Sus mejillas enrojecieron un poco, así que escondió su rostro con su cabello. Después de unos segundos, volvió a hablar.

—De no ser sacerdote, ¿te habría gustado ser otra cosa?

—Amo mi profesión... —respondió—. Pero también me gusta mucho la psicología, he estudiado bastantes temas de esa ciencia.

—Curioso...

—¿Tú crees?

—Sí... Sabes, me habría gustado conocerte en otras circunstancias.

Isaac volteó hacia Salomé y la vio con un gesto compasivo. Tomó su mano y le dio un apretón para demostrarle apoyo.

Isaac no quería llevar a cabo mi plan porque moralmente estaba mal en todos los sentidos, él era un sacerdote y yo quería usar a Salomé como un medio para escapar aunque eso la afectara, pero aun así no iba a desistir, si era la única posibilidad de sobrevivir, tenía que seguir insistiendo solo un poco más.

La hacienda de los psicópatas © +18 |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora