Capítulo 26.

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Muerte


Están a punto de darme la inyección letal. Minutos antes, mi verdugo me hizo plática, pues escuchó mi caso y le pareció interesante, así que le conté todo lo que había pasado en los últimos meses, omitiendo la existencia de Salomé y Caín, solo le mencioné que nuestro carcelero fue un buen hombre y tuvo consideración con Isaac y, por añadidura, conmigo solo por su profesión de sacerdote.

Asimismo le comenté que el comisario González y los otros dos oficiales fueron los violadores y asesinos de mi hija y que por eso decidí poner los explosivos.

—Qué triste tu historia, amigo —murmura en voz baja—. Quisiera no ejecutarte, esos policías se lo merecían.

Estoy en una habitación de tamaño mediano, iluminada con una luz blanca que empieza a parecerme molesta, amarrado en una camilla con un catéter en cada brazo, esperando a que me inyecten las drogas necesarias para que mi cuerpo deje de funcionar.

—La vida no es justa —comento—. A veces uno tiene que hacer justicia por su propia mano.

—Es cierto, aunque no sé qué tan bueno sea para el alma.

—Es gratificante —murmuro y mi declaración parece sorprenderle un poco.

—¿Crees que tu amigo, el sacerdote, estuviera de acuerdo con tu pensamiento?

—No —respondo con rapidez—. Isaac creía en la justicia divina, pensaba que uno debía perdonar y avanzar, y que al final los malos caerían por sus propias acciones.

—Oh... —Se queda callado un momento—. Voy a empezar a suministrarte los fármacos —explica.

—Adelante.

—Lo dices con tanta calma. —Me ve con admiración—. ¿En serio estás listo para morir?

—Lo estoy.

Pronto los sedantes empezarán a hacer efecto hasta dejarme inconsciente, me dará parálisis respiratoria y un paro cardíaco, así que aprovecho para recordar a mis seres queridos: Iris, mis padres e Isaac; pronto los acompañaré en su descanso. Si el sacerdote de ayer tenía razón, me iré al infierno pero a estas alturas no me preocupa mi persona. Hice muchas cosas que no debía pero valió la pena vengar a mi hija.






F

¡Terminó la historia de Pat!

Pero no crean que esto ha terminado, como ya expliqué antes, ahora se viene la parte narrada por Salomé, sabremos cómo fue su vida y la de Caín antes, durante y después de conocer a Pat.

Aclaro que la siguiente parte es muy dura, es más fuerte que lo que narra Pat. Hay algunas modificaciones pequeñas y censura para que sea una historia apta para Wattpad. ¡Y será como echarle limón a la herida! Pero valdrá la pena conocer la historia de esos dos, creo.

¡Nos vemos la siguiente semana con Salomé!

Gracias por llegar hasta aquí, en verdad, son mi motivación para compartir mis historias, sin ustedes no tendría sentido subir nada. ¡Les mando un abrazo!




La hacienda de los psicópatas © +18 |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora