Contrapropuesta. (Betty POV)

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Mis padres pasaron de no pronunciar palabra a entrar en un estado de emoción... Todo en cuestión de segundos, aunque parecía haber pasado más tiempo.

—¿Es en serio? — Mi mamá se sobresaltó.
—¡Si, Mamá! — Extendí mi palma izquierda acercándoles la argolla.
—¿Oíste eso, Julia? ¡Se nos casa la niña! — Seguía en shock y creo que no nos escuchó.
—¿Má? ¡Dinos algo! — Miré a mi papá para que intercediera.
—¡Julia! — La sacudió del brazo.
—¡Hija! ¿Esto es en real? ¿Tan rápido? — La preocupación era evidente.
—Pues no es mañana, tenemos que organizarnos, mover cosas, planear... Y quiero que nos den su bendición, para Marcela y para mi, esto es muy importante. — Recargué mi cabeza en el hombro de mi prometida.
—Yo... No sé que decir... Demetrio... Ayúdame. — Se estaba poniendo tensa la cosa.
—Betty, mi niña, Marcela, LES DAMOS NUESTRA BENDICIÓN, AUNQUE AQUÍ A MI ESPOSA LE ESTÉ COSTANDO ENCONTRAR LAS PALABRAS CORRECTAS... Yo quiero que sean felices, que hagan una linda vida juntas, y sé que mi Julia también les desea lo mejor... ¿Verdad, amor? — La ternura con la que mi papá se imponía a cada arrebato de mi madre, era digna de admiración... Dicen por ahí que si no tienes nada bueno que decir, no digas nada, tal parece que realmente lo estaba intentando... El no lastimarme.
—Si, si, m'ijo, queremos que la niña sea feliz y se sienta plena, no le cerraremos jamas la puerta ni la dejaremos de querer por nada del mundo. Discúlpenme por no saber qué decir. — "Bueeeeno... Gracias por el momento, familia"

Después de comer fuimos a la oficina, Malú con Nico en mi auto y Marcela conmigo en el suyo.

-Bueno, ¿Cómo nos sentimos?
Encendió el auto y salimos.
-¿Pues qué te digo? Por un segundo pensé que mi mamá iba a arruinarlo todo.
-Dale tiempo, necesita mucho de eso.
-Te amo.
-Yo también, por cierto... Se acerca el fin de mes, debemos dar el informe de la situación de la empresa...
-Ah eso... Pan comido, todo estará bien, me pondré a terminar la presentación cuando hable con las muchachas, les tengo que dar la noticia
-Tus damas, dirás... No puedo creer que me voy a casar con el amor de mi vida.
-Y tu jefa. No lo olvides.
-Estoy enamorada de mi jefa.
-Quién diría que terminaríamos en estas.
-Lo sé.

Nos estacionamos en el último rincón de V&M.

Sin pensarlo me agaché y recorrí el asiento de Marcela hasta atrás.

-¿Qué está haciendo señorita Rincón?
-Retomando la iniciativa que me dijeron que debía tener... Haciendo lo que hace mucho tiempo fantaseé.

Me puse sobre sus piernas y recorrí a besos desde sus labios hasta su torso, podía sentir esas contracciones en los músculos de sus piernas...

-Beatriz... Cariño.
-Shhh... Shhh... Shhh... Menos mal traes falda, no será tan difícil. Cállate y déjame darte una probada de lo que nos espera como casadas.

Deslicé mi mano derecha entre sus piernas, no sin antes volcar la mirada a esos ojos cafés con destellos miel.

-Te ves preciosa ruborizada. Cómo extrañaba eso.
Me agarró del cabello y me acercó a su oído.
-¿Quieres hacerlo de una vez? Me estoy muriendo.
-No sé como, aún estando encima de ti, logras dominarme nomás con las palabras. 
Mis labios y los suyos estaban a milímetros, pero no quería interrumpir sus jadeos.
-Va a llegar Wilson.
-No creo que vea por los vidrios llenos de vapor.

Entre los suspiros compartidos pude escuchar la culminación de sus instintos cuando puso su frente en mi pecho, susurró mi nombre y me rodeó con sus brazos.

-Bueno, ya tachamos el sexo en el auto... ¿Qué sigue?
-Quién sabe... El elevador, la oficina... El mundo es una opción.

Abrí la puerta del piloto y bajé a arreglarme la ropa y el cabello, ella se subía la ropa interior y en el retrovisor se retocaba el maquillaje.

Después de los negocios: B.E.N.Y. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora