Gwen dejó de hablarme.
Así de simple.
Hoy ni me saludó.
Salí de la práctica solitario, pero era lo mejor para mí. Emily tiene práctica de piano así que no hay pretexto para tener el día ocupado.
Hoy prepararé todo para ir a por mí Dominus Librium.
Me meteré en muchos problemas, pero tengo solo estos días para hacerlo. El viento estará a mi favor y ni hay posibles tormentas, si no voy pronto me será imposible hacerlo hasta el siguiente año.
Aun así, estoy demasiado lejos del Punto Nemo, necesito un transporte rápido que me ayude a hacerlo en un día. Tuve una idea sobre a quién robarle el vehículo.
Estoy algo cansado por todo el ejercicio que me propuse hacer, pero sé que valdrá la pena, no importa sufra.
Ya en casa tomé una mochila que tenía una pistola de clavos, una sábana negra, un candado, una máscara que tenía Ben y un cambio de ropa.
No tengo tanto tiempo y más me vale ser rápido.
- ¡XLR8! -Me volví un borrón de negro y azul moviéndome por hacia el exterior de la ciudad, mientras el abuelo esté en la ciudad es peligroso ir por las calles como alienígena.
La sensación de adrenalina al ir a esta velocidad era increíble, los autos más rápidos de este planeta pueden tragar asfalto.
En cuestión de tres minutos estaba afuera de la ciudad y me dirigí hacia mi objetivo.
Mi velocidad máxima es de 800 km/h suficiente para llegar en un minuto.
Era un bonito lugar.
Un castillo rodeado de lo que parecía ser un canal de agua y había un gigantesco portón cerrado.
Ben Tennyson jamás buscaría a los Caballeros Eternos aquí pues es una de sus viejas bases. Después de todo "nadie es tan tonto para regresar".
Presioné el Omnitrix y regresé a mi forma Humana. El Omnitrix no dura demasiado y lo necesitaré para salir de aquí con vida.
Me oculté subiendo a un árbol con suficiente follaje para que no puedan verme y me senté esperando mi oportunidad...
Media hora y no había pasado nada...
Una hora y tampoco nada...
Estaba comenzando a desesperarme cuando vi a alguien llegar.
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El Omnitrix tal vez no sea suficiente...
Science FictionUna vida llena de dolor, una muerte sin importancia y un despertar ajeno. Un anhelo, un deseo, una idea antes de morir le dio lo que buscaba ¿Tendrá lo necesario para enfrentar esta nueva vida? En memoria de Jotaro Constante