2: Noche de bodas.

883 102 10
                                    

Para la boda del duque Xu, hubo varios asuntos que debían ser discutidos. Su matrimonio había sido un problema del Reino durante años, ya que era el único pariente cercano del emperador a quien podría serle heredado el trono si es que así lo deseaba. Desde que el duque era mayor de edad, su matrimonio con algún noble había atravesado muchas discusiones. Sin embargo el mayor problema era que al duque no le gustaban para nada las mujeres. Sus gustos eran conocidos por todos en el Reino, a excepción de aquellos que vivían en la ignorancia como Luo Fei.

Si fuera cualquier otra persona, tal vez forzarlo a contraer matrimonio con una mujer habría funcionado. Pero era el duque Xu, un hombre tan poderoso que ni el mismísimo emperador se atrevía a jugarle sucio más allá de las bromas inocuas que solía hacerle a casi todos sus conocidos. El duque era temido, pero eso no evitaba que muchos nobles desearan unirse a él por matrimonio. Muchos padres nobles embellecian a sus hijos, poniéndoles las más extravagantes túnicas y peinando sus cabellos hacia atrás de manera que sus rostros fueran la principal atracción. Algunos incluso ponían bálsamos sobre sus labios para hacerlos ver más atractivos.

Todos esos intentos eran inútiles. Ningún hijo de la nobleza podía decir con seguridad que el duque estuviera interesado, sin importar qué tan bellos eran. Él no dormiría con zorros a su lado.

*Se refiere a rostros bonitos con intenciones malignas.

El asunto de su boda estaba siendo manejado personalmente por el emperador, quién sentía mucha curiosidad sobre la novia que había escogido su querido primo. Luo Fei, hijo de Lord Fei y heredero de las Montañas Blancas. Nadie lo había visto jamás, solo oído de su existencia cuando Lord Luo anunció su nacimiento hace diecisiete primavera. Se decía que había heredado la belleza inigualable de su madre, aunque eso nadie pudo comprobarlo hasta la noche en la que el dique lo seleccionó como esposa. Luo Fei era más hermoso que cualquier otro.

Al casarse, el duque debería dar una dote considerable. Y no se hizo esperar, pues a la mañana siguiente del anuncio de su compromiso la mansión Luo se llenó de un séquito de sirvientes que cargaba más de veinte cajas llenas de joyería, túnicas de las más finas telas y algunas piezas de cabello hechas del más perfecto y verde jade. Los regalos eran demasiado notorios, tanto que ni siquiera el emperador había dado alguna vez tales obsequios a sus concubinas. Sin embargo Luo Fei recibió todo ésto solo al casarse con el duque Xu, a quien ni siquiera conocía del todo.

Ésto solo aumentó la envidia de todos aquellos que hubieran deseado ser los afortunados. Estar junto al duque era un privilegio.

Antes de la boda, la "dichosa" novia tuvo que enfrentarse a una dura charla con su padre y hermano. Tanto Luo Yun-xi como Luo Zhao, el hermano mayor de la familia Luo estaban inmersos en una amplia interrogación para descifrar exactamente qué había sucedido entre él y el duque Xu.

Luo Fei no estaba entendiendo mucho.

Su padre le hacía preguntas sobre si el duque le había tocado o no, pero él no entendía del todo. Su hermano también preguntaba si le había hecho daño, pero no sabía qué responder. Su mano dolía un poco de cuando fue jalado, así que le mostró a su madre el moretón en su muñeca.

Ya estaba atardeciendo cuando finalmente terminaron, ninguno satisfecho por la inocente ignorancia del muchacho. Luo Fei no entendería jamás lo que a ellos dos les preocupaba. Era mejor dejarlo así.

Luo Zhao dejó a su padre hablar sobre lo que podría pasar en la noche de bodas, siendo éste tema demasiado incómodo para un hermano mayor tan sobreprotector como él. Prefería no saber.

Luo Yun-xi miró a su hijo con el ceño fruncido, pensando seriamente sobre lo que debería decir para que su ingenuo hijo entendiera por completo lo que se esperaba de él ahora que iba a casarse con el duque Xu.

Esposa Forzada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora