CAPÍTULO 47

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BELLA

—¿Dónde te ves dentro de diez años?— Había estado interrogando a Henry durante los últimos treinta minutos y estoy segura de que ya estaba harto de mí.

Encontré bastante divertido que Whitley se hubiera convertido en mi segundo hogar una vez más, siempre parezco encontrar mi camino de regreso aquí, primero Becky, y ahora Henry.

—No pienso en el futuro. —Dijo con indiferencia, ganándose un empujón en el pecho de mi parte.

—¡Oye, contesta! —Estaba actuando como un mocoso ahora y era muy consciente de ello.

— Ya te dije.... —Estaba acostumbrada a sus respuestas cortas pero quería más, quería saber qué pasaba en ese gran cerebro suyo.

—¿Así que nunca has pensado en el futuro? ¿Ni siquiera mañana?

—Solo si estoy planeando algo entonces pienso en el futuro, de lo contrario no sé si estaré vivo o muerto en los próximos segundos, ¿por qué perder el tiempo preocupándome por los próximos diez años?

Yo sabía lo que quería decir con la planificación, supongo que pasó años tramando su venganza contra esas once personas que mató. Mi pecho se apretó y tuve que obligarme a no pensar en eso.

—Vaya.... —Aparté la mirada, de repente ya no estaba interesada en la conversación.

—Pero si realmente quieres saber y si realmente tengo que pensar en ello, me veo y te veo. También veo a la pequeña Sofía corriendo por la casa destrozando el lugar

Su respuesta fue dulce pero su expresión se rompió por sus propias palabras.
Había aprendido a entender sus expresiones a pesar de que siempre tenía puesta una máscara fría, pero sabía que hablar de niños le rompía el corazón, por la pérdida que ambos tuvimos.

—Eso suena perfecto —Forcé una pequeña sonrisa y miré hacia otro lado, sin saber si era tan buena para ocultar mis emociones como él, pero ya se había dado cuenta y estaba en camino de interrumpir mi intento fallido de ocultar mis sentimientos. Su dedo presionó debajo de mi barbilla, levantando mi cabeza para mirarlo.

—Si hubiera sabido por un segundo que estabas embarazada nunca te habría hecho daño. —Había dolor en su voz y no pude evitar pensar en lo que había sucedido.

Aunque nunca hubiera querido un hijo de esa manera, todavía era triste pasar por eso y pensar en ello.

—Sí —Forcé otra pequeña sonrisa y esperé lo mejor, ninguno de nosotros necesitaba esta conversación en este momento.

—La próxima vez, te cuidaré como la princesita que eres —No estaba segura de cómo me sentía acerca de la "próxima vez" y se sentía raro escucharlo llamarme "princesita", cosas así nunca salían de su boca.

—¿Princesita? —Levanté una ceja con la esperanza de cambiar de tema y terminar con la tensión deprimente que nos asfixiaba a los dos.

—Sí, no sé por qué dije eso —Giró la cabeza, claramente no contento con su elección de nombre para mí.

—¿Por qué estás aquí, Sofía? —Parecía tenso ahora y no estaba segura de lo que quería decir con su pregunta, así que incliné la cabeza hacia un lado y esperé a que me explicara.

—Tú misma dijiste en el bosque que yo te maté, tal vez no física sino mentalmente, literalmente también maté a otras once personas e incluso maté a nuestro bebé. ¿Por qué estás aquí? — Parecía estar en guerra consigo mismo.

No me sorprendió, nunca ha tenido a nadie que esté ahí para él, nunca tuvo a alguien que se quedara y lo sostuviera mientras se derrumbaba, sabía que se había equivocado y no estaba de acuerdo con eso pero también sabía que eso era todo lo que él sabía, lastimar y ser herido.

—Porque te amo —Sus ojos volvieron a mirarme y supe que se estaba calmando, me gustaba poder calmarlo, llegar a él, cada vez que me miraba era como si estuviera ganando su batalla con la guerra que estaba en su cabeza. Me gustaba tener ese efecto en él.

