Mi llanto se había mezclado con la lluvia de la fría tormenta que azotaba la ciudad, mi corazón estaba deshecho, se sentía como la primera vez que se rompió, cuando supe que Olivia ya no iba a despertar jamás.
A veces solo me preguntaba, ¿por qué la gente puede herirte tanto? Porque no tan solo ser honestos, Harry había mentido, no me amaba y nunca lo hizo y eso dolía, dolía profundamente.
La verdad era que caminaba sin ningún rumbo, la ciudad se había alertado con un toque de queda, no había nadie más que patrullas recorriendo cada calle de la ciudad, helicópteros rondando cada diez minutos.
Cuando llego a mi destino, puedo sentirme mínimamente tranquila.
—¿Maddie? ¿qué sucedió? —Peter pregunta cuando nota todo mi ser empapado, no sabía qué decir, no sabía cómo explicarle, así que solo me refugio en él. —tranquila, todo estará bien.
***
Mi mente está en blanco, mi vista estaba perdida hacia la ventana y su exterior, el día era tan gris que casi podías jurar que era de noche.
Me abrigo un poco más con la frazada que Peter me había ofrecido mientras que por dentro, quería correr con Harry, quería que me buscara, quería volver a empezar, pero no sin él.
—Toma... esto te calmará un poco. —Peter me ofrece una caliente taza de té. —la verdad... No sé qué decirte, Maddie.
—Me mintió. —susurro con una leve voz quebrada—dijo que me amaba... todo este tiempo fingió todo.
Peter me mira con la misma expresión con la que lo ha hecho los últimos años, compasión. Su mano rodea mi espalda tratando de reconfortarme, pero es inútil.
—Yo... —habla finalmente—no conocí a Harry del todo, pero. —Peter suspira—lo vi en sus ojos, Maddie.
—¿El qué?
—Su amor por ti.
—Basta, Peter... —murmuro cabizbaja.
—¿De verdad crees que yo te lo diría? Sabes que he estado enamorado de ti desde que te conocí... Y sé lo que es una mirada de amor.
—¿Qué debo hacer?
—Yo... No lo sé, Maddie. —Peter me mira fijamente—sé que tú lo sabes. —sonríe—¡Joder, Maddie! No dejes ir lo único que te ha hecho realmente feliz.
—¿Es lo correcto? —pregunto con ansiedad.
Veo como Peter saca un par de tickets de su gabinete, lo cual me confunde un poco—el vuelo a Tokio sale esta noche —observo el pequeño papel que Peter me da—es tu decisión.
***
Corro. Corro sin parar mientras la lluvia golpea fuerte en mi rostro, mi corazón quería salirse con cada paso que daba, pero aun así seguía.
Siento miedo cuando veo más de diez patrullas y agentes fuera de mi casa, sabía que papá era el único que podía parar con esto, que podía detenerlo.
—¡Papá! —exclamo cuando entro a casa.
—¡Maddie! ¿dónde está? Sé que lo sabes, dímelo —su mirada refleja enojo mientras sujeta mis hombros.
—¡Papá, por favor debes escucharme! Tienes que parar con esto —explico mientras mi respiración aumenta cada vez más.
—¿Qué? —papá explota—¡es un delincuente, Maddie! ¿ahora estás de su lado? Solo dime dónde está.
—No lo haré. —digo con firmeza. —no lo haré, papá.
Quería hundirme de nuevo en el llanto, mi padre me mira con una expresión de decepción, sé que lo estaba lastimando, pero ya no iba a poner la felicidad de los demás por encima de la mía, no más.
Él solo me mira mientras mi madre sujeta mi mano, mi padre observa a su alrededor a todos los policías que nos miraban con sorpresa. ¡Que ironía! Me había enamorado del hombre que todos habían estado buscando por años.
—Maddie... —mi padre solloza—no quiere perderte también a ti... solo dime donde está... Y todo esto se acabará.
Miro fijamente a mi padre, el sostiene mis hombros con delicadeza. Mi vista recorre el lugar, mi madre llora mientras sostiene fuerte mi mano, los saldados y agentes de policía me miran con atención, parecían estar atónitos por lo que sucedía, sabía que el destino de Harry estaba ahora en mis manos.
—No. —declaro con frialdad mientras lo veo fijamente—lo amo, papá. —suspiro entre lágrimas—solo para todo esto... por favor.
Un silencio se apodera de mi casa, veo a mi padre, sé que sabe que no voy a decirle, sé que sabe que iba a protegerlo y sé que está consciente de cuanto lo amaba.
Finalmente, desvía su mirada—vayan por él.
—¡No, papá! ¡por favor, no lo hagas! —me quiebro ante él mientras suplico, pero nada iba a cambiar su opinión.
—¡Maddie, vuelve aquí ahora mismo!
Escucho a mi padre gritar mientras salgo de casa, todo era como un doloroso recuerdo del pasado, cuando huía de casa y mis padres me llamaban que volviese. Ahora, era lo mismo, la diferencia es que ahora hacía lo correcto.
"Haz lo que dicte tu corazón" La voz de Peter suena en mi cabeza mientras conduzco.
Ni siquiera estoy consiente para apagar el auto, la lluvia de nuevo impacta con mi piel, pero no me importa, subo las escaleras con tanta desesperación por abrazarlo.
—¡Harry! ¡Harry volví!
Me detengo en seco cuando lo único que veo es a Sutter empacando un par de cosas de la oficina. —¿qué haces aquí? —pregunta confundida.
—¿Dónde está? —me acerco a Sutter cuando noto su silencio—Sutter, ¿dónde está Harry?
—Se fue.
—¿Qué? ¿a dónde? —exclamo con molestia y frustración.
—No lo sé... Pero ya todo acabo, creo que no volveremos a saber de él.
H A R R Y
Trataba de mantener mi mente fría, estaba alerta a cualquier movimiento sospechoso a mi alrededor. Intentaba dejar un lado mi estúpido corazón y acabar con toda esta locura, era mi fin y tenía que aceptarlo.
Mi arma estaba lista para cualquier cosa, en mi mochila tenía las cosas suficientes para desaparecer, solo espero que no sea demasiado tarde.
M A D D I E
—Solo quiero saber la verdad, Sutter. ¿Qué carajos está pasando? —lloriqueo mientras camino de un lado a otro, tratando de encontrar una solución.
—Harry nunca te mintió, Maddie. Lo sé porque he sido su amigo por tantos años, qué sé que todas las cosas que hizo fue antes de saber que te amaba y que no podía hacerte daño.
Siento como Sutter toma lugar junto a mi mientras el cielo se caía en la ciudad—Harry siempre fue una persona fría, no tenía absolutamente nada que perder y sí, éramos una puta bomba juntos, teníamos el poder suficiente para apoderarnos de un país, Harry tenía el poder de controlarlo todo, de cambiarlo todo. Hubo un momento en el que temí a Harry. —lo observo con atención—pero esa noche... Cuando te vio a lo lejos en aquel bar, algo cambió dentro de él, y se convirtió en un puto loco por ti.
—No quiero perderlo, Sutter. Solo dime dónde está...
—Ya es tarde, Maddie.
—¡No! Se que puedo hacer algo, solo... Solo quiero despedirme.
Sutter me mira porunos instantes, sus ojos estaban húmedos, pero en el fondo sabía que todo estabaen mis manos, que yo era la única que podía salvarlo en estos momentos.