Parte II

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Aleksander cae de rodillas al suelo cuando nuestra hija se acomoda enfrente. Ella sonrie y con la mayor confianza del universo toma las mejillas de su papá, pero hace una mueca.

—Tu barba me raspa las manitos. —se queja.

—Hola.

Es lo único que logra decir él sin dejar de verla a los ojos. Ella sonrie y lo abraza con fuerza dejando que su papá la cargue entre sus brazos.

Abro la boca con asombro cuando veo las mejillas de Aleksander mojarse de emoción. Es como si no lo creyera aún pero la idea de soltarla está lejos de su mente lo puedo jurar.

Pasan unos minutos antes de que la acomode en sus brazos para poder mirarla a la cara y preguntar.

—¿Sabes quien soy?

—Mi papi. —suelta simple. —¿Me trajiste mi tutu? —Él niega. —No importa papi, yo solo te quiero a ti y a Dante.

Abre la boca con sorpresa y se cubre con sus manitos para mirarme ahora con preocupación. Apenas y nota que le hace falta su hermano mayor del cual le hablo a diario desde que nació.

—¿Mami donde esta Dante?

—Amor, tu hermano esta de viaje con tus abuelos. ¿Te gustaría ir con ellos?

Asiente.

—Quiero a mi abuela Danella.

—¿Sabes de mi madre? —pregunta con asombro el. Halcón Rojo.

—Obvio papi. Yo conozco a mis abuelos, a mi hermano, a mis tíos. Mi tía Danika me llevará con mis abuelo mientras tú y mi mami trabajan.

—¿Cómo sabes tanto? ¿Eres muy pequeña?

—Pero soy inteligente, como tú. —besa su mejilla. —Te amo pero no me gusta tu barba.

Sonrío viéndola. Es tan perfecta qué me vuelve loca de amor. Encaja tan bien con su papá que me siendo orgullosa de la crianza qué le hemos dado Serkan y yo.

—¡Tienes que decir que me amas!

Aleksander me observa cuando nuestra hija le reclama haciendo un puchero.

—Es una Tiziano, amar le sale nato.

—Dimelo papi o me enojo.

—Tiene el carácter de su madre, así que no la provoques. —advierte Serkan.

Causando qué todos riamos sujeta el rostro de su padre entre sus pequeñas manos y lo mira fijamente abriendo de más sus ojos. No va a descansar hasta que lo escuche decirle que la ama.

—¿Has visto las estrellas del cielo? —Ella asiente. —¿Puedes contarlas todas? —Niega. —Bueno así es mi amor, jamás podrás contar o llegar a imaginar cuanto te amo.

Abre su boca con sorpresa y sus mejillas rosadas relucen.

—Me amas mucho.

—Más que a mi vida. —besa su mejilla.

Ella sonríe.

—Ya lo sabía.

La puerta se abre dejando ver a Danika y Cassian. Anika sonrie emocionada y estira sus brazos hacia ellos.

—Papi te amo pero quiero abrazar a mis tíos ¿Puedo?

—Claro amor.

Deja que Cassian la cargue acercándola a Danika quien es un mar de lágrimas. Solo mi hermano conocía la verdad de mi hija, le pedí que viniera aquí pero antes de hacerlo le contará todo a su mujer. Solo en ellos confío para que la cuiden mientras estoy en América.

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