Scene two.

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-¡Wey despierta!- me zarandea fabi con desesperación.

-¡Tengo sueño!- me quejé tapándome hasta arriba.

-Es la una de la tarde, ya despierta.- insiste y yo me doy por vencida.

-¿Qué? ¿La una?- cuestiono al incorporarme rápidamente en la cama y le miro perpleja- ¡demonios! ¡Se me hará tarde para la entrevista!- ella empieza a reírse a carcajadas- ¿qué carajos te hace gracia?

-¡Debiste ver tu cara!- siguió riéndose.

-Fabiola... ¿qué carajos...?

-Apenas son las once de la mañana. Relájate amiga.

-Idiota, ya me había asustado.

-Ups.- ríe.

-En fin, debo arreglarme, a la una treinta tengo entrevista en una empresa de diseño de interiores. Es mi oportunidad y no quiero perderla.- suspiro y me dirijo a mi nuevo clóset para buscar un atuendo decente para llevar.

-Ya veo por qué te fuiste toda la maldita tarde y me dejaste sola ayer.- pone los ojos en blanco.

-Um, bueno, llegué a perderme pero encontré el camino de regreso.- reí. Qué pena conmigo.

-Hm... oye y si logras entrar ¿qué? ¿Trabajarás hasta en temporadas navideñas?- enarca una ceja.

-Eso es lo mejor, que si entro, trabajo hasta el año entrante.- sonreí.

-¿Huh?- frunce el ceño- ¿cómo?

-Verás, son vacaciones y los trabajadores se encuentran fuera de la ciudad y regresan el año entrante.- expliqué, espero lo haya entendido.

-¿Y por qué te van a entrevistar si son vacaciones?

-Quieren cubrir los puestos sobrantes por el momento y al regresar de las vacaciones, empezar sin compromiso alguno.

-Ahh ya entendí, genial. Pero ¿por qué justo hoy amiga? ¡Quería ir a celebrar que estás aquí!

-Escucha, me hará falta dinero para poder solventar gastos que se vayan a requerir aquí, incluso para comprarme lo que se me plazca, tú no me vas a andar manteniendo ¿o sí?- me cruzo de brazos.

-Am, buen punto ale. Tienes razón.

-Pero no te preocupes, será una entrevista de digamos que una media hora, terminando podemos ir a algún centro comercial y compramos ropa bonita para irnos a celebrar ¿qué dices?- propongo entusiasta, vaya que la idea me gusta.

-Suena tentador así que acepto.- sonríe.

-Te digo lo del centro comercial porque me gustaría comprar un bonito vestido, hace mucho no uso uno, bueno sí pero cuando estuve festejando la graduación de la universidad. Y luego lo terminé vendiendo.- reí como una estúpida.

-¿Qué hiciste qué? ¡Estás demente! ¿Cómo pudiste hacer eso?

-Porque me hacía falta algo de dinero para poder digamos que comprar mi pasaje para llegar hasta aquí. Lo mejor es que me sobró lo suficiente para sobrevivir lo que resta del mes, creo.

-Uh ¿y no te dolió venderlo?- hace una mueca.

-Demasiado, era de mi color favorito y brillaba tan hermoso, me arrepiento.

-Pero ánimo amiga, lo hiciste por una noble y buena causa.- sonríe- ¡viniste a vivir conmigo lo que resta de tu vida!

-Ajá, claro, si no encuentro un novio antes.- bromeé.

-¿Qué acaso quieres conquistar el DF o qué carajos?

-No, sólo bromeaba. Ahora, retírate de mí recámara, debo bañarme y arreglarme para la entrevista a la cual usted jovencita me acompañará.

-¿Qué? ¡Eso no! ¡Estás loca!- negó con la cabeza.

-Claro qué me acompañarás, además recuerda que te dije que saliendo iremos de compras.

-Ugh, está bien, lo hago sólo por las compras.

-Tonta, anda ve y arréglate.

*-*-*-*-*-*-*-*

Tuve mi entrevista, fue más tardosa de lo que le había dicho a Fabiola que terminó molesta pero el mejor remedio para que se contentara fue el de decirle que ya podíamos irnos al centro comercial.

Iríamos caminando pues no estaba tan lejos de la empresa a la que me había acompañado, entre tanta broma y risa, noté que se detuvo en seco frente a un poste.

-¿Qué carajos sucede contigo? ¿Por qué te detienes?- reprendo.

-Sputnik, D1N1, BETA... Foro Alicia a las nueve de la noche, cover a cien pesos, VIP doscientos pesos, mayores de dieciocho años.- la escuché leer en voz alta digamos que un flyer pegado en el poste en el cual ella había parado. Luego me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué?- fruncí el ceño desconcertada y entonces entendí- ¡No, no señor! ¡No iremos a esa cosa!- señalé el flyer.

-¡Por favor ale! ¡Vamos!- suplica.

-No tengo jodida idea de quiénes sean esos ¿a qué ir? ¡No!

-Escucha lo que te voy a decir, no me interrumpas, por favor.

-Habla antes de que me arrepienta.

-Mira, vamos a ver qué tal está lo de ese lugar y si nos divertimos, nos quedamos y si no, nos largamos a otro sitio mejor.- propone.

Hm, no suena nada mal. No quiero ir pero la curiosidad empieza a carcomerme por saber cómo es dicho sitio y cómo es que va a estar, si con ambiente o jodidamente aburrido.

-Acepto.- digo tras unos segundos de pensarlo.

¿Qué malo podría suceder?

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