Saldando cuentas. (Marcela POV)

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Las cosas entre Beatriz y yo han sido raras en estos meses. Ese infortunio la ha hecho demasiado temerosa, la entiendo, yo lo viví. En las noches escuchaba sus sollozos entre pesadillas, que seguramente eran reviviendo semejante aberración. La terapia a veces siento que avanza muy lento, decidió no contarle a nadie, solo lo sabemos el psicólogo, ella y yo, aunque es más que obvio que la gente piensa que hay algo mal.

Diciembre volvió, me dolía ver como siendo la temporada favorita de mi esposa, no le entusiasmaba en lo mínimo. Me encargué sola de las compras de los regalos de los niños, y si, Victoria sigue en la casa, ya le hicimos un espacio en el cuarto de Helena. Las cosas entre ellas dos mejoraron considerablemente, no crean que no hemos intentando comenzar el proceso de adopción, solo que han sucedido tantas cosas entre las crisis nerviosas de Beatriz, la empresa y los problemas que pone Mariel, que hemos decidido postergar esto hasta el próximo año.

Como Beatriz dormía la mayor parte del día, por sus medicinas, yo pasaba dividiendo mi tiempo entre los niños, la empresa, y mis pensamientos... Mis pensamientos que me llevaban a los peores lugares que mi mente tenía. Todo esto me transformó en una persona sombría que a veces desconocía, claro, esa persona se esfumaba cuando mis nenes estaban conmigo, o cuando mi bella me besaba.

Tenía que conseguirle su feliz navidad a mi amor, así que decidí hacer algo por ella.

Estábamos en el aeropuerto, abrazadas. Trataba de inhalar su perfume lo más que podia, para sentirla conmigo en todo momento.

-¿Segura que te tienes que ir?
-Si amor, no quisiera, pero este negocio es bueno... Es para poder distribuir nuestras prendas en Asia, y los principales magnates estarán hoy en california.
-Te voy a extrañar tanto.
-Te prometo que esto será lo mejor que nos va a pasar en la vida. Todo va a ser distinto, además, solo me voy dos días. Te quedas al frente de todo.
-Sip, yo puedo, estoy lista para retomar mis labores, necesito cerrar este año con la mejor actitud. Te prometo que seguiré poniendo de mi parte para recuperarme, gracias por tenerme paciencia.
-Tu la tuviste conmigo, no mereces menos de mi. Ya debo abordar.
-Llévame contigo.
Me daba breves besos.
-Yo quisiera, pero alguien debe quedarse al frente aquí, recuerda que hay pendientes en V&M.
-Tristemente.
-Igual, 48 horas se van volando. Piénsalo así, yo regreso y salimos de vacaciones, nos vamos a ir de paseo con los niños a la cabaña del lago, nos llevamos a tus papás y pasamos un lindo momento en familia.
-Ya lo ansío.
-Te amo.
-Y yo más, te llamo al aterrizar o cuando me instale en el hotel, para confirmarte mi habitación.

Un beso después, subí al avión, mientras un vaivén de emociones me inundaba, me dolía mentirle, aunque le haría un bien.

Todo el vuelo sentí el estómago entre revuelto y con acidez, como si fuera coraje acumulado... Pero con este negocio cerrado, todo será mejor.

Apenas llegué, renté un auto y me dediqué a buscarlo, por cada calle, callejón, restaurante, hotel, tienda, mall, establecimiento o rincón. No reservé hotel, no quería perder tiempo, después de cumplir mi misión, me sobraría para descansar.

Compré un café, ya estaba entrada la noche, pasadas las 10:00 PM, si no mal recuerdo. Lo vi bien acompañado, una señorita que vestía una falda corta y un top que no era mas grueso que un calcetín, y eso era mucho decir. Subí al auto para seguirlos, hasta que ellos mismos me guiaron al que tal vez era el domicilio de esta rata. Esperé una hora o quizás más, porque si harían lo que pensaba que harían, ella no se quedaría a dormir.

Tenía razón, un uber esperaba en la entrada. Ella subió, el auto arrancó y cuando desapareció de mi vista, me acerqué considerablemente, aunque no lo suficiente para que se viera el vehículo que renté.

Después de los negocios: B.E.N.Y. [Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora