Llego la hora de la clase con el instructor preguntón.
—Bien, hoy tendremos una clase interesante, pero les advierto que verán imágenes perturbadoras. Mas vale que se vayan acostumbrando porque su vida profesional estará siempre llena de este tipo escenas. Escenas de un crimen. — dijo mientras mostraba la pantalla gigante de la sala lo que sería la clase.
Todos estaban expectantes a ver qué tan fuertes serían las imágenes que veríamos.
—Primero tienen que prometerme que guardarán el secreto. Se supone que los de primer año todavía no deben ver este tipo de material. Pero yo pienso que cuanto antes mejor; ¿qué dicen? — preguntó a la clase
Y todos hicieron gestos de complicidad y silencio.
Entonces comenzó a hablar.
—Desde hace varios años en este condado la policía anda tras un asesino serial que mata niñas y adolescentes. Tiene fascinación por ellas y es tan bueno que no lo han podido atrapar.
Entonces comenzó a mostrar imágenes de niñas, sus rostros me parecían conocidos.
—Las secuestraba, desde sus escuelas, en parques mientras jugaban, incluso desde eventos masivos donde estaban rodeadas de gente y nunca nadie pudo ver quien fue, o al menos jamás hubo un testigo del cual se pudiera saber al menos su aspecto físico para saber dónde buscar — continuaba relatando.
Entonces mostraba fotos de distintos lugares de donde las niñas habían sido secuestradas y entre lo rápido que paso las fotos me pareció ver el antiguo colegio de Lucia.
—Son lugares aleatorios verdad? —preguntó y todos asintieron, luego volvió a preguntar —que tienen en común esos lugares?
—Todos son lugares públicos, no son solitarios — dijo un alumno
—Y que te dice eso del asesino? —pregunta el instructor
—Que es hábil o que conocía a las víctimas —dijo una chica
De pronto me pregunta a mí.
—Y qué crees tu Verónica? — me miro esperando mi respuesta
—Que quizás no las conocía solo se ganó su confianza con mentiras. Y por ser lugares públicos seguro las seguía esperando la oportunidad de secuestrarlas— le respondí y me miro sonriente
—Excelente conclusión — dijo en voz alta y algunas de sus fanáticas me miraban con rabia por el halago.
Después empezó a mostrar las fotos de anuario de la escuela de las víctimas. Comenzó a mostrar las más pequeñas y tal fue mi impacto al ver la última foto que se tomó en el instituto Lucia. Creo que me puse pálida e hice un esfuerzo descomunal por disimularlo.
—Ahora veremos los lugares donde fueron encontradas muertas, necesito que se concentren bien y memoricen lo que vean, porque luego redactaran un informe con todo lo que logren ver de la escena del crimen. En esto cada detalle cuenta, hasta lo más insignificante puede delatar al asesino, empecemos — dijo y dio paso a todas las fotografías que mostraba en pantalla gigante a alta resolución.
Se veían siempre lugares solitarios, a la intemperie. Siempre había lugares de agua cerca, como ríos o lagunas.
Al rededor de los cuerpos que primero estaban cubiertos no había nada, ni ropa, ni objetos personales; ni siquiera veía basura que era lo más extraño. Cuando uno sale a la naturaleza las personas siempre dejan su huella por medio de la basura que dejan tirada en el lugar. Pero estos sitios estaban más que limpios.
Luego empezó a mostrar las imágenes de los pequeños cuerpos desnudos y la atmosfera se puso densa.
Se veían las pequeñas muñecas y tobillos enrojecidos como si las hubiesen atado con mucha fuerza. Algunas caritas con moretones y sus cuellos rojos, hasta se podían ver marcados los dedos de una mano. Era evidente que fueron estranguladas.
Luego las imágenes más fuertes, se cubría su zona pélvica, pero se veía la sangre que había salido justo en medio de sus piernas. Indicando que fueron violadas y lastimadas. Hasta se podía ver cortes o rasguños profundos en el interior de sus muslos, como si las hubiesen lastimado para que cedieran al abuso.
Y la última imagen que partió mi alma. El cuerpo de Lucia, desnuda, con sus ojos abiertos, con signos de haber sido estrangulada y no pude ver más detalles porque me sentí tan mal al punto que me desmayé.
Desperté después aturdida con algo que me hacían oler, estaba tendida en el suelo. El salón de clases estaba vacío, solo estaba el instructor.
—Cálmate Verónica, en este tipo de clases siempre tengo a algún alumno desmayado. Es normal que te afecte la primera vez que ves las imágenes que serán tu trabajo.
Y acariciaba mis mejillas con el dorso de su mano.
Cuando estuve completamente consciente, lo miraba como me quedaba viendo con un rostro amable y muy sonriente. Si fuera mal pensada diría que hasta le gustó que me desmayara. Si ese era el caso, no sabía por qué haría eso. Y mi desconfianza solo aumento.
Luego me incorpore lentamente y guarde mis cosas.
—Bueno disculpe por haber interrumpido la clase, ya me voy — y me dirigí a la salida, pero me detuvo del brazo
—No puedes irte sola, tu presión sanguínea puede estar alterada yo te llevo hasta donde resides — me dijo
Entonces yo trate de soltar mi brazo mientras le indicaba
—Ya me siento mejor, no se preocupe — pero apretó más su mano y no me dejo moverme.
—Soy responsable de haberles mostrado esas imágenes antes de tiempo, ya te dije que yo te llevo. No quiero perder mi trabajo si llegas a tener un accidente en el trayecto — dijo con tono dominante y yo solo indique que entonces me llevara él.
A la salida del salón había varios alumnos que miraban curiosos. Y escuché murmullos de cómo me llamaban miedosa, que no iba a servir para policía y otras que dijeron que solo lo hice para llamar la atención del profesor.
Me subió a su auto y me puso el cinturón, me puso incomoda cuando se acercó tanto que hasta roso su cara contra la mía. Y pude sentir su perfume que se quedó en mis fosas nasales varios minutos después de su acercamiento.
Sentía desconfianza de que supiera en donde vivía, pero no sabía por qué. De las dos veces que lo vi cuando era niña solo se mostró amable y me regalo dulces. No podía decir que en algún momento fue grosero o mal humorado. Y el que siempre tuviera un frasco de dulces en su escritorio solo podía indicar que se sentía cómodo con los niños. No entendía mi propia desconfianza.
Abrí con la llave la puerta de la habitación, por suerte teníamos ordenado con Rebeca.
—Bueno ya estoy bien en mi cuarto, ya no tiene de que preocuparse— le dije pero él no se movió de la habitación.
Mas aún se puso a mirar todo, hurgando con sus ojos verdes y como radares cada centímetro de la habitación como si quisiera memorizar todo lo que había. Y yo solo lo miraba con el ceño fruncido sin entender.
—Que está haciendo instructor? — me atreví a preguntarle
—Disculpa es la costumbre del trabajo —dijo con una enorme sonrisa — ya me han regañado varias veces por esta fea costumbre que tengo. Cuando lleves años ejerciendo te comportaras igual de raro créeme.
Luego saco de su bolsillo varios dulces y me los entregó
—Esto te hará sentir mejor — me dijo con una mirada penetrante y una expresión que no pude descifrar. Y salió de mi habitación.
ESTÁS LEYENDO
Todas eran reinas
Misterio / SuspensoIsabel es una niña que crece rodeada del mundo de los concursos de belleza. No porque ella participe, sino porque su hermana mayor participa en ellos impulsada por su obsesiva madre. Que quiere tratar de ganar en un certamen tras otro. Con su herman...