—Sí, mamá lo prometo, solo serán un par de amigos y habrá guardaespaldas todo el tiempo —digo al teléfono mientras camino alrededor de la piscina—también te amo, adiós.
Después de que Max me convenciera de invitar un par de amigos a casa finalmente accedo, preparo un par de bebidas para la barra para después acomodar un par de sillas.
Tomo de nuevo mi teléfono percatándome que Will no había leído mis mensajes, la verdad era que estaba convencida de que había enloquecido o simplemente eran celos de Harry, pero cuando recuerdo sus ojos, su mirada reflejaba tanto miedo que, de no conocer a Harry, lo creería.
H A R R Y
—Debes estar bromeando —Sutter ríe irónicamente mientras camina detrás de mí.
—Solo es trabajo, necesito de tu apoyo —explico.
—Esa casa debe estar llena de trampas y gorilas armados, moriré —resopla con angustia.
—Es fácil, solo tendrás que pedir el baño, buscas la oficina de Steve y pasas todos sus nuevos archivos a la USB que te di, ¡vamos hermano, es pan comido!
—Sí claro, como tu trasero no va a estar en peligro, es pan comido.
M A D D I E
Charlar con Ryan era una de las cosas que más amaba en el mundo, era como perderse en un mundo de fantasía, risas y amor.
Aun así no paraba de mirar hacia la puerta esperando que él llegara, después de un par de minutos finalmente aparece, venía acompañado de un chico de baja estatura y parecía como si Harry le explicara algo—¡Maddie! —Harry sonríe antes de plantar un beso en mi mejilla—él es Sutter, es como mi hermano pequeño.
—He escuchado mucho sobre ti, Maddie —Sutter sonríe mientras estrecha mi mano—bastante de hecho —río cuando veo las mejillas de Harry ruborizarse.
—Bienvenido Sutter, estás en tu casa.
H A R R Y
Preparaba un par de tragos para mí y Maddie, desde hace un rato la había notado extraña y algo tensa, casi no hablaba. Tenía miedo de preguntar, es decir, no quería entrometerme en sus sentimientos a menos que ella quisiera contarme, pero simplemente algo no andaba bien.
—¿Estás bien? —pregunto mientras le entrego su vaso.
—Sí —responde no muy convencida—bueno... ¿recuerdas a Will? —siento un dolor en el estómago cuando menciona el nombre de ese cabrón.
—Sí, un poco. ¿Por qué? —finjo.
—Estuvo aquí esta mañana y... Dijo un par de cosas bastante locas, sin sentido —Maddie Habla sin dejar de mirar su vaso de ponche, parecía nerviosa.
—¿Qué cosas? —mierda.
—Dijo... que te había investigado, quería saber quién eras o de dónde venías, pero... —estoy a nada de clavar las uñas en mis puños cuando escucho a Maddie—no encontró nada.
Me limito solamente a reír forzosamente tratando de ocultar la rabia que tenía ahora mismo—que locura —digo.
—Lo sé. Solo que... También dijo que recibió amenazas, de todo tipo y bastante reales, estaba asustado y.... lo más extraño de todo, es que dice que tú estás detrás de todo, Harry.
Mi corazón se detiene por unos segundos, podía notar en su mirada algo raro, ya no me miraba como antes, Maddie tenía miedo de mí. Quería decirle, decirle que efectivamente ese imbécil tenía razón en sospechar de mí, que yo era la causa de todo, pero no podía. No quería perderla ahora, no aún.
—¿Y tú crees eso? —pregunto sin ninguna expresión, Maddie solo se limita a mirarme un par de segundos para después negar con la cabeza mientras sonríe, lo cual alivia mis nervios.
—No, es una locura. Te conozco —sonríe.
***
—Harry —escucho a Sutter murmurar a mis espaldas—está hecho.
—¿Los tienes? —le pregunto tratando que nadie a mi alrededor me escuche.
—Todos y cada uno de ellos, no vas a creer todo lo que encontré.
—Bien —le digo con un intento fallido de ocultar mis nervios.
—¿Qué te ocurre? —cuestiona.
—Maddie. Creo que lo sabe todo.
M A D D I E
La verdad era que me sorprendía el cómo Sutter se había acoplado tanto a mis amigos, al parecer se había enamorado por completo de Alice y Alice de él, se notaba por la forma en que se miraban.
De un momento a otro me percato que Harry se había desaparecido de mi lado, recorro con mi vista todo a mí al rededor hasta que finalmente lo identifico a lo lejos. Permanecía inclinado sobre la terraza que dejaba ver la ciudad, no tenía camisa, pero parecía no tener fío, su cabello se movía por el aire mientras se llevaba el humo de su cigarrillo.
—¿Estás bien? —digo y parece que se asusta un poco con mi voz.
—Sí—me dice con una muy leve sonrisa. Sé que quería decirme algo, lo sabía porque podía ver como sus labios se entreabrían. Así que no digo nada y espero—de hecho, no—dice.
—Cuéntame.
Su mirada parece no poder sostener la mía, noto como trata de esconderla desviándola a otro lugar. No sé porque siento miedo de lo que pueda decirme, solo sé que siento ganas de salir corriendo cuando toma mi mano—Maddie... Necesito decirte algo.
Mi corazón late fuerte cuando miles de cosas comienzan a apoderarse de mi mente. Abre su boca, pero algo lo interrumpe—está bien, responde —dice cuando nota que no tenía intenciones de responder mi teléfono que sonaba.
—¿Sí? —obedezco y respondo—Anne, con calma. No entiendo ¿dónde está Will?, ¿qué?
—¿Mad, todo bien? —Harry pregunta algo asustado.
—Es Will... Desapareció.