DESIRE |HENRY CAVILL

CAPÍTULO 19

BELLA

Salté con el sonido de algo rompiéndose, me saqué el sueño de los ojos y levanté las piernas sobre la cama, me levanté a ciegas y salí de mi habitación, agarrando mi teléfono al salir.

De pronto escuche otro sonido de algo rompiéndose y supe al instante que alguien estaba en mi apartamento. Al marcar 911, estaba lista para presionar llamar, cada vez que sentía que estaba en peligro, pero en este momento, quería ver por mí misma que alguien estaba aquí conmigo.

Caminando de puntitas en silencio por el pasillo, traté de ver si podía encontrar a alguien en la sala de estar, pero no pude ver un alma. ¿De dónde venían los sonidos entonces?, mi corazón estaba a un segundo de estallar y mis piernas tenían mente propia, caminé hacia la sala de estar y me dirigí hacia el jarrón hecho añicos en el suelo.

Me tapé la boca con la mano para evitar un grito ensordecedor mientras examinaba el líquido rojo que estaba esparcido por el suelo, sangre. Tenía que ser, inclinándome seguí el rastro de sangre y mis cuerdas vocales cobraron vida mientras mi grito invadía el silencio.

Estaba cara a cara con ratones muertos, no uno, ni dos, sino tres ratones muertos, iba a vomitar.

—¿Asustada?

Una voz familiar me saludó todo el tiempo mientras una gran mano envolvía mi boca y otra envolvía mi torso, sabía a quién pertenecían las manos y la voz, todo empezó a tener sentido.

—¿Qué tal si nos sentamos aquí?, tiró de mí hacia atrás, sentándome en el sofá y luego agachándose frente a mí. Una sonrisa siniestra pegada en sus rasgos demasiado familiares mientras me miraba fijamente.

—¿Por qué?

Me sentí estúpida, ¿Necesitaba siquiera una razón?, pasé todo mi tiempo culpando a Henry cuando, en realidad, ha sido Luke todo el tiempo. Mi corazón latía por Henry.

Una vez más, lo culparon por algo que no hizo, fue acusado de algo con lo que no tenía nada que ver. Dios, fui estúpida.

—Porque me preocupo por ti, Bella, te lo advertí, lo hice.— Se puso de pie y caminó por la habitación.

Mientras me daba la espalda, traté de presionar marcar en mi teléfono para llamar a la policía, pero se dio la vuelta demasiado rápido. Escondí el teléfono en mi manga y lo observé, mi ritmo cardíaco era demasiado alto para estar tranquila.

—Te dije que no volvieras a visitarlo y ¿qué haces?, vuelves a visitarlo.

Recuerdo haberlo visto en el estacionamiento ayer, me sentí mal del estómago, él fue quien me choco, él fue quien dejó la nota en el hospital, estuvo detrás de esto todo este tiempo y yo me senté y culpé a Henry por ello.

—Trataste de matarme... —Miré su forma de caminar, esperando el momento adecuado para llamar a la policía.

Para mi terrible suerte, se dio la vuelta y caminó hacia mí, acariciando mi cara con su mano áspera.

—Pero no lo hice. —acercó su rostro y me olió.

—Estuve prácticamente a punto de tener un derrame cerebral.

—Oh, Bella, Bella, Bella. ¿Por qué lo elegirías a él antes que a mí? —Sacudió la cabeza como si estuviera regañando a un niño pequeño.

—Fui a verlo ayer para decirle que no lo iba a visitar más

Sus ojos se dispararon hacia mí, claramente feliz con mi decisión

—pero fui una estúpida, culpándolo por tus acciones, realmente no lo pensé bien, ¿verdad?

Frunció el ceño y agarró un mechón de mi cabello, acercándome a él
—nunca piensas antes de hablar, ¿verdad? —Me soltó el pelo y me empujó hacia el sofá.

