Scene twenty eight.

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Accident.

La fiesta prosiguió hasta las cinco de la mañana, todos ya habían dejado de estar en sus cinco sentidos, tanto que no estaban en condiciones de conducir, era lógico que al hacerlo terminarían estampados en algún poste o contra otro coche y ¿para qué arriesgarse?, mentira, no eran todos, sólo unos cuantos sí podían seguir cuerdos y lograr manejar hasta casa.

Antes de haberse ido, a duras penas ayudaron a recoger todo el desastre que hicieron con sus locos retos, bromas y más, todo por querer pasarla fenomenal.

-Juxi- dice José arrastrando las palabras para enseguida echarse a reír- ¿crees poder llevarme a casa con mi chula?- le mira impaciente.

-Cl-Claro pepe, vengan.- juxi también arrastraba las palabras, estaba ebrio pero sin embargo, podía manejar o eso esperaba José.

-No nos vayas a matar.- se unió alejandra a la conversación entre risas.

-Yo me encargaré de que eso no suceda.- dice laura.

-Fabiola y yo iremos en taxi ¿verdad guapa?- la voz de yayo se había vuelto algo ronca y caminaba a tambaleadas.

-¡Sí!- responde fabi.

-No hagan cosas sucias.- sentencia alejandra.

-Eso no se prohíbe ale, necesitas a Jesús.- la zarandea yayo.

-Quítale las manos de encima, Gutiérrez.- se interpone en medio de ambos.

-¿Celoso pepito?- ríe.

-Bastante, ahora- posa su mirada en su chica- vámonos amor, debemos ir a descansar. Buenas noches a todos.

-Buenas noches.- dijo el resto y yayo sólo puso los ojos en blanco y bufó irritado.

El alcohol se había apoderado de todos, estaba reinando en sus cuerpos al punto de que arrastraran los pies al caminar y el habla no se les entendiera ni un carajo en lo absoluto; suben al auto de jux, éste lo enciende y arranca, poniendo en reproducción el disco "Monumentos" de la banda de José: Sputnik, subiendo el volumen que casi pudiese aturdirles, la primera en sonar fue "mejores tiempos"; el trayecto empieza a hacerse corto debido a la velocidad en la que va, cosa que atemoriza a alejandra.

-¡Wey bájale tantito!- exige José a carcajadas pero su amigo le ignora- ¡Juxi ve más despacio cabrón!- ordena de la misma manera, a carcajadas.

-Amor, ve más despacio ¿quieres?

-¡A la verga! ¡Yo manejo como se me hinche el huevo!- reprende y acelera más a lo que ésta le mira pasmada.

-¡JUX VE MÁS DESPACIO POR FAVOR!- ya sólo faltaba alejandra pidiéndole que bajase la velocidad pero juxi, vuelve a hacer caso omiso, ya saben, como el típico terco ebrio.

-¡No!- gruñe- ¡yo manejo a mi gusto! ¡Ya dejen de mamar!- de acuerdo, alguien acababa de sacar su ira.

-¡Amor ya basta!- suspira frustrada laura que toma del volante para lograr que por lo menos éste terminase por hacer caso pero fue inútil. Él seguía terco y necio.

-Verga, suelta el volante amor, sé lo que hago.

-No lo haré hasta que bajes la velocidad.

-¡¿Qué verga jux?!- se carcajea José y alejandra le mira atónita, ya no podía articular nada del miedo.

-¡CUIDADO!- grita desgarradoramente laura.

Lo que terminó por escucharse fue el sonido del impacto del coche de jux contra un Focus blanco, por lo cual quienes iban dentro, terminasen lastimados e inconscientes como ellos.

De los que espectaron tal acto, uno llamó a una ambulancia para que llegase lo más pronto posible antes de que fuese tarde.

Y ya saben, que de todos, alguien muriera.

*-*-*-*-*-*-*-*

-¿Hola? ¿Quién habla?- contesta yayo con voz ronca y entre bostezos, eran las dos de la tarde.

-Eduardo ¿cierto?- habló una voz grave y varonil del otro lado.

-Sí, él habla- afirma- ¿qué sucede?- refriega sus ojos.

-Le llamamos desde el hospital Guadalupe, debido a que ayer alrededor de las cinco y media de la mañana ocurrió un accidente automovilístico- informa.

-¿Y...? ¿Yo qué tengo que ver?- frunce el ceño.

-Verá, desde donde le llamo es desde mi oficina, el número lo conseguí gracias a uno de los celulares que pese a estar estrellados de la pantalla, el touch sigue funcionando y podía desbloquearse con facilidad.- suspira-. Lamento que llame a estas horas de la tarde y no haber llamado desde mucho más temprano para dar la noticia pero debíamos hacer chequeos hacia los accidentados.

-Vaya al grano, doctor, si es que hablo con uno...- eso no había tenido lógica- perdón, no sé lo que digo.

-Necesito que venga cuanto antes, quiero asegurarme de que usted sea por lo menos pariente de alguno de los siete accidentados. Aunque también no estaría mal que viniese con compañía, quizá ellos los conozcan y yo lo esté confundiendo. Quizá.

-Am... ¿murió alguien?- cuestiona con miedo.

-Gracias a Dios no pero desgraciadamente uno de ellos cayó en coma.- escupe frío.

-Iré en media hora, hasta luego.- cuelga.

-¿Qué pasa Eduardo?- le mira fabiola con preocupación y eso que apenas y podía abrir los ojos, la cruda la estaba todavía matando pero viva.

-Este... ocurrió un accidente ayer como a las cinco y tanto de la mañana, fueron siete accidentados y uno de ellos está en coma- hace una mueca- no sé pero, debo ir ¿qué tal si es alguno de nuestros amigos?

-Puede ser... todos estábamos ebrios, aunque a la vez no.

-Si no fuese verdad ¿por qué coños me llaman a mí?- bosteza de nuevo- ¡no mames! ¿Y si son strecci y luis?- le mira pasmado- ¡peor aún! ¡Juxi y la chiki chuky!

-Pepe y... mi mejor amiga- agrega mirándole de la misma manera.

-¡Hay que darnos prisa!- dice.

-¡Vamos, vamos!

Toman turno para darse una ducha y hacerse su arreglo personal (cepillarse los dientes, cepillarse el cabello, afeitarse, cambiarse, etc) no sin antes por lo menos beber un jugo de naranja y así poder irse al hospital en donde se darían cuenta de la verdad.

¿Quién habrá entrado en coma?

Esa duda mataba y carcomía internamente a ambos.

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