Scene forty six.

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Dance party.

-¿Huh?- frunció el ceño y dirijo su vista hacia donde provino su nombre- ¡Hey! ¿Qué onda Tienda?- sonrió chocando su puño con él.

-Hola- saludó, iba acompañado de una castaña bien dotada con una estatura semejante a él- oh, ella es Alejandra Ivanova, mi novia.- presentó.

-Mucho gusto.- dijo ella saludando con la mano y una sonrisa.

-Igualmente.- dijeron al unísono.

-Bueno- se aclaró la garganta José- ella es Alejandra Monroe, mi novia.- la presentó y ella saludó a ambos con un beso en la mejilla.

-¡Un gusto!- dijeron ellos.

-¿Y qué están haciendo? ¿Iban a alguna parte?- cuestionó alex.

-Íbamos a andar merodeando por aquí- respondió José- ¿y ustedes?

-Nos dirigíamos hacia Low, un antro muy chido de por acá ¿gustan acompañarnos?- propuso sonriente.

-Va.- accedió.

-Andando que no está nada cerca.- ordenó amablemente.

*-*-*-*-*-*-*-*

Llegaron a su destino, bajaron del auto de Alex quien se había estacionado cerca de la entrada lo cual era un milagro pues vaya que estaba lleno y ni se diga de la gran fila que había, casi estaba por dar vuelta hacia otra calle.

Por suerte, ésta avanzaba con rapidez pues no a todos les estaban dando acceso, ¿por qué? Ni grata idea pero quizá por la vestimenta que se cargaban o mejor dicho, no llevaban una identificación que comprobase que ya eran mayores de edad. Ustedes saben, no falta aquel adolescente que quiera pasarse de listo.

Aproximadamente quince minutos duró el que por fin llegase el turno de los cuatro, mostraron sus identificaciones al guardia de seguridad que era demasiado alto, vestía de traje negro, gafas de sol y era regordete, aperlado, éste les miró fijamente con el ceño fruncido hasta que a fin de cuentas, les dio acceso, cosa que a los demás no les gustó.

-¿Qué tienen ellos que nosotros no?- se quejaron un grupo de cinco chicos que no habían tenido acceso al antro.

-Eso no es de su incumbencia, ahora largo de aquí si no quieren tener problemas.- musitó inexpresivo y voz molesta.

Por otro lado, el cuarteto de amigos que se había adentrado al antro, lo primero que hicieron fue dirigirse a la barra para pedir de beber; había música electrónica poniendo ambiente al lugar, la pista de gran tamaño en la cual cabían alrededor de doscientas cincuenta personas o hasta más, a veces, estaba llena, las luces de colores iban de un lado a otro y el humo se esparcía alrededor provocando que sólo se pudiesen percibir las siluetas de quienes bailaban.

El bartender les entregó sus cervezas a los cuatro, alex y su novia se desaparecieron por un rato dejando solos a los tórtolos José y Alejandra, quienes no podían siquiera entablar una conversación debido al alto volumen de la música que aturdía en los oídos, no en general, sólo a algunos. Lo único que les quedaba era observar con suma atención todo a su alrededor e incluso en su mente formular unas "buenas críticas" referentes a el cómo iban vestidos los demás, vaya que algunos se habían tomado tan en serio el papel de sacar su Kim Kardashian el día de hoy para venir al antro.

-¡Estamo en el antro weee!- exclamó José con un tono de voz de chico fresa que le salió de maravilla, atrayendo la atención de su chica que le vio desconcertada.

-¿Qué demonios...?- enarcó una ceja.

Éste se limitó a carcajearse.

-¿De qué carajos te ríes?- le cuestionó al oído.

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