Me desperté esa mañana y todavía me dolían las nalgadas de mi mamá.
Me prometí a mí misma que nunca más tendría novio, solo servían para tener problemas. Si no fuera por Dereck no me hubieran pegado.
Cuando llegué a desayunar mamá y papá me quedaron mirando con cara de pocos amigos.
Y mi hermana se veía triste.
Pasaron los minutos y comenzaron las noticias.
Los cuatro quedamos mirando asombrados la televisión cuando de pronto se anunció que había desaparecido la joven de 12 años ganadora de la corona de la noche anterior.
En un momento durante el concurso, sus padres la perdieron de vista, habían amanecido buscándola y no pudieron encontrarla.
La policía sacó un comunicado, mostrando la foto de la joven concursante, para que se pudiera dar rápido con el paradero de ella.
No lo podíamos creer, esa chica que había salido reina estaba desaparecida.
— lo ves!, ¿¡ves porque me preocupa tanto que exhibas a tu hija de esa manera!? — dijo mi padre enojado y asustado
— pero puede tratarse de un error, en las noticias todavía no lo han declarado como un secuestro — dijo mamá también alterada
— y tú crees que una niña de 12 años se va a largar así sin más, de un concurso de belleza después de haber ganado, sin siquiera despedirte de sus padres? ¡En qué estás pensando! — dijo mi padre gritando
— no lo sé solo estoy tratando de ver las cosas con un poco de calma, es posible que durante el día aparezca — dijo nerviosa
— Te aseguro que va a aparecer. ¡Pero muerta! — dijo mi padre todavía sin calmarse
Mamá no sabía que hacer de los nervios, se movía para todos lados. Todos estábamos asustados porque la desaparecida pudo ser mi hermana y ahora si estaba agradecida de que hubiera perdido.
Quizás el hombre malo solo se llevaba a las que ganaban.
*narrador omnisciente
En ese sótano oscuro, donde cualquier grito pidiendo ayuda no tendría ninguna respuesta, estaba la pequeña reina de piel blanca y tersa y ojos verdes mirando asustada a su captor.
— mis papás deben estar muy asustados, seguro están llorando, por favor deje que me vaya — dijo la niña llorando
Entonces el asesino le ordenó que se pusiera un traje de gala y una corona y que desfilar a para él.
La niña se quedó quieta en su lugar y no obedeció a seguida, esa joven mente no sabía qué hacer. Pero quitarse la ropa que tenía puesta para cambiarse por el vestido que le pedía él, le daba demasiada vergüenza.
Entonces el asesino se acercó hasta la niña, y le propinó una feroz bofetada, qué la tiró contra el suelo.
— Más te vale que hagas todo lo que te digo, si no quieres que te golpee hasta sacarte mucha más sangre — le dijo en tono amenazador
La niña llorando, se limpió la sangre que salía de su pequeña boca y temblando obedeció a lo que había pedido su captor.
El asesino puso música, la típica música de los concursos de belleza y hasta tenía una alfombra larga y unas pocas luces que simulaban un escenario. Entonces la pequeña una vez se hubo cambiado, realizó un tremendo esfuerzo para desfilar para su secuestrador en medio del terror que sentía.
Los ojos de ese hombre que estaba sentado en un rincón observando con ojos acechadores a la pequeña, brillaban con malicia en la oscuridad. Se sentía por demás satisfecho, de tener a otra reina en sus manos, una hermosa soberana solo para él.
La pequeña estuvo caminando varios minutos de aquí para allá sobre la alfombra y el escenario improvisado y tétrico.
No sabía de qué manera actuar, tenía miedo de que su secuestrador volviera a golpearla con esa fuerza. Para sus cortos 12 años se veía tan alto que le pareció un gigante, que del temor la hacía temblar.
En un momento no pudo más, y empezó a llorar, suplicando que la llevaran de nuevo con sus padres.
Entonces el secuestrador se enojó, y mientras la sujetaba del cabello comenzó a apretar su cuello, hasta que la desmayó, para dejar de escuchar su llanto.
Cuando la pequeña estaba inconsciente la tendió sobre la cama. Acomodó su vestido de reina y ordenó su pelo, además de su corona.
Y le sacó fotos, y también grabó videos. Quería inmortalizar la belleza de aquella reina de la cual en algún momento debería deshacerse.
— eres una hermosa reina pequeña, me encargaré de inmortalizar tu belleza para siempre. Te aseguro que nunca envejecerás, y tu imagen quedará en la memoria de todos, incluso la mía. — dijo el secuestrador
Luego encendió su televisión y se reía perversamente al ver las súplicas de los padres de la pequeña, que imploraban a quién fuera que la tuviera retenida se los devolviera con vida.
— Pobres ilusos — dijo en tono despectivo
Luego de un buen rato en que estuvo mirando fijamente a la pequeña tendida en la cama. Comenzó a quitarse su ropa.
Y en cuanto se subió a la cama, la pequeña se despertó.
El asesino se puso sobre ella y cubrió su boca, para no escuchar sus gritos mientras la abusaba.
Luego de que culminara el abuso, respirando agitado le dijo.
— No tienes idea lo que me duele que te vayas, si fuera por mí, vivirías conmigo para siempre. Pero eso no es posible mi hermosa reina. — dijo el secuestrador y con ambas manos comenzó apretar su joven cuello — prefiero recordarte así, tan pura y hermosa.
Y apretó cada vez más, hasta que se escapó la vida de los ojos verdes de la joven soberana, y su pequeño corazón ya no latía más.
Luego sacó unos rollos de plástico que tenía, para envolver el cuerpo, y llevarlo a un lugar apartado, dónde la misma naturaleza se encargaría de borrar todo rastro, toda huella que vincule su asesinato a él.
Condujo muchos kilómetros con el cuerpo de la pequeña completamente desnuda y fue ahí que lo arrojó, en un lugar muy húmedo y pantanoso. Calculaba que para cuando la encuentren, la policía no tendría manera, de dar con el sospechoso. Borrando todo rastro donde estuvo mientras aún estaba con vida.
Entonces volvió a su departamento, escuchando música tranquilamente. Como si se hubiese deshecho de un mueble viejo e inservible. No sentía el más leve remordimiento, de acabar con una vida tan joven, y que aún tenía tanto por vivir.
ESTÁS LEYENDO
Todas eran reinas
Misterio / SuspensoIsabel es una niña que crece rodeada del mundo de los concursos de belleza. No porque ella participe, sino porque su hermana mayor participa en ellos impulsada por su obsesiva madre. Que quiere tratar de ganar en un certamen tras otro. Con su herman...