Beatriz estaba renuente a usar la silla de ruedas en el aeropuerto, pero era lo que tocaba hacer, cada vez cojeaba mas marcado en cada paso. Íbamos por el aeropuerto, yo arrastrando las maletas y empujando su silla.
-Deberías dejar ayudarte.
-¿Cómo crees?
-Estoy en silla de ruedas pero no manca ni menos, es más, si agarro las maletas y sigues empujándome, creo que matamos dos pájaros de un tiro.
Me detuve en seco...
-¿Sabes? Tienes razón, no quiero cargarte la mano pero es buena idea.
Estiró ambos brazos y tomó cada maleta, como eran de rueditas, no había mucho problema.
-Vámonos.
-Lo que usted diga, reina.Seguí empujando su silla, llegamos para documentarnos y hacer lo respectivo.
Pasadas dos horas ya estábamos en el avión esperando por el despegue.
-Vida, no te enojes conmigo por cuidarte, tu hiciste todo por mi cuando traía unos muñones en lugar de manos, déjame hacer lo mismo por ti, recuerda, "En la salud y en la enfermedad..."...
-Perdón, es que, no me gusta sentirme inútil, ni inválida.
-Pero no eres nada de esas cosas, fue un accidente y ya, no es nada grave, mira, vamos a llegar a casa, nos instalamos, pasamos a tu casa un rato y de ahí le llamo al doctor para prepararte una cita de revisión. Vas a ver que no es nada y te dará terapia física o ejercicios.
-Te amo.
-Yo más. Por cierto, me gustaría que tomáramos transporte directo a casa, no quisiera molestar a tus padres para que salgan tan de noche por nosotras.
-Buena idea, tampoco quisiera arriesgarlos de madrugada.
Acarició mi mejilla y después de un beso, se dispuso a dormir.Casi 20 horas después, podíamos ver la jungla de asfalto, bueno, podía, porque Beatriz dormía. La despertó el aviso del piloto sobre el aterrizaje.
-¿Lista para volver a la realidad?
-¿Seguimos casadas?
-Para desgracia de muchos.
-Te amo.La tomé en brazos y bajamos a tierra, de ahí me facilitaron otra silla de ruedas. Tardaron un poco en darnos las maletas pero nos las dieron, un taxi nos devolvió a casa, eran las 2:00 AM. Ella seguía somnolienta recargada en mi hombro, ni cayendo en sueño suelta mi mano. Llegamos a casa, el taxista me hizo el favor de poner en la puerta nuestras maletas y abrir, porque traía en brazos a Beatriz.
-Bienvenida a casa, mi amor, te amo.
Le susurré al oído.
-Te amo más.
Seguía dormitando.Ya en el cuarto, la dejé en la cama y le puse una pijama mía, ni crean que a esas horas me iba a poner a esculcar en la maleta para sacarle algo suyo, estaba rendida y no sentía los brazos.
Amaneció y la cama estaba vacía. Salí corriendo a revisar cada cuarto, hasta encontrarla.
-Buenos días, dormilona.
-Vida, ¿Qué haces cocinando? ¿Y tu pie?
-Cálmate, ahorita no me duele ni me molesta, estoy a gusto, déjame consentirte. Siéntate, te sirvo tu té.
Arrimó una taza con una bolsa de hierbas a donde yo estaba, y lentamente le agregó agua y miel.
-Gracias, ¿A qué horas despertaste?
-Pues, como a las 7:00 AM, ya hablé con mis papás y les avisé que llegamos, que no quisimos molestar.
-Después del trabajo, vamos a verlos y cenamos juntos.
-Buen plan.
-Por cierto, dale una buena mirada a la casa, eres libre de cambiar lo que quieras.
-Gracias.
-Lo que sea, quiero que estés cómoda y que se sienta como un hogar para ti.
-Te amo.
-Yo más. ¡Esto está delicioso, amor!
Era omelette, pan tostado y tocino.
-Qué bueno que te gustó.Nos dispusimos a comer, nos bañamos y cambiamos para salir a la oficina. Malú estaba de viaje, y Nicolás tenía la camioneta de Beatriz, así que no tendríamos que pasar por él para ir al trabajo.
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Después de los negocios: B.E.N.Y. [Parte 2]
FanfictionMarcela y Betty ya no tienen más inconvenientes que planear su vida juntas... Eso y esperar que sus familias estén de acuerdo con la unión. Para leer este fanfic y tener un mejor entendimiento, debes haber leído la primera parte. La encuentras en m...