The Gamer (Marvel)

10. Visita

Caminé con tranquilidad por la ciudad.

Iba camino a la Torre Oscorp, solo a echarle un vistazo.

Mientras caminaba no pude evitar ver el título de los periódicos.

'Se aproxima la Stark Expo'.

Ese era el titular.

La Stark Expo.

En donde Iván Vanko atacará.

O bueno, donde hará su segundo ataque.

Ya que el primero ya lo realizó.

Pero bueno.

Dejando eso de lado.

Seguí caminando hasta que pude ver a lo lejos una gigantesca torre con el logo 'Oscorp' en el costado.

El color principal era el verde, con algunos toques plateados.

-así que, aquí es donde Peter recibirá sus poderes- me dije a mi mismo, asegurándome de que nadie me escuchara.

Me acerqué a la entrada y volví a ver la torre, se veía muy imponente.

Un ligero dolor de cabeza me fue provocado al recordar las futuras amenazas que saldrán de este edificio.

El Lagarto, Electro, Octoppus, y eso por mencionar algunos.

Puede que en esta versión del mundo hasta salgan villanos como Rhino o el Buitre.

Solo suspiré y me marché del lugar.

Decidí ir a comer algo.

Sí.

Sé que no necesito comer.

Pero eso no significa que deba dejar de hacerlo.

Me detuve en un puesto de Hotdogs y compré uno.

Lo probé, sabía bastante bien la verdad.

Seguí caminando de regreso a casa.

El camino fue tranquilo, las personas iban de aquí para allá sin importar qué.

Pero luego escuché una alarma a lo lejos.

Me detuve de golpe y rápidamente escuché sirenas.

Corrí rápidamente hacia el lugar, encontrándome con un edificio de condominios en llamas, el edificio era de unos 30 pisos, y el fuego estaba en el piso 25, posiblemente se extienda hasta el piso 26 rápidamente.

Sin dudarlo, corro hacia un callejón y me pongo mi traje.

La verdad, no sé que tan bien resista esto el fuego, pero no puedo detenerme ahora.

Cuando volví ya los bomberos estaban en el lugar, comenzaron a sacar a las personas de los pisos inferiores.

También había mucha gente en la zona curioseando.

Yo símplemente lancé un cuchillo y aparecí derrepente en medio de todo.

Rápidamente tomé el cuchillo y lo guardé.

Los camarógrafos en el lugar comenzaron a intentar tomarme fotos, mientras que las otras personas me gritaban cosas o observaban todo muy curiosos.

Por suerte la policía ya estaba en el lugar y había establecido un perímetro alrededor del edificio.

Sin más me acerqué al Jefe a cargo del incendio.

-señor, ¿en qué puedo ayudar?- le pregunté.

El me vió entre curioso y sorprendido, era un hombre de unos 46 años, caucásico, con barba de candado, pelo negro cubierto por su casco, y ojos marrones.