Mi corazón estaba acelerado en mi pecho, no sabía qué hacer mientras lo veía enfadarse más cada minuto.
—¿Qué voy a hacer contigo? —Se pasó los dedos por el pelo, parecía terriblemente inquieto.

Me pregunté si él era normal, tal vez debería tomar el lugar de Henry en Whitley.

—Ahora tengo que matarte.

Me congelé ante sus palabras, mi corazón se salió completamente de mi pecho, tragué saliva y miré hacia otro lado, tratando de pensar en una manera de ganar algo de tiempo, saqué mi teléfono por una fracción de segundo y logré marcar. Esperaba que escucharan esto y rastrearan mi llamada.

—¡Por favor, no me mates! —tenía que hacerle decir cosas que llamarían la atención de la policía.

Se dio la vuelta y caminó hacia mí, agarrando mi rostro y atrayéndome hacia él.
—¡Te tengo a Bella, lo elegiste a él sobre mí! —Gritó en mi cara, mi corazón estaba acelerado.

Esperaba que la policía estuviera escuchando esto, clavando sus dedos en mi cara, presionó sus labios contra los míos. Traté de quitármelo de encima con una mano, empujando contra su pecho.

— ¡Quítate de encima! —Grité cuando me soltó, con una sonrisa curvándose en la comisura de su boca.

—Tal vez te folle antes de matarte, o también puedo follarte después de que te mate.

Sentí que la bilis subía a mi boca, quería vomitar todo lo que había comido antes de dormir. Él estaba loco, seguramente tenía que estar loco, ¿Por qué siempre me encontraba con gente jodida?

No tenía tiempo para pensar en eso, sabía que mi tiempo era limitado, tenía que encontrar una solución, tal vez distraerlo por un tiempo o tratar de desafiarlo, no podía enfrentarlo, eso seguro, era mucho más grande que yo y el doble de poderoso, pero tenía que hacer algo, cualquier cosa.

—Pensé que te podría gustar así ¿No es así como te gustan los hombres? ¿Psicópatas? —Se rio, una risa muy horrible que me revolvió las entrañas.

—Necesitas ayuda. —Murmuré, sin saber si quería enojarlo o calmarlo.

—Entonces ayúdame Igual que tú lo ayudas a el —Gruñó la última parte, su estado de ánimo bajó de cero a cien en el espacio de cinco segundos.

Hice todo lo posible por no ceder al miedo que sentía, en cambio, le hice preguntas para distraerlo de su objetivo principal; para matarme, me gane unos veinte minutos, yendo y viniendo con él, lo que terminó con él atacándome, clavé mis uñas en sus brazos, tratando de lastimarlo mientras me asfixiaba bajo su agarre alrededor de mi garganta.

Estaba entrando y saliendo de la conciencia cuando la puerta se derrumbó y un grupo de hombres corrió hacia nosotros. Linternas y pistolas apuntándonos, bueno, a él. El alivio se apoderó de mí cuando me soltó.

—¡Policía! ¡Ponte en el suelo! — Uno de los hombres gritó mientras se reunían a su alrededor, empujándolo al suelo, uno de ellos vino y me apartó de él, haciéndome preguntas como si estuviera bien. Sin embargo, no pude responderle, todo lo que pude ver fueron los ojos de Luke mirándome mientras lo esposaban.

Sentí que todo estaba pasando demasiado rápido, no sabía si estaba soñando o realmente esta era mi realidad. Me enfrenté al hombre que me interrogaba, apenas oía su voz mientras entraba y salía de la zona, creo que estaba entrando en pánico.

—¿Está bien, señorita?

Finalmente escuché la voz del hombre, todo volvía a juntarse ahora, miré a Luke que estaba siendo sacado de la habitación con sus ojos en mí y luego volví a mirar al policía que estaba frente a mí.

—Si, gracias. —Alcancé mi cuello de nuevo. Estaba agradecida de estar viva una vez más, había esquivado una bala. Supongo que me estaba volviendo buena en esto.
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