The Gamer (Marvel)

48. El León.

Estaba meditando, era un método que Wong me enseñó para recuperar mis energías mágicas.

O bueno, uno de los métodos.

El otro era bastante asqueroso.

Siempre que meditaba sentía toda la energía en mi cuerpo.

Había una energía poderosa, brillante.

Era la Gema de la Mente.

Mejor dicho.

Era su poder.

Puro, poderoso, su energía era increíble.

Aquel día cuando absorbí su energía, logré sobrevivir por que no había absorbido el poder de la gema como tal, ésta aún estaba durmiente, encerrada.

Aún así.

Su poder casi me mata.

También habían otras energías.

Mi energía mágica estaba también, era la energía que me proporcionaba el sistema.

Mi sistema es, en esencia, una varita mágica o un bastón.

Tiene un poder al que me permite acceder, usando MP como combustible.

Magia, literalmente.

Aún trato de comprender más sobre el sistema, sus secretos.

Pero no es sencillo.

Dejé eso de lado y decidí centrarme en la otra energía en mi cuerpo.

Esta era oscura, siniestra.

Podía sentir las emociones negativas en ella.

Ira, tristeza, envidia.

Todo eso y más.

Pero también; era oscura, volátil. Sentía su poder.

Ya había sentido esa sensación.

Cuando luché contra Empereor, y tomé prestada la fuerza de aquel objeto extraño que me dió el sistema.

Lo sentí, ese poder.

Esos sentimientos.

Me sentía intocable.

Me sentía.... distinto.

Mi forma de actuar cambió.

Algo tomó mi conciencia y la escondió en el fondo de mi mente, me encerró.

Algo más salió.

No.... no.

No, eso no es cierto.

Nada me encerró.

Recuerdo la sensación, seguía consciente, podía controlar mi cuerpo.

No, lo que pasó, fue que mis emociones negativas me dominaron.

Tenía ira, sed de venganza.

Empereor me había humillado.

Y después volvió ha hacerlo.

Suspiré mientras decidía interactuar con esta energía.

Había temido hacerlo durante mis primeros meses aquí.

Pero ahora tenía la confianza de mantenerme bajo control si pasaba algo malo.

Pequeños hilos se extendieron desde mi energía mágica hasta la esfera oscura y siniestra.

Sentí las mismas sensaciones de antes.

Logré mantenerlas bajo control.

Los hilos se convirtieron en cuerdas, las cuerdas en redes.