S1:E21: Seguro De Vida

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Despierto por la radiante luz del sol entrar por mi ventana, froto mis ojos un par de segundos tratando de despertar por completo, algo extraño se apodera de mi cuando todos los recuerdos de la noche anterior llegan.

Es entonces cuando me percato que su brazo rodea fuerte mi cintura, permanecía completamente dormido. Su cabello estaba alborotado y sus mejillas estaban rosadas, Dios. Se veía tan bien.

Mi vista se desliza hasta su torso y en todos los dibujos que decoraban su piel, recorro todos sus brazos, eran fuertes y sus manos eran grandes. Tenía un cutis limpio y algo de bello por su barba, tenía un par de lunares y unas enormes pestañas.

Definitivamente podría pasar la mañana entera observándole. Muerdo mi labio tratando de evitar una estúpida sonrisa, pero fracaso. Cubro mi rostro mientras niego con la cabeza haber pasado una de las mejores noches de mi vida.

—Yo tampoco puedo creerlo —su voz ronca y masculina me baja a la tierra de golpe.

—Hola —sonrío—mis padres van a asesinarme si se enteran de que dormiste aquí.

—Moriría muy feliz, estoy seguro de eso —dice antes de plantar un beso en mi frente—esta fue la mejor noche de todas.

—¿Eso se lo dices a todas? —bromeo.

—Sí, pero a ti te lo digo en serio —ríe junto conmigo, mejorando por completo mi día.

H A R R Y

—¿Dónde estabas? te llamé toda la noche —Sutter pregunta con desesperación .

—No sabía que tenía que pedirte permiso, mamá.

—¡No bromeo, Harry! Hice lo que me pediste, todas sus cuentas bancarias están en ceros ¡soy un maldito hacker! —exclama con emoción.

—Creo que no debí hacerlo —mi expresión es seria y tensa, sé que Sutter lo nota así que solo se limita a mirarme extraño.

—¡No me jodas! —escupe—ayer estabas que hervías porque te amenazó ¿qué sucede?

—No puedo hacerle daño, Sutter —murmuro mientras observo al techo.

—¿A Steve? dime que es una broma —ruedo los ojos cuando le escucho.

—¡Con una mierda! —mi palma duele cuando la estampo contra el escritorio—Maddie. No puedo lastimar a Maddie.

Noto como Sutter desvía su mirada hacia la nada, parecía estar demasiado confundido.

—¡Joder, hermano! —suspira—sí que enloqueciste.

—Creo que estoy enamorado de ella.

Comienzo para enfadarme cuando escucho al chico de baja estatura burlarse de mi—¿te parece divertido? —pregunto con molestia.

—Escucha Harry, sé que me mandarás a la mierda cuando escuches mi consejo pero... Solo estás confundido, no estás enamorado de ella, no es una buena idea y lo sabes.

—¿Y por qué no? —me encojo de hombros a pesar de que sé de lo que hablaba.

—¡Vamos, hermano! solo se trata de pensar en todo el peligro que la vas a exponer, medio Chicago te odia, tienes enemigos por todas partes, personas que pagarían por verte tres metros bajo tierra. ¿De verdad crees que es buena idea enamorarte de ella?

Durante toda mi vida jamás había escuchado un consejo, pero de alguna manera las palabras de Sutter me habían movido por completo, tenía absolutamente toda la razón, jamás me perdonaría si algo le sucede, no podría.

—Mientras yo viva nadie va a tocarla, yo seré su seguro de vida.

M A D D I E

—¡Fue mágico! fue como haber revivido después de mucho tiempo —digo mientras bailoteo al rededor del departamento de Alice y Max.

—Eres una suertuda de verdad, Harry es un bombón, un ángel caído del cielo, un pecado que yo cometería —Ryan suspira provocando burlarme de él.

—¡Oye! estás hablando de mi hombre, cierra la boca —río cuando lanzo un cojín directo a su rostro.

—Creo que nuestra querida Maddie Davis está enamorada —Max me rodea en un abrazo.

—Debo aceptarlo —sonrío algo avergonzada.

—¿Y por qué no se lo dices? —Alice pregunta.

—No lo sé, tengo miedo de que no sienta lo mismo —suspiro mientras cubro mi rostro con una almohada.

—También está loco por ti, lo sé —Ryan toma mi mano—ahora, necesito que me respondas algo, Maddie —siento curiosidad cuando noto su seria expresión—¿cómo lo tiene?

—¡Ryan! —Alice golpea su hombro, mi estómago dolía por toda la risa que me provocaban.

***

Conducía mi auto con dirección a casa, sabía que mamá iba a estar vuelta loca por haber salido sin guardaespaldas, pero es que simplemente hoy quería ser alguien normal, una chica normal que sale a divertirse con sus amigos, no una niña que tengan que cuidar como un vaso frágil de cristal.

Cuando llego a casa me percato que mis padres están fuera con James—mierda—susurro cuando me doy cuenta de lo que me esperaba.

Bajo del auto tratando de alargar más el camino y no llegar a ellos pero sabía que era imposible—Maddie, se puede saber dónde estabas —mi padre exclama a unos metros de mí.

—Con Alice, ya estoy aquí —digo sin parar de caminar.

—¿Es que acaso tu no razonas? ¿no comprendes lo peligroso que es estar ahí afuera sola? —siento mi corazón hacerse pequeño cuando lo escucho gritarme.

—¡Basta, papá! ya no soy una niña, puedo cuidarme sola —exclamo algo abrumada.

—¡Pues estás mal, niña! ¿sabes cuántas personas quieren hacerme daño, hacerle daño a mamá y a ti?

—Pues yo no pedí esto, yo no pedí ser su hija ¡quiero ser alguien normal! —replico fríamente.

—Estaba completamente equivocado sobre ti, Maddie. Sigues siendo la misma adolescente de antes, eres totalmente inmadura —las palabras de papá me habían consumido por completo, porque sé que lo decía con toda sinceridad.

—Pues tal vez lo mejor sea que vuelva a Tokio, no tendrán de qué más preocuparse por mí. ¡Me largo!



Adrift [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora