CAPÍTULO 28

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La madre de Bella, Lesley estaba sentada junto a la ventana de la habitación de Su hija, sus lágrimas se habían secado hace mucho tiempo, sus ojos estaban enfocados en el árbol afuera que susurraba con el viento.
Sabía que este día llegaría y ahora lo estaba soportando, la peor parte de todo no era el hecho de que ella sabía que venía, era el hecho de que no podía detenerlo.

—¿Cuánto tiempo vas a estar sentada allí? —Jack, el padre de Bella, preguntó mientras entraba en la habitación, las bolsas debajo de sus ojos eran evidencia de que se había estado privando del sueño por las muchas noches que pasó preocupándose y sufriendo por Bella, pero como hombre no podía mostrar cuánto le dolía a él también.

—Es donde solía sentarse cuando quería relajarse. —Ella se giró para mirarlo, sus ojos vacíos de las lágrimas que había derramado.

—Pero no importa cuánto me siente aquí, parece que no puedo relajarme.— Se levantó y caminó hacia él, envolvió sus brazos alrededor de su cintura y apoyó la cabeza en su hombro buscando consuelo en el hombre que necesitaba consuelo tanto como ella.

La encontraremos amor, no perderemos esta vez, su corazón se estaba rompiendo y no podía hacer nada para detenerlo, pero sabía que la encontraría.

—La hemos salvado una vez, vamos a salvarla de nuevo. —Envolvió su brazo alrededor de su forma rota, sosteniéndola tan fuerte como pudo, tenía miedo de que si la soltaba, también perdería a Lesley.

—Salvamos a Becky una vez, pero nunca pudimos salvarla de nuevo.

Sus palabras fueron duras, no pretendía hacerle sentir dolor, no pretendía sacar a relucir los terribles recuerdos que aún los perseguían, simplemente no podía encontrar en ella ser tan valiente como él. Envidió su fuerza, lo hizo pero eso no impidió que se hundiera en las profundidades del pasado. El pasado que ambos habían ocultado a Bella.

—Nunca salvamos a Becky, llegamos demasiado tarde, simplemente le dimos un nuevo escenario para el infierno en el que vivía.

La estrechó entre sus brazos, recordando los tiempos en que era un oficial de policía, los tiempos en los que no tenía otra preocupación en el mundo más que encontrar a los malos y ahora su hija estaba en manos de un malo y él no podía hacer nada al respecto.

—Pero salvamos a Bella y lo haremos de nuevo, ¿confías en mí? —Miró a la mujer que tenía delante, parecía mucho más débil que antes, mucho más destrozada y le dolía verla así, tan desesperanzada, tan derrotada.

—Sí. —Ella finalmente lo miró, sus ojos parecían un poco más frescos, él nunca fallaba en darle esperanza, nunca fallaba en traerla a la vida de nuevo.

Ella solo deseaba que cuando todo esto terminara sería el final de su tormento, no más huir de la verdad, no mas mentiras y engaños, no más perder a sus seres queridos y no más secretos.

Cuando Jack fue asignado al caso de Bella y la rescató de los brazos de su hermano adoptivo asesino Henry, pensó que sería el final. Atrapa al malo, rescata al bueno y vuelve a casa.

No sabía que en ese mismo lugar iba a encontrar a una niña muy preciosa en el sótano de la casa, encerrada desde el día en que nació, una niña de diez años que no había visto la luz, no había visto el mundo fuera de las paredes en el sótano oscuro, su existencia era un secreto para el mundo y él había logrado encontrar a Becky.

Pero ya era demasiado tarde, no había esperanza ella no era una niña normal, tenía una enfermedad mental. Aun así Jack sabía que no iba a dejar de intentarlo.
Él y Lesley decidieron acoger a las niñas y darles todo lo que les faltaba, dándoles una vida. Comenzaron por cambiar la identidad de Sofía, no querían que ella supiera de su pasado, no querían que se lastimara por eso, juraron que serían verdaderos padres para ellas dándoles un verdadero hogar.

DESIRE |HENRY CAVILLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora