Dérive

Misión Final.

Parte II

ALEKSANDER

—Los escucho. —vuelvo a hablar.

Hay cinco hombres en la mesa: Alessio Diatchenko, Luke Meyer, Adrian Arcain y dos viejos miembros líderes de mafias catalanas. Todos me observa con sorpresa menos Meyer quien sonríe haciéndose a un lado, me ofrece la silla a su lado llevándose la sorpresa de todos.

—Lo propuse una vez y lo vuelvo a hacer.

Alzó la barbilla y suspiro arrojando mi arma al suelo. Doy pasos lentos revisando el terreno en el que me meto. Hay 20 hombres apuntando directamente a mi cabeza. Katie Smith y mi mujer están en un sillón a lado izquierdo del salón.

—¿Qué está pasando? —gruñe Arcain con rabia.

Me apunta a la cabeza, no bajo la mirada, por el contrato lo reto a que dispare.

El alemán es quien toma la palabra ordenando a sus hombres me protejan.

—Si lo asesinas, todos morimos. —avisa.

—Lo estábamos buscando para asesinarlo. —quita el seguro.

—Arcain. —gruñe uno de los ancianos de la mesa. —Aleksander Tiziano es el representante en esta mesa de los Boss Zakharova.

Está maldita organización se creo hace varios años, la FES no interfiere con sus negocios porque mi tío tiene negocios en conjunto con ellos, el tráfico de armas rusas es el principal. No hay que ser un genio para saber que Maksym Boss es de los mafiosos más grandes de la historia.

Cuando entre a la FES esta organización de mierda me busco para que continuará el legado de mi tío y lo representará. Al principio me negué pero luego solo decidió hacerme ciego ante sus actos lo cual siempre me ha guardado un puesto respetado en esta mesa.

Jamás creí que llegaría a aceptar pertenecer a esto hasta ahora. Por mi familia me vuelvo el mismo diablo si es necesario. Estoy decidido a ser parte del infierno y quemar a quien sea y donde sea en este momento.

Tomo mi lugar en la mesa ignorando al idiota que me observa anonadado. Es tan básico y estúpido que creyo qué mi familia no tenía control sobre esta organización.

—Bienvenido.

—No estoy seguro de ser parte de ustedes. Yo he ignorado barcos enteros de contrabando y otros actos ilícitos los cuales podrían causarles pena de muerte —hablo en tono bajo y serio. —¿Les parece justo que se metan con mi familia?

—No es personal. —aclara el alemán. —Todo es un negocio y tú no pertenecías a nosotros antes.

—Teníamos un acuerdo, ustedes no tocaban a mi familia y yo los ignoraba a ustedes.

—¿Van a confiar en este imbécil qué solo quiere venganza? —agrega Arcain perdiendo los estribos. —Esto es absurdo.

—Absurdo es que te creyeras con la habilidad de usar a la organización más grande del crimen en mi contra y de mi familia. —le doy una mirada fija. —Es estúpido que me estés subestimando después de que hace años acabe con tu pequeño y ridículo negocio de contrabando el cual se tardo más en destruirse qué en nacer.

—Te voy a cortar la cabeza —gruñe —, seguiré destruyendo a Ciara justo como hasta ahora.

Que la nombre hace que se tense los músculos de mi rostro y que la furia me impide respirar con calma. Mis ojos van a mi mujer, la cual está en un trance donde no se mueve ni habla. Me preocupa demasiado y quisiera correr a ella para abrazarla y demostrarle qué todo estará bien. Pero debo mostrarme firme si quiero que este plan funcione.