DESIRE |HENRY CAVILL

CAPÍTULO 2

HENRY

—Bella —me susurré a mí mismo.

No estoy seguro de por qué me había intrigado, captó mi interés, lo que nunca sucede. Algo en ella me resultaba familiar. Me recordó a ella. Sus ojos azules, largo cabello castaño, labios rosados, rostro delgado, cuerpo pequeño. Me recordó a ella.

Dijo que esta habitación pertenecía a su hermana. Me pregunto si eso era cierto. Me pregunto si la tristeza que se veía en sus suaves rasgos era genuina.

Los humanos tenían la costumbre de tratar de atraerme a una trampa. Tal vez era terapeuta, doctora o policía encubierta. Parecía demasiado joven para ser cualquiera de ellos, pero las apariencias engañan. Y yo no soy de los que se dejan engañar.

El golpe en la puerta me sacó de mis pensamientos que estaban llenos de Bella. Mi enfermera habitual entró para entregarme mis pastillas. Su largo cabello rubio y sus grandes ojos azules realmente me cabrearon. Siempre se pavoneaba como si estuviera en un desfile de moda. Un día tendré que recordarle que está en un hospital psiquiátrico.

—¡Buenos días, señor Cavill! —Su voz chillona saludó mis oídos, como lo hacía todas las mañanas.

—Hoy te ves terriblemente malhumorado.—Ella guiñó un ojo. El tipo de guiño que dice "ven y fóllame". Al igual que cualquier otro ser humano, estaba siendo engañada por mi apariencia.

Los humanos son estúpidos. Miré las pastillas en mis manos antes de ponerlas en mi boca. Teniendo cuidado de no tragarla cuando bebí el agua.

Yo no era estúpido, de hecho, yo era mucho más inteligente, de lo que ellos alguna vez serían.

Una vez que ella salió de la habitación, escupí las pastillas y las aplaste en la esquina de la pared, nunca me descubrían.
Un limpiador viene a aspirar esta habitación cada dos días, así que la evidencia es absorbida por la aspiradora y queda fuera de esta habitación.

—Bueno, supongo que te veré mañana— la rubia me dio la espalda para irse.

De repente, mi mente se puso a toda marcha y todo lo que quería era que Bella viniera a visitarme de nuevo.

—Bella, Bella

Ella no es confiable.

Ella no quiere verte.

Tienes que intentarlo.

¡Trata!

—¡Bella!— Casi grité, las voces en mi cabeza se desvanecieron cuando pronuncié su nombre.

La rubia se detuvo y se volvió hacia mí. —Verónica, mi nombre es Verónica Sr.Cavill.

Parecía decepcionada por el hecho de que después de tres meses de estar aquí, no me había aprendido su nombre. Pero no era su nombre lo que estaba llamando, quería a Bella.

—Ella visitó esta habitación ayer. Dile que me visite de nuevo.

Hablé con los dientes apretados. No me gustaba hablar con esta gente. Me gustaba la paz y la tranquilidad, pero tenía que hacerlo, tenía que volver a verla.

—Oh... —la rubia parecía aún más decepcionada ahora. Abrió la boca para oponerse a mi pedido, pero luego volvió a cerrar la boca. Buena elección.

—La chica que vino ayer? La Señorita Lockwood. Claro, yo entregaré el mensaje. —Y con eso, ella desapareció por la puerta, dejándome con mi nueva información sobre Bella. Lockwood, ese era su apellido. Todo lo que sabía era su nombre completo, pero quería saber más.