Una muerte anunciada Parte 10

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*Narra Isabel

El día que mi hermana desapareció se vino abajo todo nuestro mundo.

Mamá no era capaz de levantarse del suelo, lloraba a gritos por no encontrar a Lucía. Y papá la miraba con odio.

Yo estaba en un rincón mirando todo sin saber de qué manera podría ayudar.

No me atreví a acercarme a mamá para abrazarla, porque sabía que ella era su hija preferida, y su dolor debía ser tan grande que quizás ni siquiera quería que me acercara.

Tampoco me atreví a acercarme a papá, por la furia que vi en sus ojos, parecía que necesitaba desesperadamente golpear a alguien.

Y me sentí tan pequeña en ese rincón, sin poder ayudar en nada.

Pensando que quizás mi hermana en ese momento, estaba sufriendo mucho, quizás llorando, quizás llamándonos y se sentía sola y con miedo de no poder llegar a casa.

Y pasaba miles de imágenes de cosas malas que ese hombre le podía estar haciendo.

Lo único que pedí en voz alta con toda la fuerza de mi corazón es que lo que veía fuera una pesadilla, quería despertar de esa pesadilla.

Quería ver a mi hermana entrando por esa puerta.

Pero después de horas que estuvimos esperando cada uno sufriendo en su metro cuadrado mi hermana jamás volvió a entrar a la casa.

En la noche llegó la mamá de mi amigo Dereck y me llevaron a su casa, para que mis padres se pudieran concentrar en la búsqueda de mi hermana.

Dereck me pasó su cama para que durmiera y tiro un colchón cerca mío para que no me sintiera sola.

Pero al ver que lloraba tanto, se pasó a mi cama y me abrazó hasta que me quedé dormida.

Pasaron los días y yo seguía en la casa de mi amigo, no había ninguna noticia nueva acerca de mi hermana.

Hasta que un día llamaron por teléfono, y eran malas noticias.

El destino de Lucía fue el mismo que el de las otras dos reinas, la muerte.

Encontraron su cuerpo desnudo, en un lugar abandonado, y la policía comenzó a investigar nuevamente.

Los vecinos y los padres del instituto estaban indignados, cómo era posible que la policía tuviera a un supuesto asesino encerrado y ahora mi hermana estaba muerta. De la misma forma que murieron las otras dos niñas.

No sé si se debe a la pena, pero tengo recuerdos borrosos de lo que pasó tras la muerte de Lucía.

No recuerdo bien todo lo que pasó en la casa, cuándo llevaron su cadáver para despedirla.

Solo recuerdo ver su cara a través del Vidrio, y me parecía que solo estaba dormida, en cualquier momento abriría los ojos.

Y trataba de no soltarme de la mano de mi amigo Dereck, después de que a los seis años me molestara tanto que tomara mi mano a cada rato, ahora no quería soltarlo. Y él solo me abrazaba.

Mamá y papá estaban sentados en sillas bien separadas, mi madre pareció una muerte en vida, no reaccionaba con nadie ni con nada. Y de ratos mi padre la miraba con ojos de rabia, ni siquiera le nació el deseo de abrazarla.

Le llevamos a un cementerio, y ese día sentía tanto frío no sé por qué, estaba temblando y mis manos estaban congeladas.

Entonces alguien se acercó, no recuerdo quién, y me pasó un vaso con té caliente.

No sabía cómo íbamos a seguir viviendo sin Lucía. No me imaginaba la vida sin mi hermana, cómo sería despertarme todos los días y saber que su cuerpo estaba bajo la tierra, no podía imaginármelo.

Cuando estuvimos con mamá y papá solos en la casa después de dejar a Lucía en el cementerio la casa se escuchaba espantosamente vacía.

Y yo fui hasta su cuarto, y miraba su hermoso vestido, ese vestido con el que se veía como una reina. Lo bajé de donde estaba colgado y abrazando su vestido me dormí sobre su cama. Era mi única forma, de sentirme cerca de ella, no me quedaba nada más.

*Los padres de Isabel en la cocina de la casa

— Mañana voy a buscar a dónde irme, ya no soporto ver tu cara. Tú eres la causante de todo esto y lo sabes — dijo el padre de Isabel

— y se te olvida que tienes otra hija — dijo la madre

— voy a trabajar para ella, voy a enviarle el dinero que corresponde, pero me divorciaré de ti — dijo el padre

— y tampoco piensas volver a ver a tu hija Isabel — dijo ella

— Isabel podrá ir a verme todas las veces que quiera, y lo mejor sería que se quedara conmigo que con una mujer cabeza hueca — dijo él

Entonces el padre de Isabel se dispuso guardar todas sus cosas, guardo su ropa en maletas, todas sus pertenencias en cajas y también todas sus herramientas. Solo dejaría la casa hasta que Isabel fuera mayor de edad y se independizara, pero pediría en el divorcio, la mitad de todos los bienes.

Y no tardó en encontrar un lugar donde trasladarse, y se apresuró a mover todas sus cosas.

Mientras la madre de Isabel se deshacía en llanto por el dolor y la culpa, y sucumbía sin remedio a una gran depresión.

*En la estación de policía

— No es posible esto es una maldita pesadilla — dijo el comisario — qué es lo que tienen hasta ahora.

— la autopsia revela que fue abusada sexualmente igual que las otras niñas, y fue asesinada de la misma forma, por estrangulamiento. No sé si se debe a que esta nueva víctima era más mayor que las anteriores, pero por los hematomas, que fueron causados en vida, nos dimos cuenta que la tuvo más tiempo en su poder que el resto de las víctimas. Las dos primeras niñas solo estuvieron a lo más un día con él. Pero Lucía la última, según lo que muestra los hematomas, estuvo al menos tres días — dijo el forense

— la torturó durante tres días entonces? — pregunto el comisario

— dentro de todo lo traumático qué es un secuestro, se puede decir de cierta manera, que no la trató de forma tan salvaje. La obligó a tener sexo con él sí, pero las lesiones en su área genital son mínimas, considerando qué la víctima anteriormente no había tenido actividad sexual. Si hubiese sido violento, las heridas hubiesen sido mucho más grandes, — dijo el forense

— entonces tenemos que entender, que con esta última víctima, la trató; ¿con cierto grado de piedad? — pregunto el comisario

— al parecer sí, quizás la joven intentó calmarlo, y a eso se deba, qué las heridas no fueron mayores — dijo el forense

— y encontraron alguna huella o algo que nos guía para saber quién fue? — pregunto el comisario

Pero todos los oficiales presentes y los especialistas en laboratorio una vez más encontraron la escena del crimen y el cuerpo sin ningún rastro que seguir.

Todas eran reinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora