Scene forty seven.

318 27 25
                                        

Dedicado a: PandiKames.

Will you marry me?

Viernes, 6:30pm.

México Distrito Federal.

Yayo.

Terminaba de acomodar mi corbata frente al espejo, hoy para mí era un día especial, sólo para mí y mi futura esposa: Fabiola Muñoz, sí, la mejor amiga de Alejandra; nadie tiene la más remota idea de que ambos nos casaremos, digamos que es un pequeño secreto de los dos, no quisimos difundirlo para ahorrarnos muchas cosas, especialmente: las discusiones o las oposiciones de los demás.

Mentira, ella no tiene la más remota idea de que le pediré que nos casemos. Así que el secreto es sólo mío.

Decidí que nos casáramos en secreto para concretar lo nuestro, sería por civil, y qué mejor que con ella, porque siendo honesto, es la persona más maravillosa que me pude haber topado en mi vida, es hermosa, preciosa y mía, realmente la quiero... me dispuse a esperar para poder conocerla y darme cuenta si realmente es para mí. Vaya que lo es.

Sentía nerviosismo por todo esto, digo, me voy a casar y no como esas pinches novelas de telerisa en las que sus finales siempre se casan en una iglesia para "vivir felices para siempre" y arman una fiesta "chingona" para ponerse hasta el huevo de pedos. Mamadas. Y claro, estamos conscientes que en la vida real, no es como lo pintan en la tele o en algún libro. Todo es tan distinto.

Hay fiestas chingonas que se arman, a veces, de esas en donde no falta la gran verga que te cargue y al día siguiente te estés casi, casi muriendo, literal pero lo chido es lo chingón que te la pasaste en esa peda, en esa fiesta en compañía de amigos o alguna quedante.

En fin, volviendo a mi "boda" o como mejor se les hinche denominarlo, como ya lo dije: siento nerviosismo, es la primera vez en mi vida que pasa esto y no sé qué pinches vaya a ocurrir después, claro que ya sabía que algún día pasaría, ¿cuándo iba a ser? Jamás lo definí. Simple y sencillamente porque nunca pensé que en un día inoportuno llegaría a mi vida una chica como Fabiola.

Finalizo mi conjunto con mi saco negro, me veo espectacular aunque para otros me vaya a ver mamador o como el pinche yorsh de polanco: pedereitor trukutrú.

Tomo las llaves del departamento, mi celular, mi cartera, y por supuesto, un bonito anillo de compromiso que me di a la tarea de comprar un par de semanas atrás, quería estar preparado para cuando se diese la ocasión; me doy una última revisada en el espejo y de ahí salgo despavorido en busca de mi chica, casi.

-¡Te ves hermosa!- halagué al verla lucir un precioso y entallado vestido crema de encaje, le quedaba rabón pero sin duda, chulo y en ella se veía espectacular. Su cabello estaba suelto en unas bonitas ondas, con un maquillaje que hacía resaltar demasiado sus marrones ojos. Diablos, es perfecta-. ¿Nos vamos?- extendí mi mano para que la tomase.

-Gracias yayo, lo mismo digo de ti, te ves demasiado guapo- sonrió- y por supuesto, podemos irnos.- tomó mi mano.

-Hoy eres mía.- le guiñé el ojo y besé su mejilla.

*-*-*-*-*-*-*-*

Llegamos al registro civil, lo cual le sacó mucho de onda debido a que le había mentido diciéndole que se pusiera guapa para mí como cual estudiante de preparatoria o universidad en su día de graduación, ya que la llevaría a un lugar prestigioso y elegante, por ende debía vestir tan extravagante.

-¿Qué hacemos aquí?- cuestionó en un susurro al notar que no era el lugar del que le había comentado.

Y aquí debía yo hacer el resto del trabajo, espero no cagarla.

Tomé una buena bocanada de aire cerrando los ojos y mis puños a la vez, exhalé tras unos diminutos segundos y los volví a abrir de golpe, lo que hice, fue sólo tomar valor. Meto mi mano derecha en mi saco y de él tomo la pequeña caja de terciopelo negro, me hinco y abro la ya mencionada, mostrando un bonito anillo de oro con un diamante incrustado en medio, cabe añadir que a un costado estaba grabado su nombre, resplandecía con la luz, como una chispeante luz de feria, literal. Sin mamar.

-Fabiola Muñoz, este tiempo que llevamos de conocernos me ha servido demasiado para poder saber de ti, tus gustos, tus disgustos, tus debilidades, tus gustos musicales, lo que te apasiona, lo que amas, lo que te entristece, lo que te hace estallar a carcajadas y muchísimas cosas más- verga, esto no es tan fácil como lo he oído por ahí. Pero vamos yayo, tú puedes cabrón, ponle más huevos coño- te he agarrado tanto cariño, confianza pero sin duda amor y déjame decirte que te quiero, te quiero demasiado... oh mierda, si pepe me escuchase me diría que he sonado demasiado marica- reí como bobo y ella se me unió. Joder, a lo que iba. Aclaré mi garganta y procedí- perdón. ¿En qué estaba...? ¡Oh sí! Fabiola, te quiero demasiado, eres lo más importante de mi vida, incluyendo la trayectoria que llevo en youtube pero, eso es cosa de otro día... de verdad, sería feliz si pasas el resto de tu vida a mi lado.- mordí mi labio inferior, aquí viene la pregunta, Jesucristo, que no me rechace, que no me rechace-. Fabiola Muñoz... ¿te casarías conmigo?

The Reason.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora