Scene four.

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-Lamento la interrupción.- se disculpa la castaña y le hace entrega de un picapiedra a su amiga Alejandra (porque así se llama o quiero creerlo).

-Yo... yo...- balbuceaba.

-¿Crees poder con ella si la dejo a tu cargo?- me pregunta la castaña y yo me carcajeo sonoramente. No mamen, suena como si fuese a ser su niñero.

-Sólo sé que si no nos ves, nos fuimos a otro lugar para estar a solas.- digo y muevo mis cejas de arriba hacia abajo.

-Perfecto, ale, ya sabes que cualquier cosa, un mensaje no está mal.- le guiña el ojo y se retira.

-Gran amiga que me cargo.- murmura y resopla.

-Así que... ¿Alejandra?- enarco una ceja.

-S-Sí y tú José ¿verdad?

-Así es, um, no eres de aquí ¿cierto?

-No, soy de Tamaulipas, recién llegué ayer.- responde intentando esquivar mi mirada y yo la tomo del mentón para que no lo haga.

-No muerdo.- río.

-Yo... es que...

-¿Qué edad tienes?- pregunto acercándome a su rostro y estar a centímetros de sus labios. Debo asegurarme que sea una buena edad antes de cometer una estupidez.

-Vein-Veintiuno.

-Perfecto.

Es adorable y linda, tiene unos labios besables que seguramente si la beso, no querré separarme. Sus ojos brillan de una manera única que logran llamar mi atención, nuestras respiraciones se mezclan y estoy por besarla pero su mano me lo impide.

-No.- dice con un hilo de voz.

-¿Por qué?- gruño. Verga, rompió la emoción.

-Apenas sé tu nombre y que tienes... una banda; no puedes hablarme de la nada y querer besarme.

-Claro que sí, y sé que lo deseas.

-No soy como todas las putas que se encuentran aquí, que son tan aventadas y sin vergüenza.- uy, alguien sale a su defensiva. Me agrada.

-Difícil ¿eh?- sonrío.

-Claro y a mucha honra. ¿Problema?

-Me agrada tu actitud, alejandra.

-¿Ves? ¡Soy diferente!

-Dame tu número- escupo de un jalón y sus ojos se abren como dos platos de mesa.

-¿Huh?- me mira desconcertada.

-Dame tu número- repito- para mantenernos en contacto y salir algún otro día.- le guiño el ojo.

-¿Bromeas?

-No chula, no soy de bromas. Hablo en serio.

-Es-Está bi-bien pe-pero a cambio quiero una foto contigo ¿se puede?- muerde su labio inferior.

Alguien me está tentando y yo no pinches puedo con eso COÑO.

-Claro.- accedo.

La observo buscar entre una pequeña bolsa negra de piel, su celular y al encontrarlo, lo desbloquea para dirigirse a contactos y añadir mi número, lo mismo termino haciendo yo cuando me cede su número; pone la cámara de su celular y le pide amablemente al primer wey que pasa, que nos tome una foto.

La tomo de la cintura y ella me abraza, ambos sonreímos a la cámara. Linda foto sin duda.

-Gracias.- sonríe. Jesucristo es hermosa.

-De nada, cuando quieras más, estoy disponible.- vacilo.

-Sí crees que con eso vas a tenerme a tus pies, te equivocas, José.

-Te aprendiste mi nombre, nada mal.- digo evadiendo lo que acaba de decirme.

-No cambies el tema y sí, me aprendí tu nombre, es fácil.

-¡Aquí estás cabrón!- escucho detrás de mí. Es Álvaro.

-¿Qué pedo wey?- volteo a verlo.

-Vamos a hacer un Meet & Greet, sólo faltas tú wey.

-Pero si ya me tomé fotos con varios y además estoy ocupado con una bella dama.

-Algunos, no todos los que estarán haciendo fila- dice y mira a alejandra- hola guapa- la saluda sonriente.

Ella sólo se limita a saludar con la mano.

-Puedes hablar con ella algún otro día, esto es urgente pepe.

Suspiro rendido.

-Puta madre, está bien. Vamos wey.

-Eso chinga, ven.

-Aguarda un momento- ahora vuelvo a posar mi atención en alejandra- te juro que un día de estos te llamaré para salir y no acepto un no por respuesta.

-Pero ¿por qué yo y no alguna hueca de aquí?

-Porque me agradaste más tú.

-¡VAMOS PEPE!- me toma Álvaro del brazo y me jalonea entre la gente, haciéndome perder de vista a la pelinegra que ya no pudo decirme nada al respecto.

-Hijo de puta wey, estaba ocupado.- reprendo.

-Cierra la boca pepe.- pone los ojos en blanco-. ¿Tienes su número?

-Sí, se lo pedí.

-Ahí tienes, luego hablas con ella y la invitas a salir.

-¿Qué pedo?- se integra Rodrigo, mi hermano.

-Me lo traje mientras um, intentaba "ligar" con una chica.

-Y NADIE HACE NADA.- me quejo.

-Sí lograste conseguir su número, no te quejes pues tienes oportunidad de invitarla salir.

-¡Te lo dije!- reprocha.

-Váyanse a la verga.- les mostré el dedo de en medio.

-Algún día nos lo agradecerás.- dice Álvaro palmeando mi hombro varias veces.

-Ya qué se le hace, idiotas.- los miro mal.

-Muevan sus culos hacia acá cabrones y dejen de chismear como comadres.- ordena Blas.

-Tú- señalo a mi hermano con el dedo índice.

-¿Yo qué?

-Ve por ella, por la chica con la que estaba hace unos momentos y fórmala entre los primeros, hay algo que debo decirle.- le ordeno rápidamente. Él se me queda viendo sin entender.

-¿Qué pedo hermano? ¡No entiendo!

-¡ÁLVARO!- exclamo.

-Pelinegra, ojos marrones, buen cuerpo, vestido azul marino con ¿encaje? Y el cabello no recuerdo como lo traía. Ve por ella.- describe.

-¿Y se llama...?

-Alejandra. Anda ve hermano.

-¿Qué pasa si no la encuentro? Peor, debe de haber como más de diez alejandras aquí.

-Lo dudo, ve.

-Ya qué.

-¡Apúrate caramba! ¡Esto está por empezar!

-Jódete.

No se me iba a escapar, no señor.

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