The Reason.

Scene fifteen.

I like her...

Mis mejillas comienzan a arder, regresa su vista hacia el lago que es iluminado por la luna, me le quedo viendo por unos segundos intentando entender el por qué me dijo es ¿acaso quiere que entre él y yo surja algo? ¿Quiere conquistarme y yo de muy torpe no me he dado cuenta?

No me la creo.

Desbloqueo rápidamente mi celular, pongo la cámara y lo enfoco bien hasta tomarle varias fotografías.

-Oye- exclama- con calma mujer, no me moveré.

-Lo siento yo... perdón- debo de plantearme la maldita idea de dejar de balbucear cuando estoy con él, capaz y piense que soy tan... tonta.

-Tranquila, sé cuánto deseas verme- ríe.

-¿Qué? ¡No! ¡Estás loco!- muerdo mi labio inferior.

-Haría lo mismo- sonríe.

-No mientas- hago una mueca.

-¿Cómo por qué lo haría?

-Para no hacerme sentir mal.

-Yo lo decía en serio- se encoge de hombros- debiste de haber tenido un terrible pasado ¿cierto?

-Sí y veo que tú también.

-Poco a poco lo supero, alejandra- suspira- y me está sirviendo de mucha ayuda.

-¿Quién te hizo tanto daño...?- cuestioné, eso era algo que siempre me he preguntado en general, digo, he leído de casos sobre personas que han tenido una horrenda suerte que ni ellos ya aguantan, que han sufrido y pasado por cosas peores a las mías o simplemente que están depresivos quizá sin remedio porque ellos no quieren, que por eso me hace preguntármelo- sí no quieres decírmelo no te preocupes.- añado con temor, puede que tampoco le guste que le pregunten mucho de él o qué sé yo.

-Chicas... familia... quizá yo mismo...- responde dolido.

-Oh... ¿quieres hablar de eso?

-Si es para desahogarme, con gusto.

-Lo necesitas, adelante, soy toda oídos.

-He querido y amado de verdad... pero me terminan por mandar a la mierda, incluso me han sido infiel, justo cuando yo doy todo de mí, saben de mis sueños y me dicen que jamás van a cumplirse por el mediocre que soy, mi familia ha dudado de mí, no me lo hacen saber pero yo lo noto más no digo nada, sólo me quedo callado- juguetea con sus dedos- no tienes idea de cuántas veces me han cerrado la puerta en la cara diciéndome que no quieren escuchar lo "basura" -hace comillas con sus dedos- que es mi música. Ni siquiera sabes cuánto me duele cuando piden a gritos que me baje del puto escenario antes de tocar, me insultan, dicen que lo mío no es eso, que yo tengo finta de un godínez, dicen que no sirvo para nada... luego estoy yo que me suelo tomar a pecho todo eso y me bajo el autoestima.

-Qué patéticas las mujeres que no te han sabido valorar y apreciar todo lo que has hecho por ellas, intentando demostrarles que eres el mejor, que eres tan tú, tan entregado y que quieres que dure- sí, me ha dado coraje todo lo que me ha contado, esas huecas chicas y esos tarados que no saben apreciar la buena música. Su familia... eso está en duda- no te conozco de años o de hace mucho pero de lo que tenemos, eres una persona hermosa que expresa lo que siente, ha sentido o sus experiencias por medio de canciones, con letras tan profundas, bellas, tan tuyas, con ese toque tuyo que las hace especiales y mágicas ¿a quién rayos no le gusta eso?

-Tú... vaya, eso es lindo de tu parte- sonríe- gracias.

-Sólo digo la verdad, José.

-Gracias por creer en mí.

-Tienes mi apoyo, cualquier cosa, estaré para ti, así que no dudes en llamarme por si se presenta algo.

-Y yo para ti, no quiero que te sientas sola ¿sabes? No importa lo que suceda, estaré a tu lado en las buenas y en las malas.

-¿Dónde estuviste todo este tiempo?- cuestioné mirándole fijamente, él me hacía sentir especial, única.

-Esperándote.- suspira.

Quiero imaginar que eso lo dijo sin pensar...

Estuvimos un buen rato en ese sitio, poco después nos fuimos para que me mostrase más de lo que es el chulo Distrito Federal cuando la noche les visita, todo era hermoso, las calles iluminadas, parejas abundando por ahí, algunas tiendas sin cerrar aún, sin duda había tráfico pero eso no impedía que anduviésemos de un lado a otro.

Luego de un buen tour que duró una hora y media aproximadamente, me invitó a cenar tacos, esos benditos tacos que cualquier mexicano ama y quienes no, que pena, se lo pierden. Al principio dudé en aceptar, digo, otro gasto en mí, no quiero ser tan abusiva pero él insistía con su "yo invito, yo pago" ¿y cómo negarte?

*-*-*-*-*-*-*-*

-¿Y si me quedo a dormir contigo solo por esta noche?- cuestiona tímido y yo le miro con los ojos bien abiertos.

-¿Qué? ¡Estás loco José!- me apresuro a decirle.

-No está loco- interviene mi mejor amiga, rayos, lo que me faltaba- déjalo que se quede, no le veo nada malo- se encoge de hombros.

-¿Ves? ¡Tu amiga está de mi lado!

-Gracias fabi- la fulmino con la mirada.

-Cierra la boca, te estoy haciendo un favor.

-Uy, pelea de chicas.- dice burlón.

-Sh- digo- aguarden aquí, debo cambiarme.- les hago saber y me voy directo a mi habitación.

-¿Y bien?- enarca una ceja fabi.

-¿De qué o qué?- dice él haciéndose como que no tiene idea a lo que se refiere.

-¿Qué te traes con mi amiga?- sonríe- te gusta ¿verdad?

-¿Huh?- le mira desconcertado- ¡No! ¿Por qué dices eso?

-Sí claro... a mí no me engañas, digo, eso de querer quedarte a dormir aquí con ella, esos mensajitos que se mandan, y estoy segura que el ramo que está en su habitación, se lo diste tú, su cita... ¿cómo no pensar en que quieres algo con ella?- se cruza de brazos.

-Me descubriste- hace un puchero.

-Se nota a leguas, querido.- se ríe.

-Me gusta... mucho.- confiesa tímido y sus mejillas toman un color carmesí.

-¡LO SABÍA!- chilla emocionada.

-Pero no se lo digas.

-¿Decirme qué?- pregunto al salir de la habitación haciéndome una cebolla sin peinar bien.