El día de las carreras. (Marcela POV)

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Pasamos temprano al aeropuerto a dejar a Beatriz para yo después dejar a Helena en la escuela y llevarme a Maxi a V&M. Antes de eso, mis suegros se despidieron, la primera parada fue en su casa. Me tranquilizaba pensar que Nicolás al menos ya había vuelto, Susana había pasado algunos días en el hospital, nosotras la visitábamos en las noches cada que podíamos, Daniel si estaba ahí siempre. Resulta que la nena tenía una infección en el sistema respiratorio, lo bueno que respondía bien a la medicina.

—Te amo, cariño, te prometo que voy a traerte un regalo de mi viaje. — Le dio un beso a Helena.
—¿Y a nosotros no? — Hicimos puchero Maxi y yo.
—También, necios. — Me dio un beso y un abrazo.
—Mucho cuidado, les haré videollamada cada que pueda. Solo serán dos días. — Seguíamos abrazados.
—No creas que porque no estoy ustedes se pueden desvelar, ver películas de miedo o comer dulces noche. — Dulcemente me amenazó al oído.
—Nos vamos a comportar. Te lo prometo. Ten buen viaje, mi amor. — Otro beso y ya entraba a abordar.

Puse a Maxi en su silla, a Helena también y salimos a dejar al nene con mis suegros para irnos a la escuela a exponer sobre lo que hacemos en V&M, quería llevar modelos pero recordé que son niños de siete años.

Fue una charla de 15 minutos, aunque yo sentí que fueron horas... Los otros papás eran muy aburridos, contadores, manufactureros, empresarios... Y si, yo también soy empresaria, pero ustedes comprenden, no aburrida.

—¡Mi mamá es lo máximo, se los dije! — Exclamó cuando acabé de contarles.
—¿Tienen alguna duda niños? — Me ruboricé con lo que dijo Helena pero debía mantener la compostura.
—¿No siente que se le acaban las ideas cuando diseña? — Preguntó un nene al fondo, rubio, ojos cafes y una gran sonrisa.
—Siempre me inspiro en mi familia, en la vida, en mis hijos, en las cosas más simples... Cuando amas algo tanto, no te faltan cosas de las cuales inspirarte. — Traté de ser sencilla, porque los niños con respuestas largas, SE ABURREN.
—¿Por qué Helena no tiene papá? — Preguntó la escuincla Victoria.
—Preguntas sobre mi trabajo... — Respondí.
—No te preocupes, má, contéstale, a ver si se calla y me deja en paz... — Helena estaba molesta pero mantenía la compostura. La maestra no estaba así que...
—Helena tiene dos mamás porque ella quiso, porque Dios quiso y porque SU MAMÁ Y YO TAMBIÉN. ¿Alguna otra pregunta? — Tuve que ser tajante porque la tensión estaba subiendo.
—¿Su trabajo la hace viajar mucho? — Preguntó el único amigo de Helena, Parker.
—Antes de Helena y su hermano, viajamos un poco frecuentemente, pero hemos dejado que alguien más haga esos asuntos por nosotras para estar más tiempo responsabilizándonos de la familia. — Parker Scavo era un niño vivaz, un poco bajito y de pelo rojo con tez clara y pecas.

Siguieron las preguntas un par de minutos más hasta que llegó la maestra.

—¿Qué tal les fue con la mamá de Helena? ¿Los inspiró a ser diseñadores de modas? — La maestra de la nena era bastante amable, tanto, que pasaba por alto todas las groserías de la hija de Mariel.
—Pues me inspiró a no adoptar FE-NO-ME-NOS... — Tan expresiva la dulzura... SI, ESO FUE SARCASMO DE MIS PENSAMIENTOS.
—Victoria, a dirección, y de camino, dile a tu mamá que te acompañe. — Al fin tomaba cartas en el asunto, a veces la maestra era algo inútil y eso me desesperaba.

Salimos, dejando a los niños con la mamá de Marcus, ella tenía siete pastelerías en NY, seguro todos la amaron porque llevaba pasteles de regalo.
Nos encontrábamos en la oficina de la directora, la maestra de Helena, aquí su servidora, la mamá de la malcriada y la malcriada.

Después de los negocios: B.E.N.Y. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora