Capítulo 25.

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*Recuerden que hubo actualización el jueves para que no se vayan a saltar el capítulo.

*La historia está inspirada en Latinoamérica pero no se desarrolla en ningún país conocido, ya veremos por qué.


Animal I Have Become- Three Days Grace



No pasó mucho tiempo para que la policía me atrapara. Según supe, rastrearon de dónde se hizo la llamada anónima, además gente de la pensión me reconoció y dio aviso a las autoridades.

La mañana en que me agarraron, salí del edificio, dispuesto a ir al estacionamiento de un pequeño centro comercial, con mi pañuelo en mano, cuando dos autos de la policía se pusieron frente a mí y cuatro oficiales me apuntaron con sus armas.

—¡Arriba las manos!

No me opuse ni corrí, no tenía caso. Obedecí su petición y solté una carcajada. Un oficial se acercó a mí y me sometió en el suelo.

—A ver si esto te parece tan gracioso. —Tomó mi brazo y lo dobló hacia atrás. A pesar del dolor seguí riendo.

Me subieron al auto con brusquedad y me llevaron a la comisaría de ese lugar, donde una oficial me interrogó. Mencionó los crimines por los cuales había sido acusado, acepté los cargos del narcotráfico sin dudarlo. Cuando tocó la parte de la explosión, indiqué que yo fui el responsable. La mujer, cuyo apellido era Martínez, entrecerró los ojos al oírme, sospechaba que mi declaración era mentira.

—Algunos policías que sobrevivieron al atentado dijeron que un hombre joven fue el que puso los explosivos y echó la gasolina por la comisaría, si es así puedes dar información de él para que lo atrapemos y tu condena no sea la más dura.

—Fui yo —dije sin pensarlo dos veces.

—Patricio, ¿sabes que la gente está pidiendo que te den la pena de muerte? —Apretó los puños—. Se tiene que hacer justicia, tenemos que agarrar al verdadero asesino.

Hacía poco tiempo esa condena había sido aceptada en el país. Sonreí con ironía, recordando que yo estaba a favor de la pena de muerte. ¡Mi situación era una burla! Sin embargo, no me arrepentía de echarme la culpa. Esos meses que estuve yendo de un lado a otro, pude reflexionar más acerca de mi experiencia; por algún tiempo en mi interior, seguí teniéndole rencor a Caín, hasta que comprendí que su intención con Iris no fue mala, él en verdad creía haberla ayudado, y mi niña estaba tan traumatizada que no quería seguir viviendo. Los culpables fueron Juárez, González y López, y al final acabamos con todos... Claro, también murieron otros policías pero no me sentí mal, total, había un dicho que decía que pagaban justos por pecadores, asimismo tenía la seguridad de que todos ahí sabían acerca de las malas prácticas que llevaba González y ninguno hacía nada, ¡qué bueno que los jodimos!

—Yo soy el verdadero asesino. —No dejé de sonreír en ningún momento—. No había ningún joven ahí. —No pensaba involucrarlos, en especial a Salomé, Isaac creía que ella merecía una vida tranquila y estaba dispuesto a protegerla para que así fuera.

Martínez me miró mal.

—Es curioso que las cámaras hubieran estado apagadas ese día —masculló—. Buscamos al sujeto que trabajaba como encargado de las grabaciones pero no lo encontramos, al parecer se fue del país. ¡Qué coincidencia!

—¿Verdad? —Dije en tono burlesco.

—Mmm... También mencionaron que había una chica de cabello platinado, al parecer mató muchos oficiales, dicen que incluso a uno le arrancó la lengua y pisó su cuello pero tampoco hay ningún informe de ella.

La hacienda de los psicópatas © +18 |Completa|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora