La última reina Parte 26

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Ya tenía mi arma escondida, y con el grupo organizador habíamos ensayado todas las coreografías. Y toda la ropa para el concurso de belleza ya estaba en nuestros puestos en la trastienda.

Primero hubo una cena, dónde estaban todos los alumnos, los profesores, los invitados y algunas autoridades que venían a festejar el aniversario y a presenciar la coronación.

Casi no pude comer de los nervios, pero estas horas serán decisivas para poder detener la maldad. Antes de terminada la cena, nos hicieron un gesto a todas quiénes íbamos a participar del concurso, para salir antes y estar preparadas.

Cuando terminó la cena, todo se dirigieron al lugar donde sería el evento, se acomodaron en sus sillas y se podía apreciar la decoración.

En el centro del escenario al fondo, había una estatua de la diosa griega Temis el símbolo más conocido de la justicia.

Y en la parte baja del escenario, estaba dispuesta a todas las fotos, de Las reinas mártires.

Entonces salió el líder del grupo organizador a dar un discurso.

— esta noche como grupo organizador y alumnos del último año, elegimos como temática, la justicia, la razón de ser de nuestro oficio. Y por lo cual, todos los que estamos aquí luchamos a diario, nosotros aprendiendo y los que ya portan una placa trabajando horas interminables, para dar con el paradero de aquellos que infringen las leyes. Este año, el concurso se celebrará en memoria de muchas reinas que han sido asesinadas y todavía no obtienen justicia. En esta ocasión, queremos decir a sus familiares que todavía sufren, que no han sido olvidadas, más aún, todavía se sigue luchando por ellas. Por detener aquel qué cortó sus vidas tan tempranamente.

Acto seguido dejó el escenario, y todos los presentes aplaudieron.

Entonces comenzó la música, y las luces comenzaron a moverse al ritmo de la canción que se eligió. Y todas las que concursábamos, salimos a bailar la primera coreografía, con vestidos blancos sosteniendo la mano izquierda una balanza y en la derecha una espada.

Luego de que hubo terminado la canción y la coreografía, todas nos alineamos al fondo. Y conforme decían nuestros nombres, nos presentamos al público, haciendo nuestra primera caminata, por la pasarela.

Todos los jóvenes de mi curso me vitoreaban, con las luces no pude ver dónde estaba el asesino.

Luego salimos rápido porque debíamos hacer la caminata en traje de baño. Esta parte era por demás difícil para mí, no tenía el desplante de mi hermana, pero respiré hondo y cuando me tocó salir, puse todo mi esfuerzo, en recordar cuando Lucía caminaba tan segura de sí misma mientras sobraban los aplausos y los silbidos, admirando su bello cuerpo.

Con cada participante que caminaba por la pasarela, se recordaba su nombre y se anunciaban sus medidas.

Cuando me tocó a mí, traté de no apresurarme demasiado, tenía miedo de tropezar y caer, sabía que debía mantener la compostura y la elegancia en todo momento. No solo la belleza, cada detalle en este tipo de concursos era tomado en cuenta.

Así que, en vez de sentir nervios, me propuse a mí misma, pasar sintiéndome orgullosa de cómo me veía y hasta pude sonreír.

Cuando estaba retirándome, mi sonrisa se congeló, al alcanzar a ver el instructor, qué me miraba de pie, con un rostro que solo reflejada la maldad de su alma. Y traté de ignorarlo.

Luego hicieron un acto intermedio para que nos pudiéramos preparar para la hora de demostrar nuestros talentos. Yo fui la última en pasar, ya que debían acomodar el piano. Y toqué la misma canción, que interpretó Lucía cuando ganó la corona.

Todas eran reinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora