La última semana. (Betty POV)

315 37 33
                                    

Llegamos al hotel con mi familia, Marcela y yo estábamos maravilladas ante semejante obra arquitectónica que yacía frente a nosotros. No podía creer que había sido parte se esto.

-¿Amor?
Le susurré al oído.
-Dime.
-¿Cómo vamos a saber donde está cada cosa?
-Ah... Le voy a hablar a Pascal.

En segundos un joven se personificó frente a nosotros.

—Hola, señoritas Marcela y Beatriz, un gusto conocerla en persona, señorita Valencia. — Estrechó su mano fervientemente.
—¡Buen día, Pascal! El gusto es mío. Beatriz, como ya escuchaste, él es Pascal, mi "asistente", por así decirlo, él estuvo al frente del equipamiento de las habitaciones. Pascal, ¿Podrías darnos un tour? — Veíamos como se acercaban los botones con los carritos para el equipaje, puse el forro que guardaba mi vestido en uno de esos, mientras le advertía al caballero que tuviera cuidado.
—¡Claro! Por cierto, el botones es Orlando, Orlando, llevas estos dos carritos a la suit royale, y estos a la Presidencial... ¿Las futuras esposas compartirán habitación o...? — Empezamos a toser.
—No, no, a mi me das una habitación, a Marcela otra, y a mis padres otra. En unos días, conforme lleguen los invitados, te avisaré en qué habitación se quedarán. ¿Te parece? — El joven era muy agradable y servicial.
—¡Claro que si!... Ustedes mandan, mientras, si gustan acompañarme para conocer las instalaciones. — Nos indicó el camino para avanzar.

No sabía quién estaba mas asombrado, si mis papás o nosotras, en la planta baja, además de la recepción, habían unas habitaciones con vista a la costa, el típico bar de hotel, dos salones de eventos, albercas y unos camastros, dos pares de elevadores, eran ocho pisos de la construcción, sin contar la terraza para fiestas, en cada piso habían diez habitaciones dobles, salvo en el último antes de la terraza, ahí había pura habitación de alta gama, que fácilmente pasaban por departamentos pequeños.

Marcela veía encantada cada cuarto, porque, aún siendo los más accesibles los de plantas bajas, estaban muy bien equipados. A la distancia, se encargó de dirigir las compras para las decoraciones, tiene un gusto exquisito.

Mis padres se adelantaron con Pascal mientras nosotras nos tomábamos nuestro tiempo para admirar cada pieza.

-No puedo creerlo, parece un sueño, es increíble que tu me ayudaras con este proyecto, que ahora es más nuestro que nunca. En cuanto veamos ganancias, ratificamos cuanto nos toca.
Me reí y posé mis brazos rodeando su cuello.
-No me importa eso, me importa el otro proyecto que tenemos tu y yo.
-Amor, el dinero es una y nuestra relación es otra, además de casarnos, usted y yo debemos tener todas las cuentas claras para que todo funcione bien, no te preocupes, el contador nos pondrá al tanto. Lo último que quiero es que te sientas desamparada económicamente hablando.
-Te amo.
-Yo te amo más, señora de Valencia.
-Uy, que rico suena eso.

Nos hicimos de unos besos para seguir el recorrido y terminar de ubicar a los invitados en sus respectivas habitaciones, para eso, ya saben que siempre ando con una libreta, hicimos una lista y posteriormente se la dimos a Pascal.

En los siguientes seis días arribaron los invitados, las del cuartel, Nicolás con Malú, unos parientes míos, Daniel, Wilson y Giovanny, el señor Roberto, Hugo con su esposo, todos se hacían presentes salvo Armando... Me extrañaba pero supongo que Marcela sabrá por qué.

Mi papá ha estado encantado en Cancún, se la ha pasado romanceando con mi mamá, se ven como recién enamorados.

Marcela y yo no nos hemos visto como quisiéramos, sonaba increíble porque estábamos a metros de distancia, esto porque nos la hemos pasado de aquí a allá atando cabos sueltos y puliendo detalles, cuando ella está con los floristas, yo estoy en el mall buscando accesorios, cuando ella está en el hotel, yo ando en el auto como loca buscando zapatos, porque no traje los que usaré después de los tacones... Y así sucesivamente...

Después de los negocios: B.E.N.Y. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora