42. Night Wings.

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Por fín.

Al fín llegó el día.

La mochila se pegó a mi espalda, en forma de triangulo invertido, era de color negro, un pequeño cristal negro en su centro, ocultando el brillo del reactor arc.

Extendí mis manos a los lados de mi cuerpo y dos alas de color negro se extendieron desde la mochila.

Tenían plumas hechas de urumantium en su superficie.

Estaba en el tejado del almacén abandonado al que solía ir antes de tener mi laboratorio en la torre Stark.

Me preparé, y la energía del reactor arc salió por la parte baja de la mochila, impulsándome hacia arriba.

Yo traté de no estrellarme, lo cual logré a duras penas, todas las plumas en mis alas tenían un pequeño círculo azul en su parte baja, por donde liberaba energía del reactor arc en mi espalda y me permitía maniobrar mejor con las alas, ya que son bastante pesadas y el mecanismo que tienen dentro no lo cubre completamente.

Estiré mis brazos a los lados de mi cabeza, mis alas hicieron lo mismo, las plumas liberando cada una cortas ráfagas de energía para permitirme planear.

Extendí mis brazos hacia adelante y mis alas se movieron en esa dirección, me di la vuelta en el aire.

Un rayo de energía salió del hueco en el centro de mi mochila y me impidió caer al suelo.

Extendí mis brazos a mis lados nuevamente y mis alas reaccionaron haciendo lo mismo, desde la parte trasera de las plumas de mis alas, salieron pequeños rayos que me mantuvieron en el aire, mientras que el rayo en mi espalda se detenía y el reactor en el centro de mi mochila volvía a ser cubierto por el cristal negro.

Entonces moví mis brazos hacia atrás, mis alas siguieron el ejemplo y el propulsor inferior de mi mochila se encendió, haciéndome avanzar rápidamente.

Me giré en medio del aire moviendo mis brazos, y luego los moví hacia atrás, el repulsor inferior de mi mochila volvió a encenderse y avancé con rápidez por el cielo de Nueva York.

Por suerte llevaba el traje que me dió Hank y mi máscara cubriendo mi rostro.

Entonces llegué al puente de Brooklyn, y para no chocar contra el, extendí mis brazos hacia atrás.

El propulsor en mi espalda se apagó y los de mis plumas actuaron deteniendo mi avance.

-¡Funciona!- exclamé felíz.

Estiré mis brazos hacia abajo y el propulsor en mi mochila se prendió nuevamente y yo comencé a volar hacia arriba.

Extendí mis alas y con la ayuda de los propulsores en las plumas de mis alas di un giro en el aire y comencé a volar recto hacia Manhattan.

El viento en los ojos no me molestaba, llevaba un antifaz negro con lentes negros, repuestos de mi armadura.

En realidad también había integrado mis prototipos al traje que me hizo Hank.

Mi brazalete negro que funcionaba como lanzallamas estaba en mi antebrazo izquierdo sobre el abrigo del traje.

Mi brazalete de acero Beskar estaba en mi antebrazo derecho debajo de la chaqueta de Hank.

Y finalmente en mi rodilla derecha, estaba mi rodillera que liberaba dos cohetes pequeños cuando quisiera.

Seguí volando con mis alas, maniobré sobre los edificios y también volé un poco bajo para observar las calles de cerca.

Era increíble, la sensación de libertad, es como si no tuviera preocupaciones.

-¡Mi bolso!-.

El deber siempre llama.

The Gamer (Marvel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora