Scene nineteen.

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Dan las cuatro de la mañana cuando José y Alejandra por fin logran despedirse de la familia. El camino hacia el departamento fue de puro silencio incómodo, ni siquiera una mirada se dedicaron, nada.

Ella miraba por la ventana mientras que él tenía su vista fija en el camino. Detiene el coche debido a que el semáforo estaba en rojo.

-¿Sucede algo? Has venido seria todo el camino- voltea a verla.

-¿Por qué?- cuestiona sin verlo todavía.

-Primordialmente, si van a decirme algo, me gusta que me vean a la cara.- enarca una ceja.

-Uy- pone los ojos en blanco y lo voltea a ver- ¿contento?

-Bien, ahora ¿qué decías?

-¿Por qué fingiste todo eso con tu familia?

-Disculpa pero en ningún momento yo comenté sobre fingir o actuar frente a ellos. Todo fue real.- dice y ella le mira perpleja.

-Ya dime la verdad José, no bromees.- ríe pero a él no le hace gracia-. Oh Dios ¿era en serio?

-¿Crees que el beso que te di fue fingido? ¿Actuado?

-N-No.

-Ahí lo tienes- suspira y pone en marcha nuevamente el auto- todo fue real, yo no me ando con bromas, alejandra.

-¿Y por qué precisamente yo y no alguna otra?- ella y su gran duda de por qué la elige en vez de otra.

-Me gustas- confiesa sonriente.

« No lo dijo, no lo dijo. » se repetía mentalmente.

« Sí lo dijo, cariño. » afirma su subconsciente.

Luego de esa confesión, ella ya no dijo nada, pareciera que había aplicado el dichoso visto de facebook o esas mentadas palomitas azules de whatsapp pero sin embargo a él no le afectó pues estaba consiente que de un momento a otro le diría algo al respecto.

Estaciona el auto frente al edificio, baja y rodea hacia el otro lado para ayudarle a bajar, ésta agradece y juntos tomados de la mano caminan hacia la entrada. El "psicótico" de Fred (como ella lo llama) no se encontraba, era lógico que se estaba con su familia, todo está tan pacífico, toman el elevador que los llevará al tercer piso, sin imaginar que podrían suceder algunas cosas.

Las puertas se abren de par en par, ambos salen, se dirigen hacia la puerta 308A, ella mete la llave en la perilla, la gira y la puerta se abre, entran no sin antes encender las luces; todo sigue intacto, tal como cuando él fue por ella.

-¿Te vas a quedar así sin decirme nada al respecto?- frunce el ceño él entrando a la habitación. Error- Ups.

-¡José!- exclama ella cubriéndose rápidamente con la sábana- ¡sal de aquí!

-No- sonríe.

-Qué vergüenza, salte por favor.- insiste.

-¿Por qué?- se acerca a ella- tú bien que me has contemplado en calzoncillos pero ¿yo a ti no en ropa interior?- la toma de la cintura- que injusticia, mujer.

-Es muy distinto...

-¿Y...?

Ella iba a responderle pero él fue más astuto y la besó, cambiando tan rápido el panorama, se deja llevar, la sábana cae en la alfombra beige, sus piernas se posicionan alrededor de las caderas de José, haciendo una imitación de un Koala, las manos de él se posan en los glúteos de ella, así se encaminan hasta la cama.

Botón por botón va desabrochando la camiseta de él hasta quitársela, lo mismo hizo con sus pantalones, ambos ya terminan por contemplarse igual, en ropa interior, la habitación se llena de jadeos y besos más pasionales. José va haciendo un camino de besos de la boca de ella, y va bajando poco a poco, a su cuello dejando su marca, dando a entender que es sólo de él, no de nadie más, baja y pasa por sus pechos que siguen cubiertos por el sostén carmesí con encaje, llega a su abdomen y acaba en su ombligo.

Alejandra siente punzadas en el vientre y no asimila aún como es que él la hace sentir tan única en cuestión de minutos; él baja ambos tirantes del sostén, ella coopera arqueando la espalda para lograr desabrocharlo y éste se deshiciera de el.

-Uh... bonitos- musita alabando sus pechos de un tamaño grande.

Hacen contacto visual, sus miradas se conectan al instante y resplandecen como la luz de la luna y las estrellas en el bello anochecer, masajea sus pechos, deja besos cortos y al final le hace pequeños chupetones alrededor con delicadez para que no le doliese, tampoco quería ser tan duro.

-Dios mío... ¿esto te provoco?- dice refiriéndose a sus bragas mojadas pero ella no articula palabra alguna, sólo se limita a asentir- gran ventaja para mí. Oh damn.

-Tonto- ríe ella por eso último que dijo.

-Esto será divertido- le guiña el ojo.

-Ya veremos...- muerde su labio inferior.

-No hagas eso, me tientas- frunce el ceño.

Lentamente baja sus bragas hasta finalmente lograr quitárselas, las arroja y éstas caen hacia alguna parte de la habitación, él se queda anonadado con lo que ve.

-¿E-Eres vi-virgen?- parpadea varias veces, no lo podía creer.

-S-Sí.- responde ella con miedo.

-Jesucristo ¿por qué no me lo dijiste?

-No pensé que íbamos a acabar así.

-No quiero ser un aprovechado, lo siento, lo siento.- se disculpa y se incorpora del otro lado de la cama.

-No... no te preocupes... yo...- suspira.

-Debemos ir con más calma- voltea a verla.

-Eso quería yo hasta que me besaste frente a tu familia, dijiste que era tu novia y yo de... tonta me dejé llevar y heme aquí así contigo- cubre su rostro con ambas manos- no quería precipitar nada... y luego esto, lo imaginaba más especial... rayos debes pensar que soy no sé, como una adolescente que sigue con esa pendejada del chico especial en el momento adecuado pero es que tu no lo entiendes...- descubre su rostro y voltea a verlo- no quiero ser como las demás, no quiero que me veas como ellas que son tan fáciles y enseguida se acuestan con el primero que ven.

-Eso me gusta de ti, chula- sonríe- eres diferente a ellas. Mira, no soy quien para juzgarte, entiendo tu situación, tranquila, hagamos como que nunca pasó- besa su sien.

-Lo siento tanto- se disculpa ella.

-Será especial, ya verás.

-Gracias...- toma la sábana del suelo y se la enreda en el cuerpo.

Se dirige al baño y se encierra.

-Tonta, tonta ¿por qué a ti?

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Sucias ¿creían que habría acción? e.e la tendrán pero no aún muajajaja, las amo❤️.

Un beso y... ¡Adiós!

-JDTrouble.

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