El recuento de los daños. (Betty POV)

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Es increíble que ya pasaron nueve casi diez años de que este matrimonio empezó y hemos pasado por tantas experiencias... No puedo estar mas feliz de la vida que hemos vivido de la mano...

-¿Estás lista?
Acomodaba sus aretes mientras se ponía su medalla frente al espejo.
-Lista.

Un beso y salimos a ver a las niñas, estaban en la sala con sus amiguitas, les contratamos maquillistas y peinadores... Les celebrábamos a Victoria y Helena sus dulces 16 años, por todo lo alto como Dios mandaba, salón, banda, DJ, recorrido en limosina, familia, V&M, la élite de la moda y las mejores revistas estaban invitados a la fiesta.

Han pasado muchas cosas desde ese año tan lleno de experiencias trágicas, ya saben, MUCHO SUCESO... ¿Qué les cuento? Armando se casó con una mujer increíble hace cuatro años, se llama Diana, simpatizamos muy bien, Marcela y ella congeniaban perfecto, y la relación con el único hijo de los Mendoza era al fin una sin roces ni molestias, verdaderos hermanos.

No crean que todo ha sido bueno, también hemos pasado por otros malos momentos. Hace cinco años falleció Roberto, pasó unos meses hospitalizado acá y durante ese tiempo Marcela no dejó de visitarlo ni un día, incluso dormía ahí a veces. Su partida le dolió mucho, lloró como la primera vez que perdió a sus papás, porque eso era Roberto, otra oportunidad de tener un papá. Las niñas también se pusieron tristes, Maximiliano aún no dimensionaba lo que sucedía, además, no recuerda mucho de su abuelo. Mi amor si se derrumbó, más porque le daba dinero cada que podía para la universidad de las niñas y los malcriaba tanto como podía en los últimos años.

¿Qué otra cosa ha pasado? Maximiliano ya está en primaria, en tercer año, ya tiene nueve años... Está en la edad de las respuestas, hace meses nos preguntó porqué no tenía papá... Nos tocó contarle la historia de las abejas que compraron polen porque no tenían. Con eso quedó satisfecho. Marcela enloquecía de lo bueno que era jugando béisbol, cada viernes íbamos a sus partidos, las nenas eran sus porristas personales, hasta nos hicieron usar camisetas con la cara de Maxi, aunque lo pusiéramos en vergüenza cada que le tocaba jugar.
A los festivales del día del padre lo acompaña Daniel, encantado de ir a apoyarlo. El primer año de primaria llegó muy triste porque no nos dijo del evento y nadie fue con él al rally de padres e hijos, desde ese día nos prometimos que no se repetiría.

Volviendo al día de la fiesta...

—¡Niñas, se ven divinas! — Marce sacaba mi cámara profesional y les tomaba ráfagas de fotos hasta hartarlas.
—Má, Stop! Creo que con toda la prensa que va a estar en el salón, tenemos suficiente. — Helena se reía y se quejaba a la vez.
—No seas grosera, Hache, Mamá quiere tener fotos más caseras... Así que te callas y sonríes. — Victoria se especializaba en ser a veces la voz de la razón.
—¿Se estaban tomando fotos sin el mas guapo? — Maxi llegó para que atara su corbata y lustrara sus zapatos.
—¡Claro que no, mi amor! — Marcela lo alzó en brazos para ayudarme con lo de sus zapatos y poder irnos al salón, mientras las niñas disfrutaban la limosina.

Marce llevaba un vestido largo azul marino, mientras yo llevaba un traje de pantalón y blazer de color lila, los vestidos de las niñas eran del mismo modelo pero el color era distinto, el de Vico era morado y el de Helena amarillo, se veían como princesas. Cómo no nos decidíamos por la corbata de Maxi, optamos por ponerle un moño blanco, una camisa negra y un chaleco blanco. Hugo se encargó de diseñarnos todo, él y Jorge fueron padrinos de Helena y Nicolás y Malú fueron de Victoria.

Ese día me cayeron muchos "veintes", como se dice por ahí... Mis papás ya bailaban más despacio las canciones lentas, mi mamá ya tenía el cabello blanco y mi pá también. La vida sigue y cambia, aunque sientas que ni un minuto ha pasado.
Si preguntan por mi, no volví a V&M, seguí invirtiendo en la bolsa y además, retomé la fotografía y he tomado diversos cursos y actualizaciones, trabajo ocasionalmente con revistas sobre la vida salvaje, amo la fotografía animal... Me ha tocado viajar algunas ocasiones a África por trabajo, mis hijas encantadas porque a veces he podido llevármelas, Maxi siempre prefiere quedarse con Mamá, sabe que esos días sin nosotras son de comer chatarra y ver películas de miedo.

Después de los negocios: B.E.N.Y. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora