Una vida llena de dolor, una muerte sin importancia y un despertar ajeno.
Un anhelo, un deseo, una idea antes de morir le dio lo que buscaba
¿Tendrá lo necesario para enfrentar esta nueva vida?
En memoria de Jotaro Constante
Me puse de puntillas estirando mi cuerpo en la acera.
Gwen a mi lado sonreía presumida limpiando el poco sudor sobre su frente, al parecer hace esto por placer más que por ejercicio, como Anodita solo necesita usar su energía y podría bajar de peso. Con práctica suficiente cambiar incluso su aspecto.
Al menos eso me presumía mientras salimos a trotar.
Yo estoy exhausto, pero recupero el aliento rápido, es solo por falta de costumbre más que falta de ejercicio pues solo fueron cinco kilómetros.
-Parece que estás algo fuera de forma Ben. -Gwen comenzó a trotar alrededor mío presumiendo. -Y eso que aún debemos ir a entrenar.
Respiré hondo calmando mi respiración agitada.
-Solo si tú eres mi compañera no lo olvides. -Gwen pareció recordar lo de la última vez y solo asintió con la cabeza. -Además es solo cuestión de tiempo no estés tan arrogante.
Comencé a trotar de nuevo en dirección al dojo, Gwen solo me siguió y en solo unos minutos estábamos llegando.
En la entrada vi a cierta persona que realmente no esperaba.
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-Hola Ben~. -Sonreí notando el tono coqueto en su voz.
Recuerdo que en la serie mencionaron que ella tuvo una cita con Ben pero que este la dejó colgada en un lugar alto por ir a luchar contra un alienígena.
-Hola Emily~. -Devolví el saludo y me acerqué antes de agacharme un poco.
Parece que siempre Emily me saludaba con un beso en la mejilla y hoy no fue la excepción.
-Hola Emily. -Gwen saludó sin darle importancia y Emily solo devolvió el saludo levantando su mano.
-Es sorprendente verte despierto tan temprano Ben. -Me coloqué detrás de Emily y decidí llevarla al interior del dojo dejando a Gwen de lado.
¿Quieres un consejo lector? Baja a las mujeres del pedestal y haz que compitan subconsciente entre ellas.
Dale pistas, pero luego hazla dudar, sin exagerar obviamente pero nunca jamás debes darle la idea de que te tiene en la palma de su mano.
Así tal vez, un día si tienes suerte podrías dejar de ser virgen... De labios.
Gwen al ver que estaba ocupado fue buena y abrió la puerta. El lugar se veía un poco más arreglado y apenas había gente llegando.
Había un señor de cabello canoso y barba que se encontraba sacando algunos equipamientos para la sesión de hoy. Gracias a Gwen pude saltarme el tener que registrarme y solo necesitaba traer mi identificación junto a 150 dólares cortesía de mis padres.
Estaban felices de que no pase de flojo todo el verano. Probablemente el anciano crea que tengo un potencial similar al de Gwen y por eso no tuve que presentarme para ya venir a clase con ellos.
