Capítulo 09: Cuenta Regresiva

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CIARA.

Tres años atrás.

Suiza, Berna.

Me consideraba una mujer invencible e intocable. Una especie de diosa de otro mundo la cual siempre calculaba cada paso antes de darlo, con eso me aseguraba de que nadie pudiera dañarme. Para mí, nunca ha sido problema la falta de lazos afectivos con los demás. 

Mi familia es una manada de bestias las cuales buscamos el control sin importar a quien o que debemos destruir en el proceso. Aunque siempre creí que hasta el más malo de los malos tenía valores a seguir, pero al parecer no. Porque gracias al ex General llevo dos años secuestrada por mi peor enemigo. ¿Cómo lo consiguió? No fue por mi descuido sino por una traición, una puñalada que no me espere, la cual ha hecho que mi vida sea un total infierno. 

Diatchenko, es un apellido que ha estado muy presente en mi vida. Ya que desde que era una pequeña estudiante en la escuela de la FES los rumores de la familia más grande de mafia, rondaba por los pasillos haciéndonos temer con solo oír su apellido. 

 Cuando el comando estuvo al mando de Adrián Arcain, jamás logró capturar a Levin Diatchenko, un hombre demasiado inteligente y hábil para sus negocios. Quien hace unos años le cedió el puesto de líder de la familia a uno de sus nietos: Alessio Diatchenko. A quien aún no he conocido a pesar de estar encerrada en su propia casa. 

Por un falso alertamiento mi División y yo viajamos a Berna hace dos años según los informes para la captura de Levin. La misma noche que llegamos, recibí una extraña llamada de un viejo conocido solicitando que nos reunamos y lo hice. Salí de mi central sin avisar mientras mi equipo trabajaba y me llevé la peor sorpresa de mi vida. Encontrarme con uno de los miembros de esta horrible familia cara a cara. Él con miles de sus hombres y yo sola con un arma 

Pero dos años de cautiverio me han dado el tiempo para pensar y atar cabos. Todo fue una trampa, una trampa que tiene como consecuencia que un maldito cerdo de nombre Ernesto Diatchenko lograra.

He visto cosas inhumanas aquí, prostitucion, drogas, trafico de armas y mucho mas. Aquí solo hay esclavos que le sirven a los reyes. He pasado horas gritando cuando pasan pequeños niños por enfrente de mi, los cuales han arrebatado del lado de sus padres para que cumplan con sus propósitos asquerosos aquí. 

Hombres y mujeres siendo torturados viviendo en calabozos asquerosos sin ningún tipo de alimento o agua. Jamás creí que el dolor de otros fuera a causar tanto daño en mí, pero es imposible no sentirme mal ante inocentes sufriendo. 

—Despertó ricitos de oro. —La voz de Ernesto Diatchenko resuena cuando aparece enfrente de mi celda. —¿Cómo amaneció ese golpe? No puedo creer como dejas que dañen ese rostro tan bello. 

Tenso la mandíbula y no bajo la mirada. Prefiero morir a inclinarme ante el cerdo que ha abusado de mí dos años enteros. 

—Vamos preciosa, no me digas que no te gustó nuestro encuentro de anoche. Eres una fiera y así las tomo yo. —Abre la celda y da un paso al frente. Sujeto el cubierto en mis manos y lo apuntó hacia su rostro cuando se acerca causando que el maldito se burle de mi. —Dos años siendo mi perra y te sigues negando como la primera vez. 

—Señor, todo está listo. —avisa una mujer de cuarenta años quien es la perra faldera de este tipo. Desde que llegué aquí ella es quien se ensucia las manos por las órdenes que este le da. —Vamos ahora Ciara. 

No me muevo ni dejó de sostener en pose defensiva el cubierto hacia su jefe. 

—Trae al maldito mocoso. —dice ya irritado. Una de sus esclavas entra sosteniendo al bebé de Lucy, una chica a quien secuestraron y este maldito abuso para que quedara embarazada y así poder vender al bebé. Otro negocio que desconocía de esta familia. Lucy también está allí sollozando mientras uno de los escoltas sostiene una navaja suiza alrededor de su cuello. —Mis sobrinos vienen de vista y tu vas a ser una buena perra o aviento a estos dos al pozo y sabes lo que pasara. 

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