Antes de que pudiera decir algo más, presioné mi dedo en sus labios, silenciando sus palabras no pronunciadas mientras levantaba mi cuerpo sobre el suyo, besando su pecho hasta sus abdominales perfectamente definidos hasta la línea en V que bajaba hasta la cinturilla de sus pantalones. Pero antes de que pudiera continuar, su mano se envolvió alrededor de mi cabello y tiró de él ligeramente para detenerme.

Cuando levanté la vista, sus ojos decían "no".

—Déjame hacer que todo desaparezca —Quería que olvidara, aunque fuera solo por un momento, haría eso por él. Ya no podía tener miedo, tenía que hacer eso por él... por mí.

—He tenido mi turno, es tuyo ahora —A pesar de que sus palabras cortaron profundamente como implicaba las veces que me tomaba por placer a la fuerza, lo ignoré, sin dejar que se me subiera a la cabeza. No iba a vivir más en el pasado, se había ido hace mucho tiempo por una razón.

Antes de que me diera cuenta, me había volteado sobre mi espalda, colocándose entre mis piernas, dejé que mi cabeza volviera a caer sobre la almohada y cerré los ojos cuando lo sentí besar mi estómago, por un poco de tiempo antes de que se deslizara por mis jeans y se moviera hacia la parte interna de mis muslos. Cuando su boca hizo contacto con la tela de mis bragas....

—No, espera —Se detuvo y me miró, esperando que objetara pero respiré hondo ignorando el mal presentimiento en mis entrañas y cerré los ojos nuevamente.

Tomando eso como su señal para continuar, colocó un pequeño beso en mi panty antes de bajarlo, mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras esperaba lo inevitable, no quería detenerlo sabía que eso lo lastimaría porque sabría que todavía no estaba muy cómoda, pero fui yo quien provoco esto y no podía detenerlo ahora y verlo herido. Su lengua trazó mi sensible protuberancia mientras sus dedos jugaban con mi abertura, mi pecho estaba agitado con cada respiración que tomaba. Una mezcla de sentimientos golpeándome todos a la vez mientras él se burlaba de mí, luego sin previo aviso un dedo se deslizó dentro y un pequeño gemido escapó de mis labios, su lengua continuó aferrándose a mi protuberancia ahora hinchada mientras lamía y chupaba.

Encontrando el coraje para abrir mis ojos, miré hacia abajo para ver su cabeza entre mis piernas, deslizó su dedo y agarró mis muslos con sus manos mientras su lengua se deslizaba sobre mi abertura haciéndome jadear mientras mi cabeza caía hacia atrás a la almohada. Por un segundo me había perdido tanto en el calor de su boca contra mi punto sensible que ya no me perseguían las imágenes de su pasado abuso, en cambio me retorcía de placer mientras algo dentro de mí se acumulaba y sabía que estaba a punto de explotar. Otro gemido llenó el silencio de la habitación y se detuvo, tuve que recuperar el aliento por un segundo antes de volver a mirarlo.

—No te corras hasta que yo lo diga —Sus ojos eran oscuros y sin embargo, me encantó verlo.

—¿Entendido?

No iba a ceder sin una respuesta, así que abrí la boca y susurré —Sí

—Buena niña —Y con eso, su boca estaba de vuelta sobre mí, empujándome al borde del mundo mientras su lengua golpeaba continuamente mis paredes, ya no traté de detener los sonidos que salían de mí, porque me había estado ahogando en las profundidades del éxtasis que la obra de su lengua me trajo.

—Por favor —Gemí, sin poder contenerme más, iba a explotar contra él.

— Vente , ¡Ahora!

No tuvo que pedírmelo dos veces, mis manos agarraron las sábanas mientras me derrumbaba sobre su lengua mientras me la empujaba una última vez antes de que me sintiera apretada a su alrededor. Me quedé allí todavía jadeando, pero él no se movió, cuando volví a mirarlo una pequeña sonrisa se curvó en las comisuras de sus labios mientras pronunciaba las palabras...

—Ronda dos

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