Scene seventeen.

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Al día siguiente de eso, todo fue tan diferente, empezamos a salir más seguido, los mensajes eran más constantes, entre ellos:

Te quiero...
Te extraño...

Fabiola estaba haciéndola de cupido y vaya que ayudaba demasiado, empezaba a recibir pequeños detalles por parte de él, de esos que marcan la diferencia. José me estaba conquistando de manera única e indescriptible.

Me encanta.

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Christmas eve...
Kiss me under the mistletoe...

Diciembre 24.

Estaba sola en el departamento, Fabiola hace dos días que fue a Guadalajara para pasar estas fechas navideñas con su familia, por desgracia, como la mía es tan distante, no le veo caso de tener que gastar dinero en un viaje a Tamaulipas si lo más probable es que no les dé gusto verme, prefiero ahorrarme eso.

Pasé mi mañana dormida y desperté a las dos de la tarde, algo que cada vez se me estaba haciendo costumbre y no debería, el mes que entra empiezo a trabajar que deberé levantarme temprano cual adolescente de preparatoria. Pero eso es debido a que me paso la noche en vela gracias a José y sus mensajes, algunos de voz y me tiene riendo a carcajadas. Es encantador.

Durante la tarde no hice nada tan productivo, hacía frío y estaba sumamente cómoda en la sala viendo ésta vez: un show más, me siento tan... infantil, pero me entretiene demasiado y es algo que atrapa mi atención al momento, no como los típicos programas de modas, pasarelas, incluso donde tienes que elegir vestido de novia, quizá sean los más adecuados debido a la edad que tengo pero no llaman tanto mi atención.

Tal vez algún día no tan lejano vea alguno de ellos cuando no sepa qué diantres hacer y deba recurrir a alguien si llego a necesitar ayuda.

José Salazar.
A las ocho voy por ti preciosa :)

Alejandra Monroe.
Está bien chulo, ya casi estoy lista.

José Salazar.
Cualquier cosa se te ve perfecta.

A este paso, me va a dar algo por tanta dulzura.

Finalizo mis caireles gracias a la bendita plancha, alacio mi flequillo, la apago y desconecto, me siento muy presionada y a la vez nerviosa, conoceré a la familia de José, estoy tan segura que cuando lleguemos, lo primero que escucharé será "¿eres su novia?" no lo dudo para nada, es tan típico que ya hasta está retumbando en mis oídos. Con cuidado me pongo el vestido con vuelo color salmón con una abertura en forma de corazón en la parte de la espalda, la joyería que me pongo termina siendo color plata, tomo algo de crema y la vierto en mis piernas para que no se me resequen, es horrible cuando eso sucede.

Luego me siento como una anciana, sin ofender.

Rocío un poco de perfume con aroma fresco y dulce para estar totalmente lista, me miro al espejo repetitivas veces, no quiero verme exagerada o mal frente a la familia de José, carajo, yo y mis suposiciones precipitadas, tal vez ni suceda o pase nada y heme aquí toda pasmada por ello.

Escucho como tocan la puerta sin parar que me hace brincar del susto, salgo despavorida de mi habitación gritando el tan típico cliché de "¡ya voy!", llego hasta la puerta, la abro y me encuentro con un José muy atractivo, sombrero negro, chaqueta negra de cuero, debajo de ésta llevaba puesta una camiseta en color celeste, pantalones negros y unos zapatos del mismo color, me le quedo viendo por un buen rato, se ve tan perfecto.

Tan guapo... para mí.

-Hola preciosa- me saluda plantando un beso en mi mejilla que no tarda en ponerse color carmesí. Cada que siento el tacto de sus labios, me vuelvo débil.

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