Epilogo

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Un año después


—Eres un inútil. —comentó sacando la carne calcinada de la parrilla. —Vas a matar a nuestras familias de hambre. 

—Hey —habla Katie acercándose tomando a su esposo de la cintura. —General podría ser un poco más empático, gracias a usted mi marido trabaja demasiado por lo cual está agotado para hacer funciones de hogar. 

—Eso no es excusa, siento que lo que realmente agota a tu marido son los pequeños gemelos. —señaló a sus hijos en los coches. 

—Malcom y Jonathan no tienen la culpa. —suelta Aria acercándose a nosotros de la mano de mi hijo. 

—Jamás superaré esto. —gruñe Ferre. —Es mi pequeña. 

—Lo sé y yo la respeto, no seremos novios hasta tener una edad en la que sea ideal. —contesta mi hijo como todo un caballero. —Tío Eric, confía en mí. 

Ferre va a decir algo más pero es atacado por una bola de pintura que marca la piel de su cuello de un color azul. Ruedo los ojos cuando veo esa mirada en sus ojos, toma el cubierto como arma y se inclina cubriéndose tras el sillón qué reposa en el jardín. 

—¡Estamos en zona de guerra! —gruñe avisándonos. —La mejor soldado del mundo me está atacando, siento que moriré. 

Rueda por el césped sin importar que su ropa blanca tome un tono verde. Me cruzo de brazos y lo observo junto a su esposa. 

El día hace que finalmente estemos tranquilos y relajados. A pesar de que no hay comida no podría estar más feliz en la vida. Mis mejores amigos están aquí, felices con sus tres hijos, acompañando a mi familia en un fin de semana de felicidad antes del cumpleaños de mi madre. 

—¡Oh no! —vuelve a hablar Ferre. —Soldado herido, soldado herido. —Su camisa justo en el corazón es manchada por una pintura de color rojo. 

Minutos después mi hija salta sobre su tío y lo atrapa sujetando sus manos como puede. Es tan chica pero nada frágil. Su melena rubia esta en una coleta y su vestuario es un mini traje de la FES. Sus mejillas tienen pintura verde y amarilla como si en verdad estuviera en una zona de guerra. 

Apunta al cuello de Ferre con su arma de pintura y no lo libera hasta que este se rinde. Grita emocionada y baila antes de que su tío la tomé en brazos y corra con ella por todo el jardín. 

—¡Basta! —rie —¡Ya te gane! 

—Quiero besar y abrazar a la mejor sobrina y soldado del universo, déjame. —le explicaba Eric mientras la hace reír antes de entrar a la piscina seguido de Dante y su hija Aria. 

—Gracias. —habla Katie observando. 

—¿Por qué? 

—Volviste por mí. —sonríe. —Confiaste en la División Roja para que subieran a Ciara al submarino de la FES y te metiste al fondo del océano y me salvaste. 

Niego. 

—Tu lograste salir del submarino yo solo te ayude a subir. 

—Cuando nos encontramos ya estaba sin fuerza. —me abraza. —Gracias a ti estoy aquí, con mis tres bebés y el mejor marido que la vida me dio. 

—¿Si notas que él fue quien predijo qué sería tu esposa? —cuestiono. —Manipulo la vida para que ustedes estén donde están y sean felices. 

Asiente. 

—Con él no me importa el pasado, solo el presente y lo que construímos para nuestros hijos. 

—Quien diría que el intenso español y la mocosa Arcain terminarían atrapandonos. —suspiro. 

Dérive Donde viven las historias. Descúbrelo ahora