-No lidio con borrachos.- le hago saber de broma y él voltea a verme enseguida.
-¿Qué pretende usted conmigo señorita?- enarca una ceja.
-Bromeaba, me caes bien.- sonrío.
-Y tú a mí- sonríe- ¿quieres algo?
-No gastes en mí, por favor.
-¿Por qué?
-No quiero ser una aprovechada.
-No lo eres, yo te estoy invitando.
-Bien pero a la otra yo invito- aguarden ¿cómo que a la otra? Es lógico que no se repetirá la ocasión nunca más.
-Por lo que veo me quieres ver más seguido.- ríe.
-Quisieras José.
-En fin ¿quieres una cerveza? ¿O qué quiere la bella dama?
-No vas a poder conmigo, y quiero un picapiedra, por favor.- ruedo los ojos.
-Haciéndose la difícil- chasquea la lengua mientras niega con la cabeza- ¿a quién engaño? Mira como me traes.
-¿Qué van a pedir?- pregunta el barman viéndonos a los dos. Interrumpiendo lo que estaba por volverse incómodo.
-Dame una cerveza y para la bella dama de aquí, un picapiedra, por favor.- ordena.
-En unos momentos se los traigo.
-Gracias.- agradezco.
-Nunca había conocido a una chica como tú.- me dice.
-Lo mismo digo.- concuerdo.
-¿Y ya conociste más del chulo Distrito Federal?
-No, como ya te dije, recién llegué ayer.
-Am pero vas a conocer más de él ¿no?
Río, ya sé lo que pretende.
-Tú quieres darme el tour ¿cierto?- vacilo sonriente.
-¿Qué? ¿Yo? ¡No!- exclama haciéndome reír, su expresión facial se ha vuelto muy cómica.
-Oh vamos, admítelo, es lo que me estás dando a entender.
-Bueno, bueno ya, sí pero ¿tú quieres?
-¿Puede ir mi mejor amiga con nosotros?
-Pues si quiere, claro.
-Mañana me pongo de acuerdo con ella y te aviso.
-Hoy duermes conmigo, chula. Y mañana... no sé, pasas el día conmigo.
-No quiero dar molestias. Gracias.
-¿Me estás rechazando?
-No.
-Aquí tienen- llega el barman con nuestras órdenes.
-Gracias- decimos.
Empezamos a conversar de cualquier cosa que se nos pudiese venir a la mente mientras bebíamos, él bebía de sus cervezas muy rápido que empecé a notarlo extraño, yo aún mantenía la cordura pues bebía con una lentitud que si fuese una carrera, aunque suene incrédulo, una tortuga me ganaría.
El ambiente que se presenciaba en el sitio estaba bueno, muy bueno, varias chicas se le insinuaban pero él las corría pues según ya estaba ocupado y se refería a mí, lo cual hacía que me vieran con demasiada furia o más bien dicho, envidia.
¿Yo qué? Sólo fue cosa de repente. Yo lo busqué pero no lo encontré y me di por vencida, hasta que de repente él chocó conmigo y aquí nos tienen.

ESTÁS LEYENDO
The Reason.
Storie d'amore« Existe el amor de tu vida y el hombre de tu vida. Pero ¿cómo te sentirías tú sí lo conoces mediante un sueño largo que te dejó una borrachera? » Cualquier copia, adaptación o plagio hará que te denuncie. Todos los derechos reservados. -JDTrouble.