S1:E35: ¿Quién Eres?

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Había ya despertado hace un par de minutos, el frío viento golpeando la pequeña casa de campaña me hacía estremecer un poco. Tallo mis ojos tratando de despertar por completo.

Siento mariposas en el estómago cuando recuerdo la noche anterior, una boba sonrisa aparece en mi rostro cuando los flashbacks de mis manos sobre su cintura y su piel eriza vienen a mi mente.

Sus labios rosados y sus mejillas rojas como la sangre, su mano aferrándose a la mía, su pecho agitado y el brillo en sus ojos, eran cosas que de alguna manera iba guardar para siempre.

Mi vista se desliza hasta ella, permanecía aún dormida, su respiración era tranquila y serena y su cabello parecía sorprendentemente bien acomodado. Sonrío cuando noto que tenía mi camiseta puesta.

Maddie abre los ojos lentamente, sé que lo primero que viene a su mente es lo mismo que a mi cuando noto la enorme sonrisa que se dibuja en ella.

—Buenos días, mi reina. —le digo atrayendo su atención.

—¿De verdad pasó todo eso a noche? —río un poco ante su pregunta.

—Sí, eres una devora hombres. —Maddie sonríe mientras golpea mi hombro con el suyo.

***

—No sabía que cocinaras tan bien. —escucho a Maddie a mis espaldas.

Preparaba mi omelette con la poca leña que había quedado de la fogata.

—He vivido diez y ocho años con una mujer amante de la cocina, he aprendido mucho. —respondo.

—Te quiero, Harry.

Es extraño decir que siento miedo cuando la escucho, sé que sonará horrible, pero las chicas con las que he estado siempre se habían interesado en mi dinero, en cuánto es lo que les pagaría por estar conmigo. Pero escuchar a una decirme que me quería, era algo excepcional.

Maddie era la mujer de mi vida, la única con la que he sido de capaz de mostrarle mi lado más débil y cálido, la única con la que he sido capaz de enamorarme de las películas románticas, y de poder ver el lado lindo de la vida.

—Yo te quiero aún más.

M A D D I E

El atardecer había llegado y junto con el un frío crudo y denso. Me siento la niña más especial justo ahora, de ver y recordar todo lo lindo que Harry había hecho por mí.

Mi cumpleaños favorito había sido hace años, justo antes de la muerte de Liv, pero definitivamente esto sobrepasaba todo, había oído sobre los ángeles de la guardia, mi abuela siempre dice que cuando alguien que amamos muere, siempre llega alguien para ser el curita de la herida que dejó, Harry era ese curita, Harry era el ángel que mi hermana había mandado para mí.

—Solo iré a dejar esto al auto, ahora vuelvo —asiento ante su comentario.

Guardo las últimas cosas dentro de mi mochila, ya era algo tarde y sabía que papá me pediría muchísimas explicaciones, pero realmente lo bien que la había pasado me hacía despreocuparme un poco más.

Siento curiosidad cuando escucho una especie de ruido extraño, como si un auto viniera a alta velocidad en un camino que era de 20 km por hora.

Un mal presentimiento se apodera de mí cuando camino hasta donde el auto estaba estacionado, no mentía cuando con cada paso mi corazón se aceleraba más, algo andaba mal.

Siento alivio cuando veo a Harry a lo lejos hablando por teléfono.

Abro el maletero del auto para guardar mi mochila y un par de cosas que faltaban, de pronto puedo de nuevo escuchar de nuevo el sonido del auto.

Adrift [